lunes, 23 de enero de 2012

Adelanto del capítulo 16

Subí hasta nuestra habitación pero no la hallé, los ladridos de los perros me dieron la pista que necesitaba para saber su ubicación. La puerta estaba entre abierta, pero le dio a mis ojos la hermosa imagen de mi mujer sentada en el piso como indiecito, sosteniendo algunas de las ropitas de nuestros hijos. El lugar estaba cubierto de telas blancas, para proteger todas las cosas que nos habían obsequiado hasta el momento, Jules aún no había decidido por completo de que forma decoraría el cuarto de sus nietos. Un hipido que me sonó a lágrima me trajo de nuevo a la realidad. 

- Cielo no te pongas así, no le hace bien a los niños que llores- la abracé, al principio intentó zafarse, pero luego se dejo abrazar.- Ahora mismo llamó a las chicas y les digo que cancelen todo, lo que menos deseo es que te pongas en este estado.- acaricié su pelo. 

- No… lla-mes- habló toda entrecortada. 

- ¿Cómo que no? Mira como te dejo esa conversación- tomé su rostro para que me mirara- Buscaremos otra manera, una con la que te sientas a gusto; pero deja de llorar que me parte el alma verte así. 

- Es que tengo miedo Robert… Mira si los periodistas no hacen caso y vuelve a pasarnos lo mismo que la otra vez. Yo de nuevo por ese sufrimiento que te quema por dentro no lo vuelvo a pasar. Prefiero morirme yo, ante que le suceda algo a mis hijos- su comentario me heló la sangre. 

- ¡En tu vida se te ocurra pensar nuevamente de esa forma! ¿Acaso crees que yo podría seguir adelante si algo malo te ocurriera a ti o a mis niños? ¿Crees que yo no tengo el mismo miedo de perderlos? Yo también perdí a un hijo y por poco a ti; jamás le desearía a nadie vivir las horas que yo pase sin saber que le ocurría a mi familia- ahora yo también estaba a punto de llorar. 

- Perdón amor, no quise hacerte sentir mal- secó mis lágrimas derramadas- Es qué todo esto… ahhhhh, me enloquece no poder proteger debidamente a mis hijos de toda la locura de Hollywood. Yo deseo que tengan una vida normal como cualquier niño, no quiero sus vidas retratadas en las revistas, ni que sufran por el acoso constante de los medios. 

- Nos guste o no, lo que tu madre dijo tiene razón. Vamos a tener que enseñarles que lamentablemente ellos van a ser parte del ambiente, va ser nuestro desafío ayudarlos a tener la infancia más normal posible. Mírate a ti viviste rodea de ese mundo y siempre mantuviste los pies sobre la tierra; si tus padres pudieron, nosotros porque no ¿Te parece, peque?- le robé un beso. 

- Tu siempre logras que vea la vida de otra manera- se me colgó del cuello y comenzó a acariciar mi pelo- Por eso te amo.- me besó de manera lenta, permitiendo a mi lengua retozar un rato con las suya en su boca, su dulce sabor, mezclado con el gusto de las frambuesas y moras que había comido en el desayuno me estaban volviendo loco. Mi compañero de batallas comenzó a despertarse de su siesta; al parecer la tierra que amaba conquistar andaba muy fértil y dispuesta a darle guerra. 

- Amorrrrrr- dijo ella como pudo, aproveche su momento de incoherencia para meter mano en mis nuevos tesoros que se encontraban llenos y listo para mi- Acá no podemos…- me empujó para separarse. Su respiración era muy agitada. 

- Vamos un poquito nada más, sabes que puedo ser muy rápido si lo deseo- me pegó en el hombro- Auch, dolio. 

- Robert no podemos, primero porque es la futura habitación de nuestros babys, imagínate el día de mañana ellos gateando por el mismo lugar donde se acostaron sus padres. 

- Si va ser así tendremos que comprar una casa nueva, porque yo creo que nos encargamos muy bien de bautizar cada rincón de este lugar con nuestro amor- moví sugestivamente las cejas- Ok sigue hablando- dije cuando me miró con mala cara. 

- Segundo, suponiendo que lo hacemos tendríamos que bañarnos de nuevo y ahí si no llegamos y por último, si me llega a tener que revisar pues… se dará cuenta- me hizo unos gestos muy chistosos que me causaron gracia. 

- Ok entiendo tus puntos; mejor será que nos levantemos y nos marchemos a nuestra cita con Laura- me levanté primero y luego le brindé mi mano para ayudarla. 

- Ve sacando el auto, yo tomó la carpeta con todos mis estudios y ya bajo- una vez que bajamos de las escaleras se fue hasta el escritorio. 

- Parece qué si la hiciste entrar en razón- comentó Jules muy divertida mientras dibujaba algo en uno de sus cuadernos. 

- No se si la convencí totalmente pero al menos ya no se queja- me encogí de hombros- ¿Esos son los bosquejos para la habitación de mis niños? 

- Deja de espiar- ya sabía de donde Kristen sacó la manía de golpearme el brazo cuando me entrometía en sus cosas- Cuando tenga lo que ando buscando se los mostraré para que me den el visto bueno. 

- Cualquier cosas que dibujes tú o Kris serán mejores de los que yo podría llegar hacer- en ese momento ingresó mi hermosa mujer hormonal con su cartera, su saco y el mío. 

- ¿Ya estás listo vida?- me preguntó dándome mi saco. 

- Me entretuve hablando con tu mamá, ya saco el auto.- le besé en la mejilla y me escapé para encender el auto. 

- Vamos a llegar tardeeeeee- me reprocho. 

- Chicos antes que se vayan- nos paró Maguie- ¿Les dejo la cena hecha o luego cocinan ustedes? 

- Ummmm… mejor añade a la lista del super un pollo, así luego me encargo de hacer un rico pollo al vino con verduras- se relamió la boca- Mamá ¿Cenas con nosotros?- le preguntó a mi suegra. Ambos insistimos que viviera con nosotros, pero ella se excuso diciendo que no quería molestar nuestro ritmo de vida, así que se alquiló un departamento en Notting Hill. 

- No, quede ya con Clare en juntarnos esta noche. Otro día será- apretó su mano- Mejor vayan que no llegan.- nos dijo mirando el reloj de la cocina. 

- Suerte chicos, luego nos dicen como va todo- nos despidió Maguie. Tome la mano de mi esposa y juntos fuimos hasta mi auto. 

- Sabes creo que deberías ir pensando en cambiar de auto- le comenté, mientras salíamos del garaje. 

- ¿Por qué siempre te quieres deshacer de mi mini? Que tu no quepas cómodo no es mi culpa- se abrochó su cinturón de seguridad, marcando aún más su panza. 

- Jajaja muy graciosa; pero no lo digo por eso.- se me quedó mirando con cara de no entender- No creo que en tu autito de juguete Barbie quepan cómodos dos sillas de bebés. 

- Bueno viéndolo de esa manera tienes razón- prendió el estéreo- Pero me da pena dejar de tener a mi mini. Amo a ese auto- me hizo un puchero de lo más tierno y no pude evitar besarlo. 

- Creo que comprar una camioneta para el uso familiar sería lo más práctico. Así no tendrías que deshacer del mini y tampoco tendríamos que comprar otro par de sillas para mi auto. Para movernos con los niños usamos la camioneta y si solo vamos nosotros salimos con nuestros antiguos autos- le sonreí. 

- ¿Te dije que eres todo un genio?- me beso la mejillas para no distraerme mucho. 

- Para que veas que no soy puro rostro bello; también tengo un grannnn cerebro- me sonreí con autosuficiencia. 

- También tienes un grannn...- me susurró al oído sin terminar la oración, pero de la formo que sentí ajustado el pantalón sabía perfectamente que mi amigo había escuchado como lo alababan. 

- Deja de hablar sino no puedes terminar la oración. Te recuerdo que tú no quisiste un poco de mi amor hace un ratito, así que mejor quietecita aquí- junté sus dos manos sobre su vientre- Si no deseas que perdamos el turno y términos los dos follando como locos en plena vía publica- se rio. 

- Bueno papi- me pestañeó, la malvada sabía el morbo que me causaba que me dijera papi. 

- Esta noche no te salvas de un buen castigo- aproveché que tenía el semáforo en rojo y hundí mi cara entre sus senos para besarlos. 

- Robertttt- intento quitarme pero no pudo. Un bocinazo me recordó que era mi turno de avanzar- Eres terrible- se acomodó la ropa. 

- Tú me pones de esa forma princesa- tomé su mano y la coloqué en la zona que ella misma había incitado. 

- Tommy deberás esperar hasta la noche para comer, prometo que mami será muyyyyy buena contigo.- le dio un apretón, mi pene estaba desesperado por que lo sacara de su cárcel de algodón- Pero ahora tengo asuntos más importantes- me guiñó el ojo. 

- Lle-ga-mos- dije como pude. Kristen se desabrocho el cinturón como si nada hubiera pasado, mientras yo intentaba pensar en Ton vestido de monja bailando la macarena para que se me desinflamara el bulto que tenía en medio de las piernas. 

- Te sientes bien cielo- me acarició el rostro. Maldita. 

- Si. Mejor baja tú que yo ya te sigo- abrió la puerta y descendió muerta de risa- Está noche me las cobro todas Kristen Jaymes Stewart- le grite desde la ventanilla. Me esperó en la puerta jugando con su cartera y acariciando su panza. 

- ¿Listo?- me preguntó antes de tocar el timbre.

7 comentarios:

  1. jajajajaj me encanto,gracias por el adelanto....Besos....

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  2. ya quiero maaaas :3 me encanto el adelanto.

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  3. oo encanto chicas la espera merecio la penaa no aguanto pra berlo enteroo besos

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  4. espero con ansias el capi completo!

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  5. Excelente, me encanto! espero con ansias el capitulo entero.

    saludos desde Venezuela

    Mar

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