miércoles, 19 de septiembre de 2012

Capitulo 28. Reconectando.

Bueno chicas acá les traigo un nuevo capítulo de Our Love, perdón por la demora pero Saris andaba muy ocupada con temas de trabajo así que esta vez lo subí yo el capitulo.
Espero que disfruten de las imágenes que les publicamos, fue un arduo trabajo conseguirlas sin que nos pescara nuestras familias jajajaja.

Por otra parte como la continuación de esta historia fue gracias a ustedes, queremos saber que cosas les gustaría que apareciera en los siguientes capítulos, porque la verdad no le queda mucho ya para el final :s Así que pidan que es lo que les gustaría leer, y de esa forma esta historia continúa un poquito más.

Espero que disfruten el capítulo, por las dudas les aviso léanlo sin menores andando cerca jajajaja

Besos 
Naty
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Rpov

Para muchos hombres cumplir veintinueve años era una señal clara que había llegado la hora de madurar, de sentar cabeza y formar una familia… Lo de madurar será según a quien se lo pregunten, mis hermanas seguramente dirán que sigo siendo un crió inmaduro; mi esposa más de una vez me lo dice cuando la saco de sus cabales y a mi madre, pues para ella siempre seré su niño de cinco años… ¿Sentar cabeza? Eso lo hice a los veintiuno cuando conocí a una hermosa castaña de ojos verdes que se robó mi corazón; desde el momento cero que iniciamos formalmente nuestra relación quise formar una familia con ella me llevó un tiempo largo realizar ese sueño… pero una vez que lo alcanzamos había valido la pena todo lo vivido con anterioridad.

Sentí como el peso de la cama se modificaba y unos segundos después unas manitas me daban una minis cachetadas, al abrir mis ojos me hallé la vista más hermosa que un hombre puede tener el día de su cumpleaños: mi niña balbuceando a mi lado, tomando mi pelo para estirarlo con fuerza.

- Auch pequeña eso le duele a papi.- ella me regaló su preciosa risa, mientras yo le sacaba sus deditos de mi pelo. Otra risa que provenía de la punta de la cama llamó mi atención.

- ¡FELIZ CUMPLE PAPI!- gritó Kris con Alex paradito sobre sus piernas con un hermoso enterito azul que llevaba escrito el deseo que acababa de decir su madre. En ese momento me percaté que Aly llevaba el mismo conjuntito que su hermano, solo que de color rosa. La tomé en mis brazos antes de acercarme hasta su hermano y su mami.
 


- Que hermosa sorpresa me dieron.- le di un beso a Kristen.- Gracias amor.- mi campeón reclamó un poco de atención.- No te enojes enano, gracias a ti también.- bese su barriguita ganándome su risita.

- Te trajimos el desayuno a la cama.- ella señaló la enorme bandeja que me esperaba sobre la mesada.

- Se ve delicioso todo eso ¿Quién lo preparó?- pregunté tomando a Alex en mis brazos así Kris iba en la búsqueda de la bandeja.

- Pues nosotros tonto, quien más crees.- me miró con falsa cara de enojada.

- Oh, oh, oh perdón por herir sus sentimientos.- me puso los ojos en blanco.- ¿No te sentí levantarte?- apoyamos la bandeja en la mitad de la cama, le pase a Alex para que ella lo sostuviera, mientras que yo me quedaba con Aly.

- Si duermes peor que un roble.- me acusó.

- Mientes, si durmiera tan profundo no me despertaría en la noche cuando los renacuajos lloran.- mordí un pedazo de tostada con mermelada.

- Jajaja te despiertas porque yo comienzo a pegarte patas y decirte: “Rob es tu turno”- me causo gracia su voz de dormida.

- Te quedo delicioso el desayuno.- cambié de tema y ella negó con la cabeza.

- Gracias no fue nada fácil prepararlo cargando a Alex, no se porque tiene tanto rechazo a la sillita, quizás lo asuste tanto animalito colgando.- era cierto eso, mientras Aly se quedaba fascinada mirando los animalitos, intentando con sus manitos agarrarlos su hermano ni bien lo colocabas se largaba a llorar como si no hubiera mañana.

- Yo creo que lo hace a propósito este niñote consentido de mamá, él sabe que a penas larga unas lagrimitas tu lo alzas. Obviamente es más lindo andar pegadito a tu pecho que es suave y calentito, que estar sentadito en una silla dura y fría; si lo sabre yo lo lindo que se siente estar sobre tu pecho.- moví las cejas de manera sugestiva, ganándome un golpe en el brazo.- Auch, si es verdad tienes dos suaves y blanditos almohadones, que ahora están a tamaño familiar.

- Robert los niños.- se escandalizó tapándole las orejitas a Alex.- Ellos no tienen porque saber de las perversiones de su amado padre.- dijo a tono de ofendida.

- Jajajaja como si su mami fuera la madre Teresa de Calcuta; tengo que recordarte todas las veces que me atacaste durante el embarazo como loba en celo.- Aly estaba entretenida con una servilleta, que se la llevaba a la boca.- No cielo, eso es papel no se come.- se la quité y me hizo un pucherito que me partió el corazón.- Toma esta cucharita, esto si va a la boca.- por suerte ella era fácil de contentar.

- Tiene la manía de llevárselo todo a la boca, vamos a tener que estar muy atentos con ella cuando comience a gatear, el otro día los puse a ambos en la alfombra para jugar y en un abrir y cerrar de ojos, no me preguntes como estaba rodando.- Kris le hizo cosquillitas en la panza.- Es toda una bribona.

- Es increíble como los dos naciendo juntos sean tan diferentes; Alexander le gusta más lo cotidiano, estar tranquilo, sin que lo molesten, en cambio, Alexia le gusta ver cosas nuevas, escuchar muchas voces a su alrededor, andar de brazo en brazo sin importar quien sea la persona que la sostiene.- explique, tomando un sorbo de café.

- Creo que en pocas palabras nos describiste a ambos.- Kikis rió.- Yo los veo a ambos con una mezcla de ambos, hasta físicamente no se parecen a uno de nosotros específicamente.

- Hicimos una buena mezcla ¿verdad?- abracé su cintura y ella apoyo la cabeza en mi hombro.

- La mejor de las mezclas.- besó mi cuello, causando un escalofrío por todo mi cuerpo hasta una parte en particular de mi anatomía. Respiré hondo para controlarme.

Terminamos de desayunar los cuatro juntos en la cama para luego ponernos en movimiento para ir a la casa de mis papás donde almorzaríamos todos juntos por mi cumpleaños.

Kpov

- Seis pañales, algodón, óleo, cambiador, tres cambios de ropa, protector solar, medias, mantita, abrigo, sonajeros… creo que puse todo.- me reía del repaso que hizo mi marido de las cosas para llevar en el bolso.- ¡Los baberos, eso me falto poner!- grito fuerte.

- Tu papi está loco cielo.- le dije a Aly mientras terminaba de ponerle su lindo vestido rosa, era una princesita en miniatura. Alex había quedado frito luego de cambiarlo y ahora dormía una siestita en su cuna.


- Listo, ya están los bolsos, ahora los voy a ir a guardar en el baúl ¿Te falta mucho?- preguntó con los dos súper bolsos colgados.

- No, termino de ponerle los zapatitos a Aly, me maquillo un poco y ya estoy lista.

- Ok entonces bajo esto al auto y subo para quedarme con la ranita, así te terminas de poner más linda de lo que eres.- besó mi frente, termine de ponerle los zapatitos de bailarina que le había comprado su papi y la tomé en mis brazos, fui hasta la mecedora para darle un poco de pecho.

- Recuerden que quedamos que hoy se van a comportar a la noche, solo necesito dos horas para darle mi regalo a su papá.- mi nena me miraba embobada, moviendo con rapidez sus labios sobre mi pezón; era nuestro momento madre-hija donde ambas, simplemente con la mirada nos decíamos cuantos nos amábamos.

Cuando Rob volvió, le di a su niña para que le hiciera provecho mientras yo fui a terminar de alistarme. El clima siempre era muy loco en Londres pero hoy había amanecido con mucho calor, así que opte por ponerme un vestido y unas ojotas, recogí mi pelo en una cola alta ya que los niños tenían la manía de enredar sus deditos en mi pelo; a penas me puse un poco de base y rubor para que no se me notaran mucho mis ojeras.

- Ya estoy lista.- le avisé a Rob, que se hallaba con los dos niños en la habitación.

- Yo bajo a Aly y tu a Alex, las sillas ya están colocadas en el auto.- asentí.

Tome con cuidad a mi principito para no despertarlo de su siesta, lo envolví con una mantita antes de bajar.

- Bear, Nala, vamos niños al auto.- les grite mientras bajaba las escaleras para ir hasta al patio. Rob ya estaba ajustando a Aly en su asiento.

- ¿Traes las correas?- me preguntó tomando a Alex para acomodarlo en su asiento.

- Si, las metí hoy temprano en la cajuela del auto… Nala tu atrás como siempre.- le abrí la puerta del otro lado para que subiera; ella se comportaba muy bien cuando viajaba en auto y como la camioneta era espaciosa, se recostaba en el espacio que separa los asientos delanteros de los de atrás. Bear era otro cantar.- Tú, adelante conmigo.- me senté primero para que el luego saltara sobre mi tan bruto como siempre. El se aceleraba mucho cuando viajaba en auto, por eso prefería mantenerlo controlado.

- ¿Estamos listo?- dijo Rob, poniéndose el cinturón de seguridad y el auto en marcha. Mire a mis niños que estuvieran bien.

- Si, ya estamos todos listos.- tomé la mano que descansaba sobre el freno de mano y me acerqué a darle un beso. Luego el puso la radio.

- Sabes este es la primera salida que hacemos la familia completa.- miró por el espejo retrovisor como Alex seguía dormido y Aly jugaba con los bigotes de Nala; el instinto maternal de ella se había despertado desde que los bebés llegaron a la casa, solía andar siempre cerca de donde ellos estuvieran y si lloraban y no había nadie empezaba a ladrar para que alguien fuera a atenderlos.

- Es cierto y prepararnos fue casi igual que preparar una mudanza con todas las cosas que traemos.- ambos nos reímos.

- ¡Imagina cuando tengamos que viajar! Va ser caótico.

- Todavía falta para que viajemos con ellos, no te hagas mala sangre antes de la cuenta… ¡Bear, deja de sacar la cabeza fuera del auto!- le grite, tirando de su collar para que se vuelva a sentar sobre mis piernas.

- En un mes tengo que hacer la gira promocional de la última película, pensé que quizás me ibas a acompañar.- dijo con voz de niño bueno.

- Amor, sabes que si ellos fueran más grandes lo haría pero no los voy a someter a viajar durante dos semanas cada dos día por diferentes países. Recién se están adaptando a su casa, imagina cuanto se alterarán si los cambiamos de ámbito todos los días.- intente explicarle mi punto de vista lo más claro posible para que no se enojara.

- Pensé que quizás…- se quedó callado por un momento.- No pasa nada cielo de verdad.- beso mi frente y cambio de tema, pero yo sabía que se había quedado con algo.

- Hagamos algo, no te puedo acompañar en la gira Europea pero si los niños siguen bien y depende de lo que me diga la pediatra, podríamos organizar para ir a Los Ángeles ¿Te parece?- lo miré entre ojos y pude ver como la sonrisa volvía a implantarse en su cara.

- ¿Sabes que te amo, cierto?- justo el semáforo estaba en rojo, yo asentí.

Tomó de mi rostro y lo acercó hasta quedar frente a él para reclamar mis labios como suyos, como su única dueña. Hacía tanto que no nos besamos de esa manera, nuestras lenguas batallando como si no hubiera mañana; tomé de su pelo y acaricié su nuca ganándome un gemido de su parte, que fue directamente hasta mi centro para despertarlo de su largo letargo. Nos habíamos olvidado de todo tiempo y espacio, solo éramos él y yo en nuestra burbuja personal.

El sonido de varias bocinas nos trajo de nuevo a la realidad.

- ¡Muévete de una vez!- nos grito un hombre muy enojado; los dos rompimos en carcajadas. Rob puso de nuevo el auto en marcha, cuando el hombre gritón paso delante nuestro nos mostró su dedo mayor.- ¡Consíganse un hotel!

- ¡Vete a la mierda!- le conteste con el mismo dedo.

- Dios, extrañaba tanto oírte maldecir como camionero.- Rob no paraba de reír.

- Idiota.- él también se gano otro dedo, pero poco le importo.

El resto del viaje transcurrió tranquilo, justo cuando Rob estacionó Alex se despertó a puro llanto. Baje primero, até con la correa a Bear y luego fui a tocar el timbre para que supieran que estábamos aquí. Él pensaba que solo era una reunión con su familia, no tenía idea de la fiesta que le habíamos organizado.

- Hijos, llegaron.- salió Clare para ayudarnos con todo.- Dame a Bear cielo.- tomó la correa y el se le subió arriba.- Tranquilo perro loco.- lo regañó.- ¿Dónde está el cumpleañero?- preguntó, mientras yo estaba tomando a Alex en brazos para calmarlo.

- Aquí mamá, intentando bajar nuestra mini mudanza.- apareció Rob, colgando los dos bolsos y maniobrando con las manos los cochecitos, en donde en uno iba ya acostadita Aly, más la correa con Nala; Clare se rió por la imagen tan ridícula que daba su hijo con todas las cosas.

- Ven déjame que te ayude con Nalita.- tomó la otra correa.- Pasen, pasen que estamos todos en el patio esperándolos.

Entramos y dejamos todo en el living que estaba decorado por globos de todos colores igual a cuando los niños Pattinson cumplían años.

- Ahora si te puedo saludar… ¡FELIZ CUMPLEAÑOS MI BEBÉ!- ella se abalanzo toda emocionada para abrazar a su niño, que ahora era todo un hombre pero ella lo seguía viendo como su bebito de cinco años. Yo me quede paradita en un costado con mis dos hijos en brazos, pensando cuando los míos crecieran, ellos seguirían siendo mis consentiditos.

- Gracias mamá.- estaba todo colorado, avergonzado por la efusividad de Clare; aunque el lo negara le encantaba ser el chiquitín de mamá.

- Te preparé las galletas de chocolate que tanto te gustan, luego te las doy sin que tus hermanas las vean.- le susurro y no pude evitar reírme, Rob negó con la cabeza.- ¿Y cómo están mis nietitos?- ahora corrió a mi lado y tomo a Alex en brazos, fuera de mí era a la única persona que no le lloraba.- Están cada día más enormes y pesados.- le hacía caritas a su nieta.- Mira que linda estás princesa, eres un algodón de azúcar; Ohh mira sus zapatillitas de bailarina, que monada.

- Se las regaló su papi, creo que fue uno de sus primeros regalos ¿No, cielo?

- Si, a penas las vi me enamoré de ellas.- Rob se puso a mi lado.

- Mamá, deja de entretenerlos y que vengan para acá.- gritó Lizz desde el patio.

- Uff!! la inoportuna de siempre.- se quejó Rob.- Mejor que salgamos todos de una buena vez, antes que la pesada venga a buscarnos.- salió rumbo al patio y nosotras lo seguimos, sonriéndonos. Cuando llegamos, todos gritaron.

- ¡SORPRESA!- Rob se quedó duro por la sorpresa de ver a todos sus tíos, primos y amigos reunidos en el pequeño patio.

- ¿Qué… qué es todo esto?- aún no salía de la sorpresa.

- Feliz cumpleaños cielo.- me puse de puntitas de pie para darle un beso en la mejilla.

- ¿Tú sabias de todo esto?- asentí.- ¿Pero, como, cuando prepararon todo esto?

- No solo salía a correr, sabes… Ve disfruta de tu fiesta.- le di una palmadita en la espalda.

- Feliz cumpleaños hijo.- lo abrazó Richard.- Ya eres todo un hombre.- lo dijo con tanto orgullo que lo emocionó.

- ¡Feliz cumple hermanito!- se le colgaron las dos locas de mis cuñadas.- Ya estás hecho todo un anciano.- lo despeinaron.

- ¡Feliz cumpe tito bob!- Mady corrió hasta sus piernas y él la alzó.- Mami dice que cha eres igual de vejo que el abu.- su comentario hizo que todos los presentes se rieran.

- No creas todas las locuras que dice su mami, princesa.- la despeino y después la bajo nuevamente al piso.

Así uno a uno lo fue saludando y deseándole buenos deseos.

- Está tan contento.- hablo Clare al lado mío, emocionada por ver todo el cariño que en su día recibía Rob.

- No se esperaba esta gran reunión, él creía que solo íbamos a ser sus hermanas y ustedes, los chicos le dijeron que iban a ir a saludarlo a la tarde a casa para que nosotros no tuviéramos que salir con los niños.- justo en ese momento llegó Vicky a nuestro lado.

- ¿Me dejas sostener a esa preciosura que llevas en brazos?- le pasé a Aly.- Pero mira que lindo vestidito, eres todo una princesa cielo. Cuñada sabes que te adoro pero tus hijos tienen más estilo de la moda que tú.- comentó divertida.

- Que a mí me guste estar relajada no significa que voy a vestir con cualquier trapo a mis niños, cuando sean grandes ellos luego decidirán si seguir a la moda o no. Además Rob me mata si llego a vestir a ni niñita como varón.- las tres nos reímos y mis babys nos acompañaron.

- Oh de qué se andan riendo sin mí, que fea actitud cuñada.- se quejó Lizz poniendo los brazos en forma de jarra.

- De que tu hermana no me tenía fe en cuanto ha como vestir a los chicos e imaginó que los tendría con puros trapos sucios.- empuje la cadera de Vick a modo de broma.

- Pues con lo descuidados que son mi hermano y tú para vestir, creo que todos pensamos que los iban a vestir con lo primero que encontraran en la mañana.- se encogió de hombros.- ¿Cómo está el lloroncito de la madrina?- se acercó a saludar a su ahijado; él empezó a poner su clásico puchero de cuando lo quería agarrar otra persona.- Ya vas a empezar a largar tus lagrimitas de cocodrilo como siempre.- lo sostuvo dos minutos y luego se lo devolvió a Clare para que no haga escándalo.- No es justo, a ti te tocó doña sonrisa fácil y a mí un llorón como mi hermano.- se quejó. Habíamos decidido con Rob que Victoria sería la madrina de Alexia y Elizabeth de Alexander.

- Quizás porque le tocó la madrina más loca de todas.- dijo como si nada su hermana para buscar pelea mientras le hacía carotas a su ahijada.

- Ahhh! perdón su majestad me había olvidado de la señora NO ME DIVIERTO PORQUE SOY MADRE, creí que era la persona que a los dieciséis año me enseño como escabullirme de la ventana para salir de madrugada con mi novio sin que mamá y papá se enteren.- le sacó la lengua.

- ELIZABETH.- la retó mi cuñada, toda roja por el comentario que hizo, por la cara de mi suegra ella nunca supo nada de eso.

- Niñas basta las dos, no van a empezar un pleito en medio del cumpleaños de su hermano; no es momento y lugar para que yo me entere de estas situaciones pasadas.- las miró a las dos tan fijamente a los ojos, que ambas agacharon la cabeza. Si esa era mi suegra, la más buena de todas las mujeres siempre con una sonrisa en el rostro pero que cuando se enojaba era mejor no estar cerca de ella.- Porque no van a hacer algo productivo y empiezan a llevar la comida a la mesa.

- Si, mamá.- dijeron las dos al mismo tiempo. Vicky me devolvió a Aly, antes de meterse a la cocina.

- Cielo ¿Estás segura que quieres qué mi par de hijas locas sean las madrinas de los niños? Tal vez es mejor que consigas a alguien más “normal”.- me dijo al oído.

- Jajaja Clare creo que no podría dejar a mis niños en mejores manos que ese par de locas que tienes por hijas.- cuando nosotras entramos a las cocinas, ambas seguían peleando en voz baja para que mi suegra no las volvieran a renegar. Si mi familia era así de loca.

La tarde se nos pasó en un abrir y cerrar de ojos, mi Rob no fue el único en recibir regalos sino también nuestros hijos de varios familiares que aún no habían tenido la oportunidad de conocerlos; y obviamente anduvieron de brazo en brazo de todo el mundo.

A penas tuve pequeños momentos de estar con mi marido porque era igual de solicitado que en una premier, nada más que esta vez no era por periodistas sino por familiares.

El momento de cantar el feliz cumpleaños fue muy emotivo, Aly estaba a upa de su papá y Alex en mi brazos, yo le hacía movía las manos para que pareciera que aplaudía; Mady estaba al lado de su tito para ayudarle a soplar las velas.

- No te olvides de pedir tres deseos amor.- le dijo cuando la canción terminó.

- Ya tengo todo lo que deseé en esta vida.- miró a sus hijos y a mí, antes de soplar las veintinueve velitas que estaban repartidas en el pastel que le había hecho su mamá. Una vez que las apagó a todas me abrazó muy fuerte, dejándome un beso en la frente.

Si bien aún quedaban varios invitados, tomando un café o un vasito de whisky, Alex y Aly ya estaban bastantes fastidiosos, lo que significaba que era hora de volver a casa. Entre que saludamos a todos y cargamos al auto nuevamente todas nuestras cosas, más los miles de regalos que recibió, nos demoramos otra hora más en llegar a casa.

Lo primero que hicimos al llegar fue preparar el baño de los chicos, así luego comían y se dormían; con tanto movimiento que tuvieron por la tarde solo hicieron una mini siesta de media hora, así que esperaba que cayeran rendidos de sueño.

- Voy preparando las bañaderas mientras tú los vas desvistiendo.- dijo mi marido; habíamos descubierto que era más fácil bañarlos a los dos al mismo tiempo, por lo que poníamos ambas bañaderas en nuestra tina y ahí lo hacíamos los dos juntos.- Ya estás listo campeón.- le preguntó a Alex que ya hacía puchero antes de meterlo al agua; si bien mi niño se quedaba más tranquilo si yo lo bañaba a Rob le daba pudor bañar a su hija, así que yo me encargaba de ella.

- Creo que nunca le va a gustar el agua.- dije mientras le lavaba la cabecita a Aly.

- ¿Crees qué podremos meterlos a la pileta cuando haga más calor? Dicen que si les enseñas a nadar desde bebé es más fácil para ellos.

- Lo intentaremos cuando sea el momento… ¿Te imaginas cuando ellos sean más grandes y le enseñes a hacer surf en Malibú?- ya me imagina a mis hijos corriendo detrás de su padre para meterse al mar mientras yo los veía desde el balcón de nuestra casa.

- Me muero porque ya estén un poquito más grandes y les pueda enseñar tantas cosas, como a tocar el piano, la guitarra, salir a correr con ellos… pero por otro lado adoro que ahora dependan solamente de nosotros dos.- asentí, conocía perfectamente ese sentimiento.

Una vez que los terminamos de bañar, fuimos a cambiarlos con sus piyamitas y luego me acomodé en mi mecedora para darles el pecho a ambos al mismo tiempo. Robert fue a buscar un libro de la mini biblioteca que tenían ellos en su habitación; era ya costumbre que mientras yo los alimentaba él o les cantaba o les leía algo.
 

- ¿Hoy qué libro toca?- pregunté mientras me mecía, él me mostró la tapa del cuento. Buscó una butaquita para sentarse.

- Hansel y Gretel vivían con su padre, un pobre leñador, y su cruel madrastra, muy cerca de un espeso bosque. Vivían con muchísima escasez, y como ya no les alcanzaba para poder comer los cuatro, deberían plantearse el problema y tratar de darle una buena solución…- inició con la narración mientras yo no perdía de mirada a mis bebés que poco a poco iban cerrando los ojos… Ya faltaba poco para que le pudiera dar mi regalo a mi esposo.

- Son tan lindos cuando duermen, un par de angelitos.- comentó Rob mientras los terminábamos de acostar y de taparlos.

- Solo cuando duermen están así de pacíficos.- respondí mientras bajaba la luz de nuestra habitación.

- Dios que cansado estoy.- dijo arrojándose sobre la cama.

- ¿Acaso no disfrutaste tu fiesta?- me acosté a su lado, acariciando su pierna con la mía.

- ¡Me encantó la sorpresa! Había muchos familiares que hace mil años no veía y recibí un montón de regalos.- me acercó más a su lado.- Aunque no recibí ninguno de este sector de la familia.- hizo un círculo señalándonos a sus hijos y a mí.

- Umm!!! creo que tengo algo guardadito por allí.- me hice la melosa señalando mi vestidor.

- Ah si…- asentí, se giró para dejarme debajo de él.- ¿Por qué no lo vas a buscarlo para ver si me gusta o no?- me dio una palmadita en el trasero, haciéndome reír.

- ¿Pretende abusar de mí señor Pattinson?- empecé a seguirle el juego de seducción.

- Jamás haría eso contigo señora Pattinson.- fue lo último que contestó antes de atacar mis labios.

Me apretó más su cuerpo con él mío, tomé su cabello con mis manos para masajearle la cabeza, mientras que mi pelvis se movía por si sola buscando un lugar en concreto donde rozarse; podía sentir como su miembro se estaba despertando, endureciéndose sobre mí. Sus manos se fueron sobre mis pechos, para apretarlos con algo de dureza, puede que me estuviera causando un poco de dolor, pero era tan grande la necesidad de él que poco me importó mi malestar.

Si no fuera porque justo sonó el teléfono, se habría arruinado mi sorpresa de cumple y hubiéramos terminado follando como dos locos, sin importar tener a los niños a dos metros nuestros.

- Atiende.- le dije sin parar de besarle el cuello.

- Hable… Si soy yo.- dijo con vos ronca, ya que yo no paraba de acariciar su pelvis con mis manos.- Amor es del trabajo, es para coordinar algo de la promoción, prometo despacharlo rápido.- me dio un beso y se fue hasta el balcón. Me dejó con la respiración agitada y mirando el techo por un momento.

- Aprovecha ahora.- dijo mi otro yo, era ahora o nunca.

Fui hasta mi vestidor y me despojé de mi ropa más rápido de lo que canta un gallo. Abrí mi cajón misterioso, el cual siempre lo tenía con llave para que Rob no metiera mano y viera los regalitos que guardaba para él, saqué el conjunto que había comprado con Matilda la semana pasada, según ella para volver al ruedo había que hacerlo con todo.


Busqué como una posesa entre todos mis zapatos el que deseaba ponerme en este momento- Porque ya no los dejé preparados esta mañana.- me quejé de mi misma.- ¡Acá están los encontré!- volví a correr hasta la habitación para mover el moisés hasta el cuarto de los niños que estaba pegado al nuestro, Nala se reincorporó de golpe cuando prendí la luz, últimamente se quedaba dormida en esa habitación.- Cuídalos por mí un rato ¿si gorda?- le hablé mientras prendía el móvil de la cuna para que ellos no sintieran el cambio de habitación.
Llegué toda agitada hasta el baño para soltarme el pelo, acomodarlo un poco, pintar mis labios bien rojos y ponerme un toquecito de su perfume, a él le volvía loco que oliera a su aroma. Me miré por última vez en el espejo.

- Vamos tú puedes hacerlo, no seas cobarde.- me dí fuerzas a mí misma antes de salir hasta la habitación.

Lo esperé, apoyándome sobre la puerta que separa mi vestidor de la habitación; entró a la habitación entretenido con la conversación telefónica que no reparó de inmediato en mirarme, cuando se dio cuenta de como estaba vestida podría jurar que se le detuvo el corazón.

- K-r-i-s-t-e-n- a penas le salía la voz.

- ¡Sorpresa!- dije de manera juguetona.- ¿Te gusta?- tomé las puntas del baby doll y giré frente de él para que viera todo el regalo.

- Estás preciosa- le costó tragar.- ¿Qué significa esto?

- Tú regalo de cumpleaños… ¿Acaso no lo quieres recibir?- hablé con voz seductora mientras caminada de manera felina hasta su lado. El pobre no paraba de transpirar.

- No, no yo… este… yo nunca diría algo así.- se pasó nervioso la mano por el pelo.

- Bueno entonces relájate y disfruta de tu regalo.- tomé de su cuello para besarle.

Al principio le costó reaccionar, creo que lo había impactado más de la cuenta; pero luego que su cerebro hizo click, se relajó y se abocó de lleno a disfrutarme… Sus manos fueron deprisa hasta mi trasero para amasarlo, apretarlo con fuerza y darme una de esas palmaditas que tanto me ponía. Cuando llego a la minima tirita que era mi tanga, empezó a jugar con ella para romperla.

- No, no, no, no seas apresurado, está noche es para que disfrutes.- quité sus manos de mi tanga, enganché uno de mis dedos en el cinto de su pantalón.- Ven conmigo cielo.- lo llevé hasta la butaca otomana que se ubicaba frente a la cama.

Me senté ahí, abrí mis piernas para que se acomodara en medio de ella y comencé a torturarlo, acariciando y besando sobre su pelvis; mí querido Tomy estaba más que despierto, rogando por que lo liberara.

- Ummm me parece que alguien me extraño.- dije cuando bajé su boxer y su pene saltó frente a mí totalmente erguido y chorreante.

- No sabes cuanto cielo… ¿Porqué no te la comes un rato?- una de sus manos fue a mi cabeza para acercarme más a él.

- Ya se me estaba haciendo agua la boca.- contesté con malicia. Primero pase la lengua sobre la punta de su glande para lamer el líquido pre seminal que salía de el.- Ummmm…- ronronee.

- Deja ya de jugar.- me exigió y me puse de inmediato en manos a la obra.

Moje mi mano con mi saliva para lubricar su duro y grueso tronco, lo masturbé lentamente antes de por fin meterlo en mi boca… Primero chupe su glande, imaginando que era un sorbete del cual yo quería extraer todo su jugo; y de a poco fui relajando cada vez más mi garganta para tomar lo más de él que pudiera.

- Dios… tu boca me mata.- me reí y la vibración hizo que se excitara más.- No hagas eso porque te voy a terminar follando esa boquita dulce que tienes.- lo saqué de mi boca y un hilo de baba me unía a él.

- Quizás es eso lo que buscó.- la masturbaba con fuerza.- Esta noche me puedes coger cada uno de mis agujeros.- dije mientras con su pene me daba golpecitos sobre mis pechos. Sus ojos se oscurecieron mucho más.

- Entonces tómala y no dejes nada, conejita.- hacia tanto que no me llamaba de esa manera que fue como un impulso automático para terminar el trabajo. Lo chupaba con rapidez y fuerza.- Más profundo cielo, yo se que puedes.- relajé al máximo mi garganta, tanto que mi nariz rozaba sus vellos pubicos; sus manos mientras tanto masajeaban mis pechos, los cuales los había sacado del camisón.- Kris ya… ya me falta… poco.- el siempre tan caballero me avisaba para que yo decidiera que hacer y obviamente esta vez quería todo de él. Llevé una de mis manos a sus testículos para apretarlos y ayudarlo a terminar, con mi dedo mayor hice una leve presión en su periné y fue lo único que necesito para gatillar de una vez.- Me corrooooo...- su semen, tibio y espeso, salió con mucho impulso directo a mi garganta; fue tanta la cantidad que un poco se me terminó resbalando por la comisura de los labios… Él pobre respiraba todo agitado, con los ojos cerrados; limpié su pene por completo antes de soltarlo.

No me dí cuenta cuanto me tomó de los brazos y me levanto para abrazarme.

- Un día de estos me vas a matar.- dijo respirando sobre mi cuello.- Mi epitafio será: "murió por culpa de su lujuriosa esposa".- me causo gracia su comentario.

- Y eso que no has probado el plato principal del regalo…- murmuré sobre su pecho.

- ¿Ya se puede?- asentí.- Pero aún falta unos días para que se cumpla la cua…- no lo deje que termine de hablar.

- John y Laura me dieron el alta, todo esta bien…- acaricié su rostro.- Puede que aún no haya recuperado mi figura y este un poco fofa, pero podemos hacerlo con la luz apagada si quieres.- agaché mi cabeza, era consiente que ahora no era la mujer más sexy.

- Tonta Kristen.- me levantó el rostro para que lo viera.- ¿Alguna vez me quejé de tu cuerpo?- negué.- Entonces porque tienes esa loca idea que voy a empezar en este momento; tú sabes que te amo en todas tus formas rubia, morocha, colorada, flaca o gorda… Lo que verdaderamente me interesa está aquí.- puso una mano sobre mi corazón.- Y esto no va a cambiar nunca.- mi momento de deseo paso a ser de emoción.- Te amo mi tonta esposa.

- Yo te amo más.- y volví a besarlo, pero esta vez fue algo más lento, lleno de dulzura y amor; me hizo recordar el después de nuestra primera vez… dimos vuelta la página de la pasión para empezar a amarnos con ternura.

- Ahora es mi turno para desenvolver mi regalo como a mí me gusta.- mordió mi oreja.- Levanta los brazos cielo.- me despojó de mi baby doll muy lentamente.- Preciosa...- lo dijo casi como alabanza, mirándome de arriba a bajo, solo había quedado con la mini braga y los zapatos; se agachó para deshacerse de estos últimos.- Me encantas como te vez arriba de estos tacos, pero prefiero tener a mi esposa con su estatura original.- besó mis pies.- Acuéstate.- le hice caso.

Me acomodé sobre la cama, mirando embobada como Robert se despejaba cada una de sus prendas de una manera demasiado lenta para mi salud mental.

- Disfruta de la vista, señora.- dijo, mientras se acomodaba sobre mí.

- Mucho, eres como los buenos vinos, pasan los años y mas comestible te vuelves.- jugaba con los pocos vellos rubios que adornan su pecho.

- Lo mismo digo de ti… Ahora relájate y disfruta.- susurró en mi odio.

Inició una lenta tortura de besos por todo mi cuerpo… Primero atacó mi cuello, donde seguramente mañana tendría más de un chupón; cuando llegó a mis pechos, primero los acarició para luego besarlos muy dulcemente.

- Por ahora mi par de mellizas se las presto a mis hijos.- pasó su nariz acariciando a mis pechos, para luego seguir con su reguero de besos. Se entretuvo más de la cuenta en mi ombligo, causando que levantara la cadera en busca de un poco más de atención. Tenía una necesidad imperiosa de sentirlo.- Shhh tranquila, ya llego.- detuvo mi movimiento con sus manos.

Como prometió su cara quedó justo en frente de mi vagina deseosa y brillante de tanta excitación.

- Es como una flor en plena primavera que está abierta en todo su apogeo.- comentó antes de pasar su lengua de abajo hacia arriba por mis hinchados labios vaginales, se detuvo en mi clítoris para morderlo.

- Roberttttttt…- gemí con desesperación.- Por favor… amor.

- Deja que saboree mi vino para poder comer más cómodo el plato principal.- ahora dos de sus dedos se introdujeron dentro de mí, entrando y saliendo con demasiada lentitud.

- Más rápido.- rogaba, agarrándome de las sábanas; ya sentía a mi orgasmo formándose.

Por suerte me hizo caso y aumento el ritmo, acompañándolo con su lengua, arqueó sus dedos para dar justo con un punto muy sensible de mi ser…

- Libérate cielo, ya no lo retengas más.- succionó con fuerza mi clítoris y estallé en mil pedazos.

- Robbbbb.- creo que me quedé con un mechón de su pelo de lo fuerte que se lo estiré. Mi cuerpo se fue a otro plano y cuando mi cuerpo recuperó a mi espíritu, mi amor me esperaba ansioso que le diera permiso para el siguiente paso.

- ¿Estás bien cielo?- secó mi frente húmeda.

- Mmm.- tenía mi garganta seca y no me salía la voz.

- ¿Podemos parar acá si quieres?- acaso se había vuelto loco o qué. Lo tomé del cuello.

- Tú no te escapas.- se rió mientras lo besaba.

- ¿En verdad estás muy ansiosa?- asentí como si me acabaran de descubrir una travesura.- ¿Tengo qué cuidarme o estamos resguardados?- preguntó yendo hacia la mesita de luz, lo detuve.

- Estoy con las pastillas, Lau dijo que mientras le de el pecho a los niños hasta los seis meses estamos cubiertos, pero ya sabes, todo puede fallar.- me encogí de hombros.

- Mmm sabes que prefiero sentirte piel con piel.- se acomodó encima de mí.- Si llegan a fallar Laura se encargará de criarlo.- me reí de su tontería.- Voy a ir despacio, si te lastimo o te sientes incomoda me avisas.- asentí.

Separé más las piernas para darle total acceso, tomó su pene y lo llevó de arriba abajo por toda mi raja hasta que ingreso la punta de él; cerré los ojos.

- Ábrelos.- pidió mientras iba introduciéndose de a poco, sentí una leve molestia cuando lo tuve por completo.- ¿Te hice daño?- su cara era un poema, el pobre estaba todo asustado; quiso salirse pero se lo impedí rodeándolo con mis piernas.

- No, solo dame tiempo a que me vuelva acostumbrar.- asintió, volvió a tomar mis labios pidiendo permiso para ingresar con su lengua. Cuando la molestia desapareció, moví mis caderas para que él pudiera hacer lo mismo.

Al principio el movimiento fue lento y de a poco fue subiendo cada vez más el ritmo. Extrañaba conectar de estar forma con él, sentir como mi cuerpo se fundía con es suyo, formando unos solo. La habitación se llenó de nuestros jadeos.

- No me queda mucho.- me avisó, enterrando su cara en mi cuello, empujando con más fuerza.

- Un- poco- más…- apreté sus glúteos para que su pelvis chocara con la mía para estimularme el clítoris.

- K-r-i-s.- su corazón estaba galopando, casi saliéndose del pecho, dio dos embestidas más y luego me llenó por completo… su orgasmo ayudó al que el mío se desatara, liberándome junto a él.

Nos quedamos los dos abrazados, su cabeza descansaba sobre mis pechos húmedos del sudor que ambos desprendimos, escuchando solo los latidos de nuestros corazones.

- ¿Estás bien?- preguntó levantándose solo un poco para verme la cara sin salirse de mí.

- Estoy excelente.- le saqué el pelo de la cara.- Te extrañe.- la voz me salió un poco entrecortada.

- Yo también.- me besó.- Me encantó el regalo.

- Me imaginé que te iba a gustar.- nos abrazamos, besándonos y rodando de un lado de la cama al otro, por un rato más.

- Creo que tenemos que abrir un poco las ventanas para ventilar el cuarto.- asentí, permitiendo que se levantara.

- Yo me voy a dar una ducha rápida para sacarme todo el sudor, seguro cuando se despierten van a tener hambre y me da cosas que me huelan toda sudada.- encaminé para el baño.

- Voy a ver que sigan bien y luego te acompaño.- se puso su boxer y salió de la habitación.

Nos bañamos los dos juntos, fue una ducha rápida llena de risas, comentando momentos que sucedieron en la fiesta y como casi no pudimos hablar antes, este era el momento.

Una vez que estuvimos vestidos, fuimos a buscar a Aly y Alex de su habitación para que duerman con nosotros en su moisés como siempre, no terminamos de acomodarlos que se despertaron.

- Hicimos todo a tiempo.- dijo, tomando a Aly en brazos.

- Se portaron bien, al menos permitieron que disfrutemos un rato y no nos dejaron con el orgasmo atorado.- yo le estaba dando el pecho a Alex. En ese momento me acordé que me había olvidado de darle su otro regalo; me levanté con mi niño en brazos y corrí hasta el vestidor.

- Kris ¿Qué sucede?- preguntó asustado. Volví con la cajita.

- Me olvide de darte el regalo que tus hijos te hicieron.- se lo entregué.- Feliz cumpleaños cielo.

Re-acomodó a Alexia sobre su pierna para poder abrir la cajita, sus ojos se llenaron de emoción.

- Amor… es bellísimo.- dijo alabando el reloj de bolsillo.- “Para que pienses en nosotros a todas horas. A&A” - leyó en voz alta el grabado que tenía en la parte de atrás.

- Ábrelo.- le pedí. Adentro llevaba una foto de los niños con él.

- Gracias, es el mejor regalo de todos, luego de ellos dos, por supuesto.- me besó la frente y después a los babys.

Así volvimos a nuestra rutina nocturna, yo los alimento, él los cambia; nada más que esta noche tuvo un condimento especial que deseaba a volver a repetirlo en cuanto nos diera el tiempo.
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Bueno parece que estos dos volvieron al ruedo... Rob tiene cerca una buena promoción ¿Cómo creen que él pobre llevara la lejanía de sus niños y de su esposa?... Lo sabremos en el siguiente capítulo.

Naty

jueves, 13 de septiembre de 2012

Capítulo 2: Verdades que duelen...

Chicas perdón por la demora, iba a subirlo el fin de semana pero tuve una bronquitis muy fuerte que me dejo de cama por una semana sin fuerza ni de tipear un HOLA

Les dejo el segundo capítulo de SNC, me falta nada, nada para terminar de escribir el siguiente capítulo de Our Love; con un poco de buena suerte mañana lo termino y ya se lo mando a Saris para que lo corrija y lo suba cuanto antes.

Las dejo leer tranquilas... Espero que lo disfruten y dejen sus lindos comentarios que hacen que me sane más rápido.

Naty
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Apov 

- ¡Me puedes decir que demonios fue todo esto Katherine Denalí, no habíamos quedado en no abrir la boca hasta estar cien por ciento seguras!- lo ocurrido hacia minutos atrás me provoco un enojo que no sabia si era capaz de controlar, casi se le escapaba nuestro secreto, por andar pinchando la tolerancia de Bella. 

- Mejor vayámonos de acá; con todo el griterío que hicieron ambas todo New York se entero de sus problemas, podemos ir a mi casa y ahí conversamos tranquilas, sin miedo de ser escuchadas. 

- Mejor a la mía, todavía no me siento muy bien y no tengo ganas de descomponerme en la tuya, si me pasa algo mejor estar ya en casa; además mis papas todavía no regresaron, vamos a estar más tranquilas- explicó, razón tenia, estaba blanca como el papel, ya hacia un tiempo que me había percatado que su salud no estaba del todo bien, pero ella solo se limitaba a contestar que eran por los finales y el examen de admisión, que no le permitían descansar adecuadamente. Pero a mi no me engañaba, había un brillo especial en sus orbes verdes que apareció días atrás, algo me decía que un cambio ocurría en ella, pero ahora teníamos el tema de Bella en medio, ya iba a encontrar la manera de ver que era lo que realmente le sucedía. 

- ¿Por qué la trataste de esa forma, lo que menos se merece ahora es ser tratada así?- pregunte mientras caminábamos hacia su casa. Aunque yo adoraba a todas mis amigas, Bella siempre fue más que eso, ella era mi otra mitad, mi hermana del alma, y me dolía horrores que la trataran de esa forma, aunque Kate posiblemente tenga razón con respecto a Jacob. 

- Es que me canse de seguir haciendo la vista gorda, a todo estés asunto, el pensar que no pasa nada, que todo es normal cuando ambas sabemos que no es así. Hasta ella misma sabe que hay algo más detrás de él, pero le resulta mas fácil seguir engañándose así misma con puras mentiras que Jacob le da y las que ella misma se crea, para no enfrentar la realidad- realmente estaba histérica con todo este asunto, parecía que en cualquier momento iba a explotar. 

- Si, sí, ya lo se, pero entiéndelo Kate no es para nada fácil todo esto. ¿Qué pretendes hacer? ¿Eh?, Acaso quieres que la llamemos y la invitemos a tomar el té para decirle: ¿Bellita querida sabias que el otro día vimos a Jake con Jessica?- conteste con tono sarcástico. 

- No solo la engaña – quede abatida con esta respuesta – Y no me mires con esa cara; creo que acá hay varias las que se hacen las estúpidas- simplemente agache la mirada, mientras ingresábamos a su casa, era algo que no quería creer, era demasiado doloroso, ella confiaba en mí y me lo hubiera contado ¿verdad? Me quería auto convencer.

- Kate es una acusación muy grave para hablarlo así a la ligera, y es algo que no estamos completamente seguras, son meras especulaciones nuestras, ninguna evidencia concreta- un escalofrío recorrió mi espina dorsal con solo imaginar que Bella estuviera viviendo ese infierno, algo que jamás se lo desearía a nadie, ni a mi peor enemigo. 

- Vamos Ali te creía mas viva, ¿A caso no le viste el cardenal que tenía hoy en la pierna, mientras nos duchábamos después de entrenamiento?- contesto mientras ponía la pava a calentar para tomar un té y averiguar la forma en que íbamos a intentar arreglar este problema. 

- Ella dijo que se llevó puesta la mesita ratona del recibidor mientras jugaba a la pelota con Penny. 

- Ja ja ja, eso no es un golpe provocado por una mesita ratona, además desde cuando Bella tiene pésimos reflejos, en la cancha nunca se ve eso, por algo es la mejor.- en eso tenia razón, Bells era la mejor del equipo sin ella jamás hubiéramos salido 4 años seguidos campeonas nacionales- Supongamos que le creemos ¿qué hay con la marca de la muñeca? Vos viste lo nerviosa que se puso cuando Sofy se le quedo mirando mientras se terminaba de vestir, enseguida busco la forma de tapársela. Es más, estuvo todo el día con la muñequera puesta alegando que le dolía por los tiros practicados. A mí con esa mentira no. A mí que me invente algo mejor- sirvió el té 

- Gracias... La verdad que si, esa marca era extraña, pero yo le pregunte en el almuerzo como se la había hecho y me explico que Emmet le robó de nuevo su Ipod y que en el intento de recuperarlo jugaron de manos mas fuerte de lo normal y vos viste la fuerza del oso- reí tontamente por ese estúpido apodo que le habíamos puesto cuando éramos niñas y el nos asustaba las veces que íbamos al parque a la tardecita. 

- Ali, Ali, Ali, son puras excusas y más excusas, y lo peor de todo no son sus tontas mentiras con las que no engaña ni a papá Noel, lo peor. – suspiro- Lo peor de todo es que nosotras hacemos la vista de lado, en vez de enfrentar la realidad y lo único que ganamos con todo esto es que ese maldito desgraciado siga saliéndose con las suya y la maltrate más. Sácate de la cabeza que Bella va a venir a nosotras a contarnos si algo grave le sucede. Nos vez como le apaña todos los gustos a ese parásito, que solo esta con ella por el dinero que tiene y para no perder su status social de niño rico. 

- Pero Kate ¡SOMOS SUS AMIGAS!- le grite con mi mirada vidriosa por las malditas lagrimas que se peleaban por acumularse en mis ojos. Que Bella no confiara en mí era una daga directa a mi corazón. Yo siempre fui su confidente, su diario secreto, ella sabia que todo lo que me digiera jamás saldría de mi boca. ¡Ella debía confiar en mí!- Recuerdas Kate, recuerdas el juramento que hicimos cuando éramos unas niñas después del funeral de Richard, prometimos estar unidas siempre en las buenas y en las malas y siempre confiarnos todo, por más grave que fuere, ¡Recuerdas!- mis lagrimas se escurrían por mis mejillas coloradas de los nervios- Además, si no quiere hablarlo con nosotras, tiene a su familia que la adora por sobre todas las cosas, la tiene a Renne. ¿Por qué, por qué no pide ayuda si es que Jacob la lastima? 

- Preciosa tranquila, no derrames lagrimas al viento, guárdalas para algo que lo merezca de verdad- me decía mientras acariciaba mis manos con las suyas para reconfortarme. Kate podía parecer un ser con poco sentimiento, pero las que la conocíamos en profundidad su alma, sabíamos que tenía un corazón de oro- Ali, mírame, no es tan sencillo pedir ayuda cuando algo así te ocurre, cuando te maltratan. Simplemente una termina creyendo que el enojo del otro hacia uno es justificado y que una es la culpable. Así entras en un círculo vicioso que parece no tener fin y que cuesta mucho salir. Más cuesta y más duele, si el hombre que por tanto tiempo te trato como una princesa encantada en donde eras el amor verdadero de su vida, de un día para el otro se convierte en una horrible bestia y tu burbuja de cristal se rompe en mil pedazo.- su mira se perdió por el ventanal que daba a la calle. Sabía que estas palabras eran despertar antiguos fantasmas, y que lo decía con conocimiento de causa porque lo había vivido en carne propia. 

- Sin embargo vos pediste ayuda- la mire dubitativa, no sabia con exactitud hasta donde podía hurgar en el tema, era algo que jamás tocábamos. 

- Pero antes soporte algún que otro golpe- su mirada se clavo en la mía, era algo de lo que uno no podía escapar- Además lo mío fue más un maltrato psicológico que físico. Solo una vez me levanto la mano, cuando sus celos lo cegaban y lo transformaban en el peor demonio. Yo no hubiera tenido el valor suficiente de pedir ayuda si no hubiera sido por Garret. – sus ojos se iluminaron con solo mencionarlo- Me encontró justo discutiendo con él después de un partido, acusandome de andar coqueteando con uno de sus compañeros y por eso había llegado tarde para verlo, estaba a punto de levantarme la mano por segunda vez, cuando Garret llegó para detenerlo detuvo, pegándole en la cara y me sacó a las corridas antes de que recuperara la conciencia. Yo me sentía muy miserable, poca cosa y era tal el miedo que se me formaba en mí cuerpo que no era capaz de defenderme. Mí miedo era a que él se enojara más; miedo a la reacción de mis papas; miedo al que dirán.- el tono de su voz era casi inaudible y entrecortada, suspiro antes de seguir- Por eso uno calla; el miedo te congela, te imposibilita, te hace sentir impotente, incapaz de enfrentarlo. Cuando lograba encontrar el valor, que a esa altura creía perdido, para dejarlo y mandarlo a la mierda misma, él se aparecía con la figura del caballero que yo suponía amar y rogaba por mi perdón jurando que no volvería ocurrir; y una como tonta, enamorada de la fantasía, cree y perdona; sin percatarse que la bestia solo duerme hasta la próxima luna llena- guardo silencio- 

- No tienes que seguir si no quieres Kate, se cuanto te duele estos.- dije tomándole sus manos para brindarle un poco de fuerzas. 

- No Ali, es algo ya sanado, pero que es imposible olvidar formara parte de mi pasado siempre- suspiro- Lo importante es que Garret me vio ese día detrás de las gradas del campo de deporte, me defendió y me dio las fuerzas necesarias para pedir ayuda. 

- ¿Qué raro mister Garret a tu rescate?- dije en tono burlón para cortar un poco el clima que se había vuelto demasiado tenso. 

- Ja, ja, ja, él no solo me rescato Ali, me devolvió mi vida, las ganas de proyectar un futuro con otra persona. Me enseño verdaderamente a amar por primera vez- su voz se volvió alegre de nuevo, el fantasma ya había pasado como dijo ella. 

- ¿Lo extrañas verdad?, debe ser horrible estar tan lejos tanto tiempo. Yo no me imagino estar alejada de Jasper tanto tiempo, muero en el intento- las dos rompimos en carcajadas. 

- Ay, ay que loca que sos, jajajaja....- se nos caían las lágrimas por la risa.- Pero tienes razón lo extraño horrores; me tranquiliza que solo es por poco tiempo estar lejos de él. Una vez que termine mis estudios me voy a su lado. 

- Pero ¿cómo?, si vos te ibas a ir... 

- Me iba, bien lo dijiste – no dejo a que terminara mi frase- Hace un tiempo cambie de idea con respecto a   la Universidad que ya había elegido y decidí no quedarme acá, por eso mande también un formulario a Yale, mis notas no son malas y en mi examen salí mas que bien...- se quedó callada por un instante, meditando si decir o no lo que venía ocultando.-¿Sabes que paso esta mañana? 

- ¿Qué paso?, cuennnnnnnntame no seas mala- no paraba de pegar saltitos 

- Ya cálmate, que vas a tirar el jarrón. Esta mañana recibí mi carta de aceptación para Yale. ¡Ali me voy a vivir con él a New Heaven! Garret tiene allá su propio departamento, por lo que vamos a vivir fuera del campus y yo puedo conseguir trabajo en alguna editorial como secretaria así ayudaría con los gasto, aunque él se niega a que trabaje quiere que me dedique a los estudios.- lo dijo todo de corrido y casi se queda sin aire.

- Kate esta es una gran noticia, porque no nos dijiste nada en el instituto ¡Hay que celebrarlo!- me levante buscando mi cartera donde se encontraba mi celular con intención de avisarle a las demás e ir a festejarlo- Les decimos a los chicos que nos juntamos a cenar en de Green House y... 

- Ya Alice, para con tu idea – tomó de mi mano y me sentó de nuevo en la silla- Como se te puede ocurrir celebrar con el problemon que tenemos. Yo no celebro nada hasta que no encontremos una salida a esto, para eso vinimos ¿no? Y mira al final nos desviamos del tema. Además no se me apetece compartir una mesa con Bella y Jake haciendo de la pareja del año. Me da nauseas de solo verlo. 

- Ahhhhh ¿es eso lo que te provoca nauseas?, haberlo dicho antes- pregunte irónicamente intentando averiguar su pequeño secreto, al cual ya le estaba atando mas de un cabo. 

- No se a que te referís con eso, lo dije en forma de metáfora- me evadió el tema olímpicamente- La cuestión es que no me voy a sentar a compartir una mesa con el amigo del diablo y dibujar una sonrisa de felicidad en mi rostro, diciendo aquí no paso nada, no vimos nada- comentó en forma sarcástica- Prometimos ser sinceras, decirnos la verdad sin importar cual fuera ésta y ahora es lo que menos estamos haciendo. ¡Esto ya no se puede sostener más!- elevo su tono de voz mientras golpeaba la mesa con la mano 

- Esta bien, esta bien, pero tranquilízate si, no es bueno para él... digo, digo, tú salud que te pongas nerviosa.- ay maldita sea casi se me escapa lo que mi cabeza imaginaba como su secreto escondido- Haber pensemos, solo estamos seguras que la engaña porque lo vimos a los besos con Jessica y podemos conseguir evidencia, pero dudo que Bella nos haga caso, y con el tema de los posibles "maltratos" –era algo que me negaba a creer aún- Son solo nuestras especulaciones, así que ... ¿Qué es lo que se te ocurre? Porque no le podemos ir a contar sin tener pruebas concretas de que en verdad se estuvo besuqueando con Jessica, hace un tiempo Kristen lo vio una tarde en el parque en igual situación con otra chica y cuando se lo comento ella no le creyó porque Jake le dijo que solo eran fantasías de Kiki para provocar roces entre ambos, como a Kiki nunca soporto, Bella le dio la razón sin pensarlo dos veces. 

- Si tienes razón en eso, me había olvidado porque la pequeña pulga no lo soporta y siempre hace algo para que Jacob se vaya de la casa, jajajajaja, adoro a esa enana- comento muerta de risa, recordando las mil y una que se mandaba Kristen haciéndolo quedar mal parado frente toda la familia, todos excepto Bella, que lo tenía en un altar- Entonces si pruebas es lo que necesitamos, pruebas es lo que tendremos- dijo con un tomo de malicia, mientras en su mente creaba un plan maestro- Ali vamos a necesitar la ayuda de Jazz y de Emmet, hay que reunirnos con ellos y comentarles todo, el plan "meter en la perrera a Jacob" lo haremos en la noche de la fiesta de graduación 

- Kate eso es en tres semanas, además no le podemos arruinar esa noche a Bella, lleva planeándola todo el año, como vamos a humillarla de esa forma, me niego a hacer eso- no podía ni imaginarme como se sentiría Bella si esa noche pasaba algo de ese estilo, quedaría arruinada y eso no era el fin...solo queríamos que lo dejara para que siguiera con su vida.-  ¡No! Esa es mi última palabra. 

- OK, OK quizás tengas razón tampoco la queremos ver humillada frente a todos, entonces...¡Ya se! Podemos tenderle una mentira en algún boliche, como es tan básico seguro cae sin problemas y ahí llevamos a Bella para que vea con sus propios ojitos la clase de persona que tiene al lado. 

- Va a sufrir- dije resignada y con la mirada hacia la tasa de té ya vacía- 

- Ali es imposible que no sufra, todos sufrimos cuando nos lastiman el corazón y traicionan la confianza que uno entrega, pero es mejor que sea ahora antes que las cosas avancen mas y ella termine lastimada realmente.- tenia razón, era imposible que no sufriera y conociendo a Bella se encerraría en si misma como las ostras. Tendríamos un trabajo bien complicado para lograr sacarla de nuevo afuera, pero prefería mil veces eso, si evitaba que la lastimaran de otro modo. 

- Tienes razón Kate, es que todavía no puedo creer que Jacob la engañe, ella le da todo, siguió junto a él a pesar de todo el problema con la quiebra de Billy y de lo mal parada que quedo la familia, prácticamente lo mantiene y él todavía tiene el tupé de traicionarla, sumando el posible maltrato físico. No lo entiendo, cualquier otro hombre la tendría en lo mas alto, velando por que sea feliz, estándole eternamente agradecido por todo ¿Por qué Kate? ¿Por qué Jacob no puede ser así? ¿Por qué no puede ser el de antes?- mi angustia se hizo presente. Ya no lo podía soportar más, no entendía como de un día para el otro todo había cambiado-. 

- Ya tranquila preciosa, ahora nosotras tenemos que ser fuerte, para ayudar a Bella a que siga adelante y guiarla para que encuentre a su hombre, él que verdaderamente vele por siempre para ella.- las palabras de Kate me dieron un poco de paz, pero igual todavía seguía intranquila, presentía que algo muy malo se nos estaba acercando y que iba a ser muy difícil salir. 

- ¿Crees que Bella pueda confiar de nuevo en otro hombre después de todo esto?- le pregunté, esperando una luz de Fe.

- Espero que sí Ali, espero que sí- me contesto mientras me tomaba de la mano y mirábamos ambas por el ventanal. Yo también rogaba a Dios por eso.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Capitulo 27. Recuerdos.

Tarde pero seguro...
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Kpov

Es increíble como pasaba el tiempo… nuestros enanos ya tenían un mes con nosotros y estaban enormes. Veníamos de tener una nueva cita con la pediatra de ellos, Rachel era una doctora increíble, ya la conocíamos porque atendía a Madison.

Si bien en este primer mes Alex y Aly nos dieron un buen baile, todo valió la pena al ver cuanto habían crecido. Quizás nosotros no nos dábamos cuenta de los grandes cambios porque convivíamos con ellos las veinticuatro horas, pero al ver reflejado en los papeles el crecimiento de ellos, me llenaba de emoción.

Habían subido un kilo cada uno y crecido de largo unos tres centímetros; también ya se mantenían más despiertos durante el día, habían aprendido a dormir de noche, y cuando estaba con personas que le resultaba conocida sonreían… Esa era la mejor parte, verlos sonreír lograba que tanto Robert como yo nos llenemos de baba la cara.

Fue un mes de conocernos nuevamente e ir descubriéndonos; hubo momentos que no todo fueron sonrisas, como mi ataque de nervios y el descubrimiento del nacimiento de ellos por parte de la prensa.

Flash Back

Hace dieciséis días que me había olvidado lo que es dormir aunque sea tres horas seguidas… Hace dieciséis mi única ropa era estar un short negro y un remerón de mi marido… Hace dieciséis días me sentía una vaca lechera, que no salía de su casa… y hace dieciséis días mi rutina se basaba en amamantar, cambiar pañales, dormir media hora, amamantar, cambiar pañales, dormir una hora, y así era el círculo sin fin… Pero hoy ya no lo soportaba más.

- ¡Robert!!!- grite desesperada desde la habitación, provocando que los niños lloraran con más fuerza.

- ¿Qué pasa cielo?- llegó corriendo.

- No puedo más, hazte cargo de ellos porque no me voy a poder controlar.- y salí corriendo hacia el baño, para encerrarme en el.

Y me largué a llorar desconsoladamente… ¿Tan mal era sentirse cansada y desear aunque sea solo una hora para hacer otra cosa que no sea ser mamá? ¿Era una mala madre por sentir eso? Cada cosa que hacía mi mamá o mi suegra me retaban, yo se que no lo hacían con intención, solo querían ayudar pero ya no soportaba más que me corrigieran cada cosa que hacía.

Lloré por no saber controlar a mis hijos, por no haber aprendido aún a entender lo que necesitaban, por desear solo por un segundo ser esa mujer de antes, la que no era mamá y podía salir sin preocupaciones a la calle aunque sea para dar una vuelta con los perros.

Perdí la noción del tiempo, de tanto llorar, hasta que sentí a Rob golpeando la puerta.

- Kristen abre.- pidió.

- ¡Déjame sola!- grite con la voz cortada de tanto llorar.

- ¡O abres o la tiro abajo, tú decides!- sentí como intentaba forzar la puerta.- ¡Sabes que digo la verdad, te doy hasta tres para que me abras!

- ¡Déjame en paz!

- Uno.- empezó a contar.- Dos.- me levanté y le abrí la puerta antes que la tirara abajo.- tr… Dios mujer que te sucedió.- me miró de arriba a bajo y luego me enterré en su pecho para seguir llorando desconsoladamente. Como siempre él tan amable no me preguntó nada, se limito a abrazarme y acariciar mi espalda.

- Soy una pésima madre.- hablé gimoteando.

- No te castigues tanto amor, estás cansada solamente.- secó mis lágrimas.- Ven, sentémonos.- bajo la tapa del inodoro se sentó y luego me acomodó sobre su regazo.- Se que estos días no han sido fáciles y debes sentirte agotada, lamento no poder ayudarte más.- ahora también tenía que sumar a mi cargo de conciencia la culpabilidad de mi marido.

- Tú lo haces muy bien, soy yo la que no puedo.- mis lágrimas volvieron a desbordar de mis ojos.

- No, tú y yo hacemos lo mejor que podemos.- lo miré con mala cara.- Si quizás no lo estamos haciendo como Alex y Aly nos lo demandan pero es nuestra primera vez con dos niños las veinticuatro horas del día… Yo también me siento agotado, más de una noche me dije mentalmente al ver la hora en el despertador “porque Dios no se duermen tres horas seguidas y dejan de molestar”- me causo gracias su forma de quejarse.- Vez yo también soy un mal padre por añorar dormir en vez de tenerlos con nosotros.

- Siento que mi vida es un círculo, todos los días es lo mismo… Me siento como la película de Shrek cuando el se cansa de su vida rutinaria. Vuelvo a escuchar un llanto más y no respondo de mí, estoy harta de estar encerrada en esta casa.- suspiré resignada.

- Quizás lo que necesitas es salir a tomar un poco de aire, olvidarte un rato de tu modo mamá y colocar el modo mujer ¿Porqué no vas a dar una vuelta con los perros? O mejor, llama a Nettie y se juntan un rato a charlar en su casa; creo que estaba peleada con Tom porque el quiere pintar de verde el living y ella quiere un color más natural.

- ¿Verde?- asintió.- ¿Está loco o qué?- se encogió de hombros.- Igual no puedo salir ¿Qué pasa si llegan a tener hambre?

- Por que tomen fórmula un día no será el fin del mundo.- su idea no me convencía del todo, los babys odiaban la fórmula siempre escupían más de lo que tomaban.- Vamos cielo, te volverás loca si sigues aquí encerrada.

- Ummm no se.- me mordí el labio indecisa.

- ¿Y si te sacas un poco de leche? Así no tomaran fórmula y no te sentirás tan mal por no darle el pecho.- esa idea me gustó más.- Que dices bombón ¿Hacemos trato?- puso la mano para que la chocáramos.

- Ok, me convenciste.- choqué su mano.

Una hora después, luego de estar media hora con el saca leches, de bañarme y de ponerme otra ropa que no fuera el short y el remerón, estaban sobre mí mini cooper rumboa la casa de Nettie… Nunca disfruté tanto de la sensación de manejar por las calles de Londres.

Al final la hora se convirtieron en tres horas y varias llamadas a Robert para comprobar que la casa seguía de pie y mis hijos con vida; aproveché y pasé por un restaurante chino para llevar la cena. 

A penas entré, me topé con la hermosa postal de mi marido sentado en el sillón con los niños en cada brazo viendo la televisión.

- ¿Cómo están mis soles?- deje todo en la mesita ratona y corrí a abrazar a mis bebés; aunque tres horas atrás estaba por asesinarlos, la sensación de volver a sentirlos cerca de mí era única.- ¿Le dieron mucha guerra a papi?- los dos movían sus bracitos y piernitas con rapidez de la emoción que tenían de volver a verme.

- Nada fuera de lo normal- me sonrió mi hombre.- ¿Disfrutaste de tu “libertad”?

- Mucho.- ambos nos reímos.- Pero fue mucho más lo que los extrañe.- tomé a Alex en mis brazos porque había enredado sus deditos con mi pelo.- ¿Qué película están viendo?

- Shrek 4, les decía a los enanos que si no aprende a comportarse mamá se transformará en una ogra y eso no sería bueno para ninguno de nosotros, ¿Verdad princesa?- Rob jugaba con Aly.

- Eres un idiota.- golpeé su pecho, ambos nos reímos y otras dos risitas más se nos unieron, nos paralizamos al oírlas.- ¿Escuchaste?- él asintió, volví a golpearlo y nuevamente se rieron.- ¡Se están riendo!

- Si a costa de su padre golpeado.- dijo queriendo parecer ofendido; me reí y los niños me acompañaron.

- Traje la cena.- señalé las bolsas que esperaban sobre la mesa.- Porque no te vas a dar una ducha, mientras los niños y yo ponemos la mesa para ver los cuatro juntos la peli.

- Es una excelente idea.- se paró para ir a bañarse, puso a Aly en su sillita.- Te amo preciosa, me alegro de ver de nuevo el brillo de felicidad en tus ojos.- besó con rapidez mis labios antes de marcharse.

Cenamos tranquilamente viendo la película, Aly en brazos de Rob y Alex en los míos, casi a final de la misma, los pequeños se quedaron dormidos y permitieron que yo me acomodara mejor sobre el pecho de su padre.

Cuando ya nos íbamos a dormir comenzó a sonar el teléfono de casa.

- Ve a acostarlos, yo atiendo.- asentí mientras subía a nuestra habitación. Rob se tardó más de lo normal, cuando iba a bajar a buscarlo, él llegó con una mala cara.

- ¿Ocurrió algo?- pregunté asustada.

- Era Steph… tienen fotos tuyas entrando y saliendo de la casa de Nettie, ya saben que los niños nacieron.- la noticia me cayó como balde de agua helada.

- ¿Y ahora qué haremos?- por mi maldita culpa ahora ya sabían de la llegada de ellos.

- Le dije que mandara un comunicado afirmando el nacimiento el diez de abril por parto normal, que tanto los niños como tú están en perfectas condiciones.

- ¿Les diremos los nombres de ellos?- Rob se acercó hasta mí y ambos nos sentamos en la cama.

- No se, es tú decisión el límite de hasta cuanto vamos a mostrar.- tomó mi mano, acariciándola para tranquilizarme.

- Diles los nombres y cuanto pesaron, que no tendrán más que eso y el que ose a molestar la paz de ellos se verán envueltos en un gran juicio. No permitiré que atosiguen a mis hijos como lo hacen con nosotros.- hablé después de pensarlo por un rato.

- Me parece razonable. Voy a llamar de nuevo a Steph para comunicarle nuestra decisión. Seguramente en el noticiero de la noche se publicará todo.- salió de la habitación nuevamente. Aproveché para tomar mi celular y llamar a una persona para que me hiciera un favor.

- Lizz, ya lo saben… Si, Stephenie nos acaba de avisar seguramente Ruth debe estar llamando también… No, solo confirmaremos su nacimiento y daremos algunos datos para que no molesten ¿Puedes hacer lo que ya habíamos arreglado?... Gracias cuñada te debo una… Si, mejor los dos por ahora están durmiendo… Les doy el beso luego de parte de su única tía favorita jajajaja… Descansa, bye.- corté la llamada y me tiré sobre la cama.

- Listo, dentro de una hora todo el mundo sabrá del nacimiento de Alexander y Alexia; las redes sociales estarán ardiendo.- asentí.- ¿Estás bien cielo?- se tiró encima mío.

- Si.- acaricié su rostro.- Aprovechemos que los niños duermen y hagamos lo mismo.- él solo asintió. Nos quedamos dormidos un rato, hasta que sonó el celular de Rob, era un mensaje de texto de Steph

“PONGAN E!!!”

Busqué el control remoto y puse el bendito canal, llegamos justo para escuchar la noticia del momento.

“¡Llegaron Baby´s Robsten!... Ayer por la tarde unos paparazzis descubrieron a K-Stew saliendo de la casa de Tom Sturridge sin su panza que la acompañaba hace unas semanas atrás… Ken Baker tiene más información sobre el asunto.

Así es, hace tan solo unas horas los representantes de ambas parejas emitieron un comunicado confirmando el nacimiento:

El diez de abril por la madrugada llegaron a nuestra familia Alexia Grase y Alexander Liam, pesando 3,050kg. y 2,835kg. respectivamente. Fue un parto normal, tanto la madre como los niños están en perfectas condiciones. Toda la familia se encuentra llenos de alegría por la incorporación de los nuevos integrantes.

Ya lo creo que deben estar más que alegres, estos niños fueron muy esperados luego del trágico accidente que sufrió Kristen años atrás, costándole la vida de su primogénito.

Si Julianna, es por eso que los representantes avisaron que cualquier movimiento de ostigación que afecte la tranquilidad de la familia por parte de los paparazzis se tomará duras medidas legales. Las leyes en Uk son bastantes estrictas con respecto a este tema y conociendo a Rob y Kris no se quedarán quietos ante esto.

¿Kristen hará algún photoshop para conocer a los bebés?

No, ambos en la entrevista dada a Vanity dejaron en claro que no lucrarían con la imagen de los niños… Quizás por eso a modo de gentileza, poco tiempo después que llegó el comunicado a todas las salas de prensa Elizabeth Pattinson publico vía Twitter una foto de sus nuevos sobrinos.

“La Paz absoluta”



¡Son dos preciosuras!... Felicidades K-Stew y R-Pattz, toda la bendición del mundo de parte de la gente de E!... Ken volvemos en un momento con las novedades sobre el nuevos escando de Lohan”

Apagué de inmediato el televisor cuando cambiaron de tema.

- ¿En qué momento Liz publicó esa foto? Voy a matar ahora mismo por metida.- se estaba por levantar parar llamarla, lo detuve.

- Yo le dije que publicara esa foto, así todos se quedarían calmados de ya tener una foto de los niños… Si alguien tiene el derecho de publicar la primera foto de ellos esa es Lizz- le explique, intentando tranquilizarlo. 

- Ok.- se recostó nuevamente, me acomodé sobre su pecho que latía velozmente. 

- Ya cálmate tigre, en algún momento se iban a enterar.- lo besé justo donde está su corazón. 

- Quiero protegerlos a los tres, que nada malo les pase y puedan crecer felices. 

- Puedo prometerte que van a crecer felices pero no que nada malo les pase, lamentablemente es la ley de la vida… pero podemos acompañarlos en este largo camino y ayudarlos a levantarse cuando se sientan caídos. 

- Y luego dices que eres mala madre.- me reí.- Ven mi mamacita hermosa, durmamos los veinte minutos que no quedan antes de la nueva toma de leche. Mañana será otro día más de nuevas aventuras.- me rodeó con sus fuertes brazos para volver a caer rendidos ante Morfeo. 

Fin de flash back 

Ahora ya habías aprendido un balance, poco a poco construimos una nueva rutina, el poder yo extraerme leche nos ayudo mucho ahora en la noche, Rob se podía levantar a alimentarnos y eso me daba más tiempo para dormir o para darme un baño de más de cinco minutos.

También me daba la posibilidad de salir un poco de la casa, todas las mañanas luego de desayunar iba a correr con Nala y Bear por la zona; si bien nunca fui una loca por como mantenía mi cuerpo, para la sorpresa que quería darle a mi marido por su pronto cumpleaños deseaba encontrarme lo más en forma que pudiera… Eso me llevo a mi nueva visita con Lau.

- Miren quien vino a visitarme, pasen, pasen.- dijo Lau cuando me atendió.

- Estábamos por la zona de compras y pasamos a saludarte.- ingresé con el cochecito.

- ¿Y papá oso? Me sorprende que los haya dejado salir sin él.- bromeó.

- Esta trabajando y aproveche para salir con ellos a pasear, el día está precioso para quedarnos encerrados en casa. Además quería hacerte una consultita.- me puse colorada de repente.

- Voy a prepara un poco de te y mientras charlamos sobre todo.- se fue hasta la cocina.

Hablar con Laura sobre la maternidad me hizo sentir mejor conmigo mismas, ella sabía del caos que se había convertido mi vida, al tener a su par de gemelas paso por lo mismo hace un tiempo atrás. En mitad de nuestra grata conversación, mis solecitos se despertaron demandando un poco de mami, una vez que comieron practicamos con ambos un poco de masajes Shantala, 

Laura me recomendó que se lo hiciera luego de bañarlos para ayudarlos a relajarse y a dormir mejor. Alex no paró de sonreír con mis caricias por todo su cuerpo desnudito, yo había descubierto que le agradaba mucho que le tocara su pancita cuando lo cambiaba; me solía mirar con sus ojitos azulados de enamorado. Aly en cambio, se relajó tanto con los masajes que Lau le practicaba que se termino durmiendo.

- Bueno cual era la gran consulta que me querías hacer.- me preguntó Lau con Alex en sus brazos.

- Pues, el jueves es el cumpleaños de Robert, le estoy preparando una pequeña reunión sorpresa en la casa de sus papás de más está decirte que estás más que invitada.- ella asintió.- y este…, veraz…, yo…- no sabía como llegar a la pregunta.

- Dilo de una vez Kris, me estas alterando.

- Quiero tener sexo con el.- lo dije rápidamente.

- ¿Esa era la gran pregunta?- asentí avergonzada.- Mujer pensé que era algo más grave.

- Es que todavía no terminó la cuarentena, me queda una semana más aún pero no creo que la puede resistir; el otro día de casualidad entre al baño cuando él estaba saliendo de la ducha y verlo todo mojado, desnudo casi me lanzo sobre su cuerpo para violarlo. Se salvó porque Aly se despertó… ¿Es normal que me sienta así? Creí que luego del embarazo mis hormonas se acomodarían un poco pero aún siguen on fire.- Lau se reía negando con la cabeza. 

- Kristen lo de la cuarentena es una fecha temporal que se fija para que la mujer pueda adaptarse a el gran cambio de ser mamá. No todas son iguales, algunas les lleva más tiempo otras menos; no hay nada de malo en sentir deseo sexual hacia tu marido poco tiempo después de dar a luz, en todo caso te felicitaría con todo el cansancio que debes traer encima, piensas aún en el deseo carnal.

- Es que siempre fuimos… como decir, una pareja muy, muy, muy activa.- volví a ponerme color rubí.- En verdad extraño mucho esa parte de nuestra relación, Robert es un dulce conmigo y los niños, es un padre que está atento a todo para hacerme el trabajo más liviano. Amo esta nueva faceta suya, pero también amo y extraño al hombre que me solía amar como si no hubiera mañana.

- Estoy segura que él también debe extrañar a su compañera de “juegos”.- una risa boba se me escapo.- Ya sabes que el alta te lo dí hace tiempo, tu cuerpo está en perfectas condiciones para volver al ruedo; estás tomando la píldora y mientras des lactancia exclusiva te va a proteger de darles un hermanito a estos primores.

- Que se te haga la boca a un lado.- se rió de mi comentario, al ver mi cara de pánico; amaba a mi dúo pero dentro de mucho, mucho, mucho tiempo volverían a tener un hermanito.

- Entonces no hay ninguna contraindicación para que no puedas tener relaciones con Robert, como consejo te diría vayan de a poco, puedes que necesites una lubricación extra… tenga alguna a mano, mucho juego previo, recuerda que tu vagina trajo a dos niños y puede que aún esté sensible, no lo hagan como dos salvajes la primera vez sino que ámense de a poco.- ese comentario me hizo recordar nuestra primera vez.

Flash back

Diez horas y media de vuelo nos separaban, luego de todas las idas y venidas, de mis dudas e indecisiones, al fin era completamente libre para estar con él. Nunca estuve tan nerviosa durante un vuelo, seguramente mi cuerpo y mi corazón sabía lo que nos esperaba una vez que pisemos esa ciudad. 

¡Qué estúpida había sido durante todo este tiempo!

Volví a mirar trigésima quinta vez mi celular para leer su último mensaje.

“Habitación 314, esta dos pisos más arriba que la tuya. Te espero… R.”

Un hormigueo extraño recorría todo mi cuerpo, desde que el velo que cubría mis ojos y nublaba mis pensamientos había caído lo necesitaba como el aire que respiro. Mire mi reloj, seis horas más era todo lo que nos separaba… en seis horas más al fin sería completamente suya.

*****
A penas terminé de registrarme en el hotel, fui hasta mi habitación para dejar mi valija y para que mi hermano Taylor no sospechara de mi, ya bastante rara me había notado durante todo el viaje.

Cuando al fin estuve frente la habitación 314, me llevó como cinco minutos golpear la puerta. Nadie atendió- ¿Quizás esté dormido o haya salido?- pensé. Volví a golpear la  puerta más fuerte y de golpe se abrió… 

Me miró de arriba a bajo, yo terminé agachando la mirada por la vergüenza que solo él lograba provocarme. 

- Pasa, te estaba esperando.- su gran sonrisa hizo que se me iluminara el alma. Ingrese a la habitación sin omitir palabra, tenía la cabeza agachada jugando nerviosa con mis dedos. Él se paró frente a mí y con un dedo me levantó de la barbilla para verme a los ojos, sabía que era lo que esperaba que le dijera. 

- Ya soy libre.- dije en susurros, mordiéndome el labio inferior. Él no dijo palabras solo asintió, sin borrar esa gran sonrisa que traía consigo; se acercó de a poco hasta quedar a la altura de mis labios. 

- ¿Sabes que ahora no te libraras de mi verdad?- asentí, llevando mis manos hasta su cuello.- Te quiero Kristen y quiero que me des una oportunidad para demostrarte todo lo que siento por ti.- hablaba casi encima de mis labios. 

- El que este aquí creo que indica que quiero lo mismo… yo- yo también te quiero Rob.- fue lo último que dije antes de sentir la presión de sus labios sobre los míos. 

Fue un beso demandante, lleno de necesidad, de ganas retenidas con anterioridad, de pasión, promesas a futuro pero sobretodo, un beso lleno de amor… de ese amor que intente a toda costa sacarlo de mi mente y de mi corazón. 


Sentir su lengua batallando con la mía, nuestras salivas mezclándose y transformándose en una sola, me hacía sentir viva. Un fuego devastador recorría todo mi cuerpo. De un momento a otro mi espalda chocó contra una pared, si me dolió no me di por aludida. Robert apretó con fuerza mi trasero para acercarme más a él, su dura y gran erección golpeaba mi abdomen; de un salto envolví mis piernas en su cintura sin dejar de besarnos… un gemido lastimero se escapó de mi interior cuando su pene se colocó bajo mi vagina, más la fricción de nuestros cuerpos estaba volviéndome loca. 


- Te… necesito Rob.- dije estirándole el pelo para que me escuchara; solo asintió y me llevó hasta la mesita que estaba al lado nuestro, me depositó allí para desvestirme. 

Nuestras manos se volvieron torpes a causa de la desesperación que tenían nuestros cuerpos en sentirse. Rob no paró de mover rítmicamente su cadera sobre la mía, para excitarme más de lo que ya estaba… Mis bragas estaban completamente mojadas, solo quería sentirlo dentro de mi interior, haciéndome suya. La lucha con los botones de mi camisa fue demasiado para él así que los abrió de golpe rompiéndolos. 

- Te compraré otra.- dijo mientras se apuraba en desabrochar mis pantalones y sacar su remera al mismo tiempo. 

- No te preocupes.- le conteste, lamiendo su cuello con desesperación. Mis manos poco útiles luchaban con su cinto.- Dios porque esto es tan malditamente difícil.- bufé de frustración, el muy idiota solo se rió, mientras sacaba mis senos del corpiño para amasarlos y chuparlos.- ¡Bingo!- grité emocionada cuando al fin logre deshacerme del bendito cinturón. Bajes sus pantalones y boxer todo al mismo tiempo, frente a mí quedó expuesta su gran y brillante erección ¿Cómo iba a hacer eso para caber en mi interior? No lo pensé mucho y lo empecé a masturbar. 

- Dios bebé, para o me harás acabar.- habló con mi pezón metido en su boca. No le hice caso y aumenté la velocidad… de golpe se separó de mí para sacarme de un solo tirón los pantalones. Volvió a besarme con desesperación, mientras una de sus manos se metía dentro de mis braguitas.- Estas empapada.- metió dos dedos de golpe en mi interior. 


- Robbbb.- chille, mi pelvis se movía sola a causa del gran placer que me estaba proporcionando sus manos.- De-ja de ju-gar…¡Follame de una puta vez!- pedí gritando. 

Con la mano con la que lo estaba masturbando acerqué su pene hasta mi entrada, el entendió mi desesperación, rasgando de un tirón mis braguitas e ingresando a mi interior de una sola y profunda estocada. 

- Robb…- grité sacando todo el aire de mis pulmones, sus estocadas eran rápidas, bruscas y profundas, me estaban volviendo loca. 


- Eres… tan… estrecha.- hablaba entrecortado por la agitación del momento.- No voy… a durar… mucho más.- dijo antes de besarme, envolví mis piernas sobre su pelvis para sentirlo aún más profundo… 

A mí tampoco me quedaba mucho más; mis paredes comenzaron a contraerse, él aumentó aún más el ritmo haciéndome ver estrellitas de colores cuando mi orgasmo se desató como un huracán... Perdí la conciencia de todo, pero sentí cuando luego de un par de estocadas más se derramó en mí interior; apoyó su frente húmeda sobre mis hombros, acaricié su pelo mientras ambos recuperábamos la respiración. 

- ¿Estas bien?- me preguntó luego de unos minutos, no tenía fuerza para nada así que solo me limité a asentir.- Perdón, no quise ser tan brusco.- iba a salirse de mi pero lo detuve con mis piernas. 

- Fue perfecto amor.- acaricié su rostro. 

- Dilo de nuevo.- me pidió emocionado. 

- Fue perfecto.- besé sus labios. 

- Eso no Kris, lo otro.- dijo ansioso. 

- ¿Amor?- contesté con duda, pero al ver la luz que emanaba sus bellas orbes azuladas supe que esa era la palabra que quería escuchar.- Amor… Fue perfecto mi amor.- esta vez lo dije con más afirmación. 

- Dios esperé tanto para escuchar eso de tu boca.- me besó lleno de necesidad; la unión de nuestros cuerpos sumado al beso demandante provocó que estuviéramos listo para una nueva ronda. 

- ¿Ummm ya tan rápido, amor?- pregunté entre gemidos. 

- Tú logras esto cielo.- besaba mi cuello.- Pero ahora te amaré con más calma. 

- Hazlo como quieras, solo te pido que me ames.- tomé de su rostro. 

- Eso lo hago desde hace un año y prometo hacerlo el resto de lo que nos queda de vida Kristen. Ahora nunca más te escaparas de mí. 

- Nunca más.- prometí, mientras él me cargaba para llevarme a la gran cama que nos esperaba para dar rienda suelta a nuestro amor. 


Fin del flash back 

- Kris ¿estás bien?- preguntó Lau, trayéndome nuevamente a la realidad. 

- Esteee si, solo me vinieron recuerdos del pasado nada más.- intenté ocultar mis pensamientos, pero creo que el nerviosismo que transmitían mis piernas me dejaban en evidencia. Por suerte el sonido del celular me salvo.- 

- Amor ¿Cómo te fue?- Rob ya había terminado con su reunión. 

- Estoy cansado, ya sabes como me aburren las reuniones para organizar las promociones. Prefiero estar en casa contigo y los niños.- me lo podía imaginar haciendo pucherito. 

- No estoy en casa; salimos con los chicos a dar una vuelta y ahora estamos con Laura. 

- ¿Te paso algo? ¿Aly tiene de nuevo cólicos? ¡Ya salgo para allá!- se volvió un desquiciado en un segundo, hasta lo podía ver corriendo para todos lados. 

- Nop nada malo nos sucede, déjate de preocupar; solo pasaba por la zona y vinimos a saludarla, ya nos estábamos por ir.- intenté tranquilizarlo. 

- Ahhh, me asustaste.- se quedó un momento callado.- ¿Estas con el auto? 

- Si, y con el cochecito de los niños eran muchas cuadras para venir sin auto ¿Porqué esa pregunta?- estaba intrigada. 

- Pues ya que salieron y yo estoy también afuera, quería invitar a mi familia a cenar por algún resto de la zona. ¿Qué te parece la idea? Así no tendrías que cocinar al llegar a casa. 

- No es mala idea, pero que hago con mí auto porque vos hoy saliste con el tuyo.- le pregunté. 

- Estoy con John, te paso a buscar, él se lleva mi auto para casa y nos manejamos con la camioneta ¿Si? 

- Ok, te esperamos entonces, besitos amor.- me despedí. 

- Estaré en unos veinte minutos. Los amo.- cortó la llamada. 

- Perdón por la interrupción, era Rob, me invitó a cenar afuera.- le comenté a Lau. 

- Espero que lo disfruten, ya vas a ver como de a poco van reacomodando su vida. Como te dije antes, no intentes a hacer todo de golpe ni a volver ser la mujer de antes porque eso no va a suceder y vas a terminar frustrándote. Entrégate a vivir esta nueva experiencia y a volver a construir una nueva persona.- asentí. Alex comenzó a lloriquear pidiendo a mami. 

Esperamos hasta que Robert llegara, Alexia se despertó con el timbre y recibió con los brazos abiertos a su adorado papi, al cual le hacia falta un babero de tanta baba que le caía por su princesita como él le decía. 

Una vez que nos despedimos de Lau fuimos hasta un restaurante llamado Mediterráneo, donde se comían unos deliciosos platos italianos… Obviamente no pasamos desapercibidos, varias personas nos miraban y dos mujeres se acercaron a felicitarnos por nuestros hijos. Como era de esperarse al salir del lugar había varios paparazzis esperándonos para tener la foto más codiciada del momento: la de nuestros niños ¡Menos mal que había bajado del auto con la carriola! Así que solo nos sacaron fotos a nosotros en “nuestra primera salida en familia”, era algo que nos teníamos que ir habituando de a poco ya que no pretendíamos tener a los bebés encerrados para siempre. 

Ya en casa bañamos a los niños, tomaron su ración de las diez de la noche y luego quedaron los dos más que fritos en el moises; pude darme un grato baño relajante, pensando todo lo que debería hacer mañana: ir a buscar la torta, retirar la ropita que encargué para los niños, el regalo de cumpleaños, comprar lencería e ir con la estilista para que me dejara hecha una niña; sin duda tendría que pedirle ayuda a mis cuñadas para que se encarguen de los babys así mi marido no sospechaba nada de su sorpresa. 

Una sonrisita tonta se me escapo, al pensar como disfrutaríamos ambos de sus veintiocho añitos... 

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Gracias nenas por su apoyo... ^_ ^