miércoles, 21 de noviembre de 2012

Capítulo 30 Aniversario.

Buenas noches chicas ya por fin esta aquí el tan ansiado capitulo, muchas gracias por todos los comentarios de la entrada anterior de verdad son muy importantes para nosotras, quiero agradecer también a una niña que me dejo sorprendida por lo que hizo nunca pensé que quería tanto OL, fany nenaaa gracias, gracias infinitas.... Y las chicas que se les mando el correo que les pareció la sorpresa?

Bueno ahora siii corran a leer el cap que esta echo con mucho amor..

Sarita
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Kpov

- Son demasiados lindos.- Suzie le hacía trompetitas sobre la barriga de Alex, quien no paraba de reírse.- Ahhh y mira como se ríe, no se porque dices que él es más gruñón ¡Tiene la risita más linda que escuché en mi vida!- volvió a soplarle la pancita.
- Últimamente se volvió más sociable, además como para que no se ría, con las caras tontas que le pones es inevitable.- me lanzó un almohadón sobre la cara.


- Eres una tonta.- dijo haciéndose la ofendida.
- Y tú una payasa.- le saqué la lengua, Aly en mis brazos se reía de nuestra absurda conversación.
- Hablando en serio, yo se que pocas veces lo hago, pero estos niños te salieron muy lindos.- tomó a Alex en brazos para darle un gran beso en sus regordetes cachetitos.- A Rob le dará un ataque al corazón cuando esta niña comience a tener pretendientes, y más si llega a salir como la madre, uff pobre de él.
- JA-JA-JA- me reí de manera sarcástica.- Como si yo hubiera tenido un desfiladero de novios en mi historial, con los dedos de una mano me alcanza para contarlos.
- Cierto.- se quedó pensando.- Corrijo mi comentario anterior, espero que no salga como tú porque eres una monja aburrida… Solo probaste dos platos del menú y enseguida compraste el paquete entero.- rodó los ojos.
- Para que seguir probando más platos si con el que compré satisface cada una de mis necesidades, y como las satisface.- me hice la importante.
- ¡Kristen, tenemos niños presentes! Ellos no quieren saber como papi y mami se devoran mutuamente.- le tapo las orejitas a Alex.- Igual… o sea… ya… ¿todo sigue como antes?- me causó gracia la cara que me ponía.
- ¿Tú dices si ya volvimos a tener sexo?- pregunté como si nada, jugando con las manitos de mi hija.
- Jesús Kristen, están los babys aquí, cuida ese lenguaje de camionero.- no le salía para nada bien el papel de santurrona.- Si a eso me refería.
- Si, hace un mes más o menos volvimos a tener se…- me miró con mala cara para que no diga la palabra sexo frente a los niños.- Volvimos a amarnos.
- ¿Y todo sigue igual ahí?... Digo, tuviste dos mini melones por la “cuevita del amor”.- no pude evitar reírme por su tonta comparación.
- Todo esta bien en la “cuevita del amor”, ya sabes como es Robert, siempre pone todo su empeño para que las cosas salga excelentes, sigue siendo tan atento y apasionado como de costumbre, creo que nunca voy a poder quejarme sobre él en ese departamento… Siempre me tiene un cien por ciento satisfecha, aún cuando era una ballena ciclotímica hormona que quería tenerlo entre mis piernas casi las veinticuatro horas del día, él se las arreglo siempre.- dije orgullosa de mi marido.
- Ya ya ya no es necesario que demuestres tu abundancia de pan entre los pobres.- achicó sus ojos.- ¿Y ahora como hacen con los dos intrusitos? Espero que no lo hagan frente a ellos.
- Oye que clase de pervertidos crees que somos…- ahora yo le lancé la almohada.
- Te tengo que recordar la vez que los pesqué en el garage de esta casa, cuando les pedí que vayan a buscar un alargador para enchufar algo… o cuando dijiste que ibas a buscar algo de tomar a la cocina y desapareciste durante media hora, luego apareciste con los labios hinchados y un chupón en medio de tus pechos, dejaron un desastre en el armario de planchado, o sea a quien se le ocurre tener sexo en un armario de un metro cuadrado…¡Solo a ustedes dos! O cuando estábamos en aquel campo en…- la paré.
- Ok, ok entendí tú punto, no es necesario que saques a relucir todas mis sesiones de sexo rápido y exhibicionista… Lo hacemos cuando los niños están dormidos, mayormente en la noche o algo rápido mientras nos bañamos en la mañana… ya sabes, ellos duermen en nuestra habitación así que no podemos hacer los grandes actos de amarnos toda la noche como antes, cuando estamos juntos lo disfrutamos al máximo pero solemos tener llantos que nos sacan del momento.
- Entonces ¿Ya no tienen más los súper a maratones de amor?- negué con la cabeza. En realidad nuestra nueva vida sexual se basaba prácticamente en diez minutos como mucho, antes que un llanto nos reclamara, Aly y Alex parecían tener un GPS interno que les avisaba cuando interrumpirnos.
- Igual no me quejo, lo que tengo está bien… aunque me gustaría poder disfrutarnos más tiempo, esta etapa es temporal ya los niños crecerán, pasaran a su propia habitación y volveremos a tener más tiempo.- explique.
- ¿Por qué no aprovechan que viven cerca de la casa de Clare y se lo dejan una noche así ustedes no tienen espectadores rondando?
- Ummm me pone muy ansiosa que los niños no estén con alguno de los dos, sería peor que tenerlos a tres metros en otra habitación, mi mente no se concentraría, estaría pensando si están bien, si están llorando, si se quedaron con hambre… Recuerda que ellos solo se alimentan a pecho, así que no pueden estar tantas horas alejados de mi.- apreté mas hacia mi pecho a mi Aly.
- Por que tomen un día fórmula no va ser la muerte de nadie.- la mire con mala cara.- Ok, entendí nada de fórmula para ellos.- le devolví una falsa sonrisa.
- No me molesta que ellos dependan de mi pecho, es más me encanta que sea así… al principio fue un poco molesto, hasta doloroso diría yo pero no lo cambiaría por nada del mundo lo magnifico de ese momento en donde solamente somos los tres, cuando ellos me miran con sus ojitos brillosos lleno de amor mientras se alimentan no hay palabras suficientes para describir el amor que me dan y les doy en ese momento… Simplemente tienes que vivirlo para entenderlo.- mi amiga se quedo callada mirándome atentamente.
- Sip te convertiste en toda una mamá oso, pero quien no lo haría con estos osezno.- Alex tiraba de los rulos rubios de mi amiga.- Estos niños le darán un plumazo a los hijos de Brangelina.- me reí de su ocurrencia.- Si es cierto, van a cumplir tres meses, parecen bebes de portada y encima están vestidos de arriba a bajo con Gucci.- marcó la ropa que justo hoy llevaban.

      

    

- La marca nos regaló toda esta ropa, recuerda que Robert es la cara de la ropa para hombres.- me justifiqué.
- Si, como lo hizo Dior, Balenciaga y Mulberry, con todas esas marcas no vas a gastar nunca en ropa, siempre te la darán gratis.
- Bueno si, es verdad tienen más ropa de lo que van a llegar a usar, más en esta etapa que todas las semanas crecen y crecen… Pero la iglesia y el hospital de niños siempre están encantados en recibir los paquetes de ropa y cosas que no usamos.- con Rob siempre hacíamos donaciones todos los meses, ya sea de manera económica o material a diferentes organizaciones que ayudan a niños y jóvenes en situaciones de pobreza; era una manera de retribuir la bendición que teníamos.
- Ustedes dos siempre con un corazón tan grande, ojala la maldita prensa supieran todo su trabajo humanitario así los dejan en paz.
- Sabes que no lo hacemos por esa causa, a los dos nos gusta ayudar y la verdad no somos de gastar dinero en cosas extravagantes, la mayor parte la invertimos en bienes raíces que generan más dinero con los alquileres, los niños ya tienen su propia cuenta como una generosa cantidad de dinero guardada para sus estudios universitarios, en nuestra vida diaria gastamos como cualquier familia de cuatro integrantes… así que los millones se nos acumulan en el banco.- me encogí de hombros; justo la charla fue interrumpida por mi celular.- Es Rob.- le avisé a Suzie.- Hola amor ¿Ya terminaste tú reunión?... Si seguimos en lo de Suzie… Están portándose excelente, tienes que ver como Alex se ríe con ella.
- Dile que venga a cenar aquí, llamo a los chicos y hacemos una mini reunión.- me dijo bajito, mientras seguía hablando por teléfono.
- ¿Amor te parece venir para acá y cenamos con los chicos?... Ok, entonces te esperamos, tus hijos te mandan besitos babositos.- corté la llamada.- En veinte está aquí.
- Que bueno… Ya comienzo a llamar a todos para que vengan ¿Podemos hacer una barbacoa?- dijo toda emocionada.
- Lo que quieras está bien para mí ¿Hay que comprar cosas? Así le aviso a Rob que pase por el super.- Alex ya tenía hambre y estaba comenzando a llorar.
- Descuida, le digo a Lindsey que pasa a comprar todo antes de venir para acá.- me dio a mi niño para que lo alimentara y ella salió de la habitación con el teléfono en la mano para organizar todo.
- Ya pronto papi estará de nuevo con nosotros.- les hable a mis hijos, mientras los alimentaba.

Rpov

El día había sigo totalmente agotador, odiaba salir de casa cuando Kristen aún dormía al igual que mis hijos, pero hoy tenía una sesión de fotos para la revista GQ, más la entrevista. Con suerte me liberaría de todo recién a la tarde.

Ya llevábamos casi un mes en Los Ángeles, alargamos más de la cuenta nuestra estadía para solucionar unos problemas con una de las propiedades que teníamos y además, para que John y Jules pudieran disfrutar de sus nietos. Lo que más extrañábamos era a Bear y Nala, ellos estaban a cuidado de Liz ya que pensábamos estar solo quince días, pero entre una cosa y otras se nos fue el tiempo en un abrir y cerrar de ojos.

Eso me hizo acordar que en pocos días sería nuestro tercer aniversario de casados, Kristen había puesto un cartel enorme en la heladera para que no me olvidara del día… En total juntos llevábamos ocho años juntos pero aún se me olvidan las fechas especiales, como ella solía llamarlas. Como este era un año especial, también quería que el aniversario fuera de ese modo, así que entre cada cambio de ropa me puse manos a la obra para prepararle una gran sorpresa.

Cuando terminé con todas las fotos y la entrevista llamé a mi mujercita para ver donde estaba, por mensaje me había avisado que se iba a pasar la tarde en la casa de Suzie porque se sentía muy aburrida sola en casa. Mientras hablábamos a Su se le ocurrió hacer una barbacoa para juntarnos con todos los chicos, la idea no me pareció mala, de vez en cuando no venía mal divertirse un rato.

La cena estuvo deliciosa, nos reímos mucho de las payasadas que decía CJ, aunque nuestros retoños eran el verdadero centro de atención… Ya con sus casi tres meses se mantenían más despiertos durante el día y solo se despertaban una vez en la noche para comer o cambiar sus pañales; ya lograban mantener su cabecita firme cuando estaban sentados, reconocían perfectamente nuestra voz y cuando nos veían lanzaban pataditas para todos lados balbuceando unos oh, ah, uh. Alex había descubierto su mano y no dejaba de admirarla, en cambio Aly prefería jugar con los muñequitos que colgaban de su gimnasio.

El otro día aprovechando el calor de la mañana decidimos que era una buena ocasión para meternos todos a la pileta y de paso enseñarles desde ahora a nadar.

Flash Back

- Amor ya coloqué las sombrillas al lado de la piscina ¿Necesitas que te ayude?- dije entrando en la habitación de los niños, donde Kris les estaba poniendo sus mayitas; abracé su cintura cubierta por la tela de la malla entera que traía puesta. 


- ¿Puedes colocarle el protector solar a Alex? Porque si suelto a Aly va a empezar a rodar por la cuna y se lo quitará todo.
- Ok, yo me ocupo del mini hombre.- tomé a Alex y le hice trompetitas sobre su barriga desnuda, ganándome sus risitas. Nos sentamos en la mecedora, así le colocaba la loción tranquilo.- ¿Tan pequeño y usando esta malla tan ajustada? Sabes no es de caballero andar mostrando al “amiguito”.- hablaba mientras le colocaba el protector.
- Jajaja Dios Rob, es un bebé ni si quiera sabe que su “amiguito” fue bendecido con el tamaño de su padre.- me lanza un pañal a la cara.
- Es una de las pocas cosas que heredó de mí, el día de mañana me lo agradecerá.- le saqué la lengua solo para provocarla.
- Dirás todas las mujerzuelas que enreden a mi bebé.- dijo despectivamente.
- Pobre de esas mujerzuelas cuando te tengan a ti como suegra.- me reí solo imaginando su cara cuando Alex traiga a su primera novia.
- Vamos a ver quien se ríe más, quiero verte a ti cuando Aly traiga a sus enamorados.- auch, esa fue una daga directa a mi corazón; de solo imaginar a mi bebita con una mosca pestilente volando a su alrededor se me revolvía el estómago.
- Mejor dejemos de hablar del futuro y concentrémonos en disfrutar de este hermoso día.- cambio de tema.
- Nosotras ya estamos listas.- dice alzando a Aly, quien patea toda emocionada con su hermosa mayita celeste.
- Nosotros aquí también.- me paré de la mecedora.- Vamos, así aprovechamos que ahora no hace tanto calor aún.

Estábamos bajando los cuatro por las escaleras para ir hasta la pileta, cuando Kristen recordó algo.

- ¡Me olvidé de traer la cámara!- dijo casi gritando.- Ve con los niños a la pileta que subo a buscarla a nuestra habitación.- me dio a Aly antes de salir corriendo.
- Si niños, mami puede ser un poquito loca a veces.- continuamos bajando.

Al llegar al patio, fui hasta los sillones para colocarles su gorrito y esperar a Kristen que regresara con la bendita filmadora; sí nos habíamos convertido en la clase de padres que fotografiaban y filmaban cada cosa nueva que sus hijos hacían, los niños no llegaban a los tres meses y ya tenían diez DVD grabados entre fotos y videos.

- Listo, aquí la tengo.- me mostró la grabadora con una gran sonrisa en su rostro.- Vamos a tener que colocarla en algún lugar de manera fija si es que ambos nos queremos meter a la piscina.
- Haber, dámela que busco donde ponerla.- hice lo primero que se me ocurrió, corrí una mesa de madera que teníamos afuera y la dejé bien cerca de la pileta, calculé donde tenía que apuntar.- Ve metiéndote así le doy al play.- hizo lo que le pedí, cargando a ambos niños.- Listos, ¡Acción!- grite como si estuviéramos en un set de fijación.
- Eres un payaso.- negó con la cabeza.- Ven con nosotros, el agua esta preciosa.- asentí y fui corriendo para tirarme estilo bomba.- ¡ROBERT!- cuando salí del agua los tres estaban empapados, Alex se había asustado y se largo a llorar desconsoladamente.
- Perdón… dame a Alexia así calmas a lloronsín.- mi niña solo abría y cerraba con rapidez sus largas pestañas doradas para sacarse de encima todas la gotitas de agua.
- No le digas así a mí bebé.- se fue a sentar en la orilla donde estaba la escalera.- Sabes que de por sí el agua no le agrada mucho y tu vienes a empaparle toda la cara, recuerda que son bebés Robert no niños de diez años.- me dijo enojada, Alexander tenía su cabecita escondida con el cuello de su madre.
- Ya te pedí perdón.- bufó algo que no le llegué a escuchar, era mejor que dejara tema acá porque el perfecto día de pileta se terminaría transformando en un perfecto día de pelea.- Mira parece que a Aly le gusta dar pataditas.- la metí un poquito más dentro del agua y ella sola daba pequeñas brazadas en sincronía con sus piernitas.- Parece que tenemos una futura medallista olímpica de natación.
- Ella siempre se luce en todo.- Kris la miraba con una sonrisa boba en su cara, Alex estaba sentadito chapoteando sus manos en el agua, en un momento golpeó tan fuerte que se mojó el solito toda la cara; con Kris nos miramos para ver si lloraba pero nos sorprendió llevándose las manos a la boca para reírse a carcajadas y volver a mojarse la cara.
- Creo que ya se reconcilió con el agua.- dije al ver como Alex se estaba divirtiendo con sus manos y el agua.- Por qué no intentas meterlo.

Kristen lo alzó a upa y de a poco lo introdujo al agua; al principio mucho no le gusto la sensación de tener su cuerpito flotando pero como era típico de él, necesitaba su tiempo para adaptarse, sentirse seguro para luego disfrutar a lo grande… Eso me recordaba tanto al carácter de su madre.

Cuando el Sol se puso sobre nosotros decidimos salir del agua para almorzar algo liviano, tirados los cuatro sobre el pasto en una zona del patio donde daba la sombra.


- No puedo creer que ya estén tan grandes.- suspiro mi mujer.
- No te preocupes ahora, disfruta el día, aún nos queda muchos años de pileta y pasto.- besé su frente con amor y ternura.

Luego los niños y Kris tomaron una siesta recostados en los futones, mientras me escuchaban leerles un cuento, sobre una princesa y sus dos duendes.

Fin del Flash Back

- Amor… Llegamos.- me dijo mi esposa, con su dulce vos, despertándome de mi sueño. Suspiré para luego desperezarme.- Voy bajando a los niños que también se quedaron dormidos.
- Ahí te ayudo.- me bajé rápido del auto para tomar a uno de ellos.

En silencio fuimos hasta su habitación para acostarlos, con suerte no se despertarían en toda la noche. Los tapamos solamente con sus sabanitas porque hacía mucho calor, puse la música de fondo y Kris prendió la luz de noche.

- ¿Qué te parece si tú y yo vamos a nadar un rato?- pregunté abrazándola por la espalda, besando su cuello; ella ronroneo cerrando sus ojos.
- Ummm es una idea tentadora.- su trasero se froto sobre mi pelvis, despertándome.
- Toma los comunicadores, te espero abajo.- mordí el lóbulo de su oreja antes de irme.

Ya en el patio, me desvestí quedando simplemente con mis boxer negros, que con un poco de suerte pronto acompañaría al montón de ropa que dejé en la silla. Me metí a la pileta, nade un poco para bajar la ansiedad; cuando salí a la superficie, una diosa de melena marrón me esperaba de pie solo con su bata.

- Ven, el agua está perfecta.- le dí la mano para que me acompañara; se sacó la bata quedando con una bikini negra de dos piezas, al fin entendió que no me importaba los kilos de más que aún tenía.- ¿Es nueva?- pregunté, una vez que entró al agua.
- Me la compré le otro día… Dijiste que no te gustaba verme con maya entera.- se mordió su labio.
- No, no me gusta verte toda cubierta cuando tienes el cuerpo más exquisito de la tierra.- la acorralé en una de las esquinas.- Esta me gusta más, resalta cada una de tus cualidades, las nuevas y las antiguas.- con mis manos acaricie sus pechos llenos, su cintura, su cadera para terminar de descansar sobre su robusto trasero.- Principalmente está.- lo apreté con fuerza.
- Rob eres terrible.- enredó sus brazos en mi cuello, acercando sus labios a los míos.
- Tú me vuelves loco, Bunny.- fue lo último que dije antes de devorarla.

Ella enredo sus piernas en mi cintura, sintiendo como su vagina se colocaba justo sobre mi pene para empezar una deliciosa fricción; el estar dentro del agua hacía que su peso fuera nulo para mí. Sin dejar de besarme, sus manos se fueron hasta la cintura de mi boxer para bajarlos.

- Te necesito amor.- sus labios pasaron a mi cuello para morderlo.

Mis manos se fueron hasta sus pechos donde con urgencia, los liberé de su prisión de tela para llevar esos pezones duros hasta mi boca, donde derramaron un exquisito almíbar blanco.

- Rob, por favor, fóllame ya.- Dios me volvía loco cuando me hablaba de esa manera.

Su mano subía y bajaba sobre mi duro pene con rapidez y fuerza, si no me introducía de inmediato en ella, me terminaría derramando en el agua. No había tiempo para quitarle la parte de abajo, así que solo me limité a hacer un costado su braga; introduje un dedo para ver cuando caliente estaba, mi chica ardía en fuego.

- Prepárate para disfrutar Bunny.- dije preparándome para meterme de una profunda estocada, cuando el sonido de un llanto se hizo presente, cortando de cuajo la película erótica que recreábamos en la pileta.
- Mierda.- se quejo poniendo su cabeza sobre mi hombro. No soltaba mi pene de su mano.
- ¿Quizás solo quieran un cambio de pañales?- hablé mientras la soltaba de mi cintura e intentaba buscar mis boxer por la piscina.
- Ese llanto es de hambre.- se acomodó con rapidez la parte de arriba de la bikini antes de salir; la tomé del brazo antes de que ingresara a la casa.
- Ve a esperarme a la habitación, veraz que solo es el pañal, se durmieron camino a casa y hace ya dos horas que no los cambiamos, seguro que es eso cielo.- tomé de su mentón para darle un beso rápido.
- Ok, pero no te tardes.- me dijo con su sonrisa de picarona.
- Ni se te ocurra empezar la fiesta sin mí.- le di una nalgada antes de salir disparando al cuarto de los niños.

Como yo lo había sospechado, solo eran pañales húmedos, por lo que con una rapidez antes desconocida los cambié, les cante un rato y gracias al cielo se quedaron dormidos al instante. Por poco hago un baile de la victoria, tenía mi pene todo duro y adolorido por mi encuentro interrumpido.

Cuando llegué a nuestra habitación para terminar lo que comenzamos, mi corazón se fue hasta el piso con la imagen que me encontré; mi dulce y suave Bunny dormida sobre mi almohada completamente desnuda… El hombre calenturiento de mi mente creo que en este momento se está cortando las pelotas con un cinto y llorando como niña. Quizás otro la despertaría y finalizaría lo que comenzamos en la pileta, pero yo no tenía corazón para hacerle eso a mi Kristen.

Así que hice lo que todo hombre respetable haría, me fui hasta el baño a masturbarme con la imagen de mi esposa desnuda sobre mi cama, cabalgándome como furia; cuando todo se calmo, me limpié y me acomodé a su lado, tapándonos para luego abrazarla.

- Te amo.- dijo dormida, tomando de mi mano para colocarla sobre su pecho desnudo.
- Yo también, cielo, que tengas dulces sueños.- respiré su pelo antes de cerrar mis ojos para dejarme llevar hasta el país de los sueños.

Kpov

Nos habíamos olvidado de cerrar las persianas en la noche y ahora, en pleno amanecer, los rayos del Sol apuntaban directamente sobre mi cara donde calidamente me llamaban a levantarme. A penas abrí un ojo para ver la hora, las siete y media marcaba el despertador, me tapé la cara con la mano, girándome al lado donde yacía el cuerpo de mi marido.

Mi mayor sorpresa, no había otro cuerpo… Me levante de golpe, quizás los chicos se despertaron y yo, mala madre, no los escuche; tomé mi bata, entré a su habitación para encontrarme con los dos durmiendo plácidamente.

- ¿Qué raro, Rob nunca se levanta tan temprano si no es necesario?- dije para mí misma, mientras tapaba a Aly.

Quizás estaba en la cocina, por lo que baje de prisa, toda la parte inferior de la casa estaba a oscuras y Rob con lo torpe que era seguro se habría llevado puesto el sillón. Cuando entré a la cocina me lleve una gran sorpresa… En la mesa redonda de vidrio, había un gran florero de cristal, junto con un suculento desayuno, la sonrisa en mi cara se formó de manera instantánea. Me acerqué hasta la mesada y tome el sobre rojo que descansaba entre las preciosas flores.

“Espero que disfrutes del desayuno, en compañía de estas bellas flores… En la puerta de la heladera está pegado el pase para que hoy vayas al Spa, no te hagas problema con los niños, déjalos en la casa de tus padres yo los pasaré a buscar… Disfruta de tu primer regalo, en la noche habrá más… Te amo más allá del tiempo. Rob”

Corrí hasta la puerta de la heladera para toparme con otro sobre, dentro había tres ticket para un día de Spa en Burke Williams; Rob si se había esmerado en celebrar nuestro aniversario. Salté como niña emocionada por los regalos de navidad, sí así empezaba el día, no podía imaginar como iba a terminar.

*
- Ummm Kris en verdad hoy debes regalarle a Robby una gran sesión de sexo, estos masajes me están dejando hecha una pluma.- dijo Suzzie adormilada por el masaje Burke Williams. Había decidido compartir el regalo de mi marido junto con ella y Lindsey.
- Siii, el mío nunca me regalo un día aquí, es casi imposible conseguir una reserva en este lugar si no eres socio… Uh ahí, ahí tengo un nudo.- Lindsey le comunico a la masajista.
- Para Rob no existe imposibles, además quien se negaría a decirlo no a Pattinson.- yo estaba completamente en otro planeta a causa de los masajes, sentía que volvía a recuperar mi espalda y por otro lado, desde el nacimiento de los niños que no pisaba un Spa para relajarme.
- De eso tu sabes mucho, nunca le supiste decir no y mírate ahora: casada a los veinticinco, con seis casas repartidas por el mundo, dos niños que de tan lindos que son ya te dan nauseas y encima tienes a una máquina sexual en la cama… Querida no puedes pedir nada más a la vida.- nos miramos con Lin antes de estallar de risas por las estupideces de Su.
- ¿Van a ir a algún lado a la noche o celebraran en casa?- preguntó Lindsey.
- No tengo idea lo que Robert esté planeando, no lo ví en todo el día, solo me texteó para avisarme que ya estaba en casa con los niños y que consiguió que Tay se quedara de niñera por lo que imagino saldremos afuera a cenar.- hablé sin abrir mis ojos.
- ¿A cenar? Yo creo que te llevará a un hotel para atarte a la cama y follarte como loco por toda esta semana que te hiciste la difícil.- si no estuviera tan relajada por mis masajes, golpearía a Su.- Hablando enserio, ¿Cuál va ser tu regalo?
- Algo que él me viene pidiendo hace muchos años, creo que es hora de dárselo.- me hice la misteriosa, callándolas a ambas.
- El sexo anal no vale, eso lo entregaste hace tiempo.
- SUZZIE.- gritamos con mi amiga al unísono, yo estaba roja de la vergüenza, deseando que la tierra me tragase.
- Bueno, bueno perdón a las monjas… enserio chicas el casarse les afecto a ambas, ahora andan toda modosita, muy señoras de hogar cuando ni ustedes mismas se creen esos papeles. Kris puedes que seas la ganadora de un Oscar, pero de lejos se te nota que eres una lujuriosa al igual que Rob, o te tengo que recordar todas esas historias que crearon las locas de tus fans imaginándolos a ustedes dos teniendo sexo. Han hecho millonaria a E.L. James.
- Es asqueroso lo que dices.- me quejé.- Creo que fue mala idea invitarte a disfrutar de MÍ regalo.- le saqué la lengua.- Ahora no les diré nada, nada sobre el gran regalo que le tengo preparado para mi marido.- mi sesión de masajes ya había finalizado, me levante, dejándoles la palabra en la boca y me fui hasta el hidromasaje. Nadie empañaría mi perfecto día.

*
Cuando volví a casa mis niños estaban jugando con su tío Tay, los tres tirados en la alfombra del living.

- Hola hermano ¿Rob estás?- pregunté mientras me senté a su lado para saludar a mis bebotes, quienes me recibieron muy emocionados de volver a ver a su mami después de tantas horas.
- Salió hace cinco minutos cuando el de seguridad le aviso que ya venías para acá.- me contestó alzando a Aly.
- ¿Tú sabes lo que está tramando? Ya me tiene ansiosa con tanto misterio, desde ayer anoche que no lo veo.- hizo un mohín.
- Lo único que me dejo para ti es este sobre.- me entregó un sobre rojo, igual al que me había encontrado en la mañana. Lo abrí para leer su contenido.

“Imagino que te estarás preguntando ¿Qué diablos estás planeando Robert? Prometo que está será la última incógnita… Espero que hayas disfrutado mucho de tu día de relax, tú más que nadie se lo merece; ahora es momento que yo te disfrute… Sube a la habitación allí encontraras una caja negra con el vestido y los zapatos que utilizaras esta noche, tienes total permiso para ponerte la lencería que se te plazca (durará muy poco sobre tú piel). A las ocho en punto pasará a buscarte un auto que te traerá hasta mí… No te demores, muero por tenerte en mis brazos nuevamente… Te amo, tú Rob.”

Ahora estaba más intrigada que antes, moría por saber que era lo que con tanto esmero estuvo planeando.

- Por la cara de boba enamorada, me imagino que aún no tienes idea lo que está tramando.- Tay me sacó de mi silencio.
- Nop, solo dice que me dejo preparado lo que tengo que ponerme para esta noche y que a las ocho me pasan a buscar.- hable dándole el pecho a mi niño.
- Wiuuu es asqueroso hermana, no me interesa saber los pormenores de esta noche.- lo miré y rodé los ojos.
- Ya no soy una niña de doce, te recuerdo que fui madre hace casi tres meses, por lo que implica que soy sexualmente a-c-t-i-v-a.- deletreé la última palabra.
- Si ya se, pero eso no significa que a mi me gusta saber las perversidades que haces con tu marido que para colmo es mi amigo.- Ay Tay, te adoro mi hermanito sobreprotector.- le di un beso en la mejillas y se sonrojo.
- Yo también enana.- me despeinó el pelo.- Porque no subes a prepararte para tu gran noche, dentro de hora y media te pasan a buscar.- mire el reloj del living y tenía razón era mejor que me apurara o no llegaría.
- Termino de darle el pecho a Alex y subo a ducharme… ¿Vas a poder con los dos?
- Claro, si los dos me adoran ¿Verdad que sí?- le puso cara tontas a Aly y ella le respondió dando palmaditas sobre su rostro.- ¡Oye enana dos eso duele!- mi hija no le dio importancia a lo dicho por su tío y siguió dándole cachetadas.
- Es culpa de Rob que se deja pegar de esa forma, ahora piensa que es divertido…- Alex ya había terminado con su merienda.- Alexia eso no se hace duele.- le agarré de la manitos para que dejara de lastimar a su tío; me miró con sus grandes ojos azules y su perita empezó a temblar.
- Déjala Kris, prefiero que me siga dando una paliza antes de verla llorar.- Tay llevó las manitos de ella a su cara para que siga con su juego.
- Eres tan blando como su padre, luego se quejan.- me levante del suelo, puse a mi chiquitín en su sillita.- Voy a ducharme, cualquier cosa ve arriba.- el solo asintió con la cabeza, mientras Alexia moría de risa por cachetear a su tío.

Cuando llegué a la habitación sobre la cama estaba la gran caja negra con un lazo blanco, al abrir me encontré con un hermoso vestido negro con sus zapatos haciendo juego. Me acerqué hasta el espejo de pie que tenía.

- No se en que estás pensando Robert, este vestido no me va a entrar ni aunque me bañe en vaselina.- me miré con duda de si algo tan ajustado me quedaría bien, seguía con cinco kilos por encima de mi peso habitual y mi abdomen aún estaba un poquito fofo.

   

Pero debo reconocer que él conoce como un mapa mi cuerpo, contra todo pronóstico, el vestido me quedo bien; al ser strapless más el corpiño armado, mis pechos parecían recién salidos del quirófano y ni que hablar de mi trasero, el vestido se ajustaba a la perfección en esa parte de mi anatomía.- Pervertido.- pensé.

Me peiné dejando mi pelo suelto, solo le di un poco de forma a los bucles que se me formaban en las puntas; me coloqué la cadena que mis hijos me regalaron y mi vieja pulsera Juste un clo de Cartier.

Al salir de la habitación, mis hijos estaban en pleno cambio de pañal en su habitación, al ingresar me gané un silbido de mi hermano.

- Estás preciosa enana.- me miró de arriba a bajo, yo solo negué con la cabeza, corriéndolo con la cadera para que me deja terminar de vestir a Aly.
- En un rato báñalos, luego dale un biberón a cada uno y paséalos un rato en sus coches por el patio, eso lo va a adormecer enseguida… Cuando los acuestes debes ponerle la música muy suave y dejar encendida la lamparita de allí, no los tapes mucho, solo con la sábana y por separado ya que Alex suele rodar por toda la cuna y la termina destapando.- mi hermano solo asentía a todas mis indicaciones.- ¿Sabes preparar los biberones?
- Rob ya sacó los tarritos de tú leche congelada para que se vayan descongelando de a poco en la heladera, me dejo anotado en un papel como prepararla.
- Nada de microondas, solo pon el biberón bajo el agua caliente del grifo para que tome algo de temperatura, con que este natural ya está sino eliminas todas las vitaminas… Aly toma 160 cc y Alex 165 cc, puede que Alex tome menos porque hace un rato le di el pecho, fíjate si Aly se queda con hambre y le das más.
- ¿Y cómo se que se queda con hambre?- me preguntó rascándose la cabeza.
- Descuida ella te lo hará saber, se suelo por muy irritable cuando su pancita aún tiene hambre ¿No es así preciosa?- le hablé mientras la llenaba de besos, justo en eso sonó el timbre.
- Ya llegó tu carroza cenicienta.- golpeé a mi hermano por su burla.
- Llámanos por cualquier cosa, vamos a tener los dos celulares encendidos… Cuando sepa donde Rob me lleva te llamo para avisarte cuanto nos podemos demorar en llegar… Si es algo de extrema urgencia, crúzate en frente que Natalie está es su casa y le preguntas a ella… Ah y si te…
- Ya vete de una vez, lo vamos a pasar bien, te prometo devolvértelos enteros.- me sonrió.
- Más te vale o no habrá rincón en el mundo donde te puedas esconder.- puse mi peor cara de mala.- Ustedes dos portéense bien, no nos hagan quedar mal a mami y papi… los amo mucho, mucho.- los llené de besos a ambos- Gracias hermano por el favor.- también lo besé a él a pesar que lo odiara.
- Ve y divierte.- dijo negando con la cabeza.

El auto era un Mercedes Benz negro, el chófer muy amablemente me abrió y cerró la puerta, yo me despedí de mis niños por la ventana y como siempre me pasaba, una pequeña angustia se alojaba en mi corazón por dejarlos solos por tantas horas.

- Señora Pattinson.- el chófer me saco de mi estado pensativo.- Su marido me pidió que le entregara esto.- me dio una bolsa negra donde adentro había una caja rosada de con las letras Agent Provocateur que en su interior alojaba a un antifaz negro.
- ¿Usted sabe algo sobre esto?- le pregunté al chófer.
- No señora, solo tengo ordenes de entregarle el paquete y de pedirle que se pusiera el contenido del mismo.- me lo quedé mirando, esperando que me dijera que era una broma. Dios, Robert te voy a matar a penas te vea por hacerme pasar estos calores de vergüenza con desconocidos.

El pobre hombre no tenía la culpa de las locuras de mi marido, así que sin chistar, me coloqué el bendito antifaz, que me dejó sin visión para saber hasta donde me dirigía.- Seguro que esta pensando que los dos son una pervertidos… Puedo secuestrarla y pedir rescate, total no sabe a donde vamos… Por favor, Kristen, como te va a secuestras, no pienses en estupideces.- me retó la misma mente que seguía maquinándose con lo que posiblemente pensara el chófer de nosotros.

El viaje no fue tan largo cuando sentí como el chófer estacionó el auto y apagó el motor, mi corazón iba a dos mil por hora, había llegado el momento de saber a que se debía tanto misterio. La puerta se abrió, bajé con cuidado porque no tenía idea donde estaba, pero una mano misteriosa que enseguida reconocí me tomó de la mano.

- ¿Donde estamos Rob?- pregunte, mientras el ponía su mano en mi cadera para que empezara a caminar.
- Tranquila ya falta poco, princesa.- su voz suave tan cerca de mi cuello me causa escalofríos y una energía que iba directamente hasta mi clítoris.
- Amor ya deja de estar con tanto misterio, me pones muy nerviosa.- me volví a quejar.
- Listo, llegamos. Cierra los ojos así te saco el antifaz.- obedecí su orden, cuando ya no tuve las la venda abrí de a poco los ojos para acostumbrarme a la luz. Me que de sin voz al poder ver al fin la sorpresa.

Estábamos en uno de los bungalows que poseía el hotel Chateau Marmont, lo reconocí con facilidad por las veces que lo habíamos alquilado cuando éramos novios, pero había algo diferente…


En medio del patio había una pérgola armada, exactamente igual a la que usamos cuando grabamos la última escena de Twilight; mis ojos se llenaron de lágrimas.

- Amor, es…- no me salían las palabras a causa de la emoción.
- Si Kris, es la misma que usamos en la película… Me costó un poco conseguirla y que me permitieran armarla aquí, es una de las pocas veces que estoy contento de ser millonario y conocido ¿Te gusta tú regalo?- me abrazó por la espalda.
- ¿Me regalas la pérgola?- pregunté girándome para verlo, él solo asintió con una gran sonrisa.
- ¿Te gusta? Lo bueno que es desarmable, podemos llevarla hasta Londres o dejarla aquí en nuestra casa…- lo callé con un beso. Al principio lo tomó desprevenido, pero luego me acompañó, chupando mi labio superior como solía hacerlo. Nos separamos cuando el aire se nos hizo necesario.
- Me encanta- beso- Lo adoro.- beso- Es el mejor regalo que me haz hecho hasta ahora.- beso, él solo se reía al verme tan entusiasmada.- Ahora mi regalo parecerá pequeño en comparación al tuyo.- hice un puchero, señalándole la caja que traía conmigo.
- Tu me haz dado una familia y tu amor, eso es el mayor regalo que me puedes dar.- besó mi frente, nuevamente estaba a punto de llorar.- Vamos a comer, que se nos va a enfriar la comida.- me llevó hasta mi regalo.
- ¿Cómo hiciste para preparar todo esto?- pregunté mientras el me servía una copa de vino.
- Umm tuve un poco de ayuda de tu papá con el tema de la pérgola, Sid me ayudo elegir tu vestuario, que debo decir te queda precioso y mi mamá me aconsejo lo del día de Spa para mantenerte entretenida durante el día. ¿Lo disfrutaste?
- Mucho... siento que recupere mi espalda, Suzzie y Lindsey te lo agradecieron también. Creo que si nos llegáramos a separar, alguna de ellas dos se convertirían en tu nueva pareja.- ambos nos reímos.- ¿Brindamos?- levanté mi copa.
- Por estos tres maravillosos años de casados, a pesar de todos los altos y bajos, la perdida de Gabriel, solo hicieron que nuestro amor se fortaleciera una vez más. Gracias por este hermoso año que me diste, espero seguir caminando a tu lado, criando a Alexia y Alexander y en un futuro a los que vendrán.- me reí- Te amo, fuiste, eres y serás lo mejor que me paso en la vida.
- Yo te agradezco no por los tres años de casados sino por los ocho años que ya venimos compartiendo juntos. A tu lado pase de ser una adolescente a una mujer y ahora una madre, gracias por amarme, con mis virtudes y mi defectos. Se que no fue fácil todo el camino que recorrimos, pero tú nunca me abandonaste, ni siquiera cuando el mundo entero me sentencio por una mala decisión… Tú supiste perdonar.- tomé su mano- Gracias por darme esa segunda oportunidad, por nunca perder la fe en mí, la fe en lo nuestro… Por estos años juntos y por los que vendrán, te amo.- chocamos nuestras copas y luego nos levantamos a darnos un beso.
- Bueno ahora a comer, muero de hambre.- hizo un gesto con su panza que me causo gracia. Así era él, no podía mantener la seriedad por mucho tiempo sin saltar con algo chistoso.

Comimos muy a gusto, hablando sobre mi día, de como Aly vomitó por completo a su abuelo cuando la empezó a lanzar por el aire, de que Alex ahora se comportaba mejor con los extraños y ya no lloraba por cualquier cosa… Nos dimos cuenta que solo habremos hablado diez minutos de nosotros, luego nos pasamos hablando de los niños, de como habían crecido, de lo inteligentes y despiertos que eran, de las cosas que quizás harían dentro de unos años.

De postre, Rob trajo una mini imitación de nuestro pastel de boda, era nuestra tradición comer de esa torta todos nuestros aniversarios como recuerdo de ese día tan hermoso. Luego él se levanto, buscando algo en su Iphone.

- Bailamos señora Pattinson.- pidió mi mano cuando escuchamos los primeros acordes de Flightless Bird American Mouth. (HACER CLICK)
- Claro.- me paré, Rob tomó de la cintura y empezamos a movernos suavemente.- Espera.- lo detuve por un momento, él me miró confuso de porque lo detuve, lo que quería era sacarme mis zapatos.- Ahora, sí.- lo volví a abrazar, tenía los pies descalzos, los coloqué encima de los suyos para que fuera él quien guiara por completo este baile.


I was a quick wet boy, diving too deep for coins
All of your street light eyes wide on my plastic toys
Then when the cops closed the fair, I cut my long baby hair
Stole me a dog-eared map and called for you everywhere

- Pensar que esa noche creí que sería la última vez que te vería.- me confesó.
- Esa noche te me declaraste, me dijiste que me amabas, que dejara a Michel y me fuera contigo a Londres.- le contesté con mi cara recargada sobre su pecho.

Have I found you
Flightless bird, jealous, weeping or lost you, american mouth
Big pill loomin

- Y me dijiste que estaba loco, que me había enamora del personaje y no de ti. Te reíste.- me reprocho.
- ¿Y que querías que hiciera? Te la pasaste pidiéndome matrimonio durante todo el rodaje y a la noche te ibas de juerga con los chicos, nadie con dos dedos de frente te hubiera hecho caso.- me excusé.

Now I'm a fat house cat
Nursing my sore blunt tongue
Watching the warm poison rats curl through the wide fence cracks
Pissing on magazine photos
Those fishing lures thrown in the cold
And clean blood of Christ mountain stream

- Pero luego volviste a mí.- levante mi cara y lo miré.- Siempre fuiste mi ave difícil de cazar Kristen, mi amor imposible que se volvió posible… Cuando me llamaste esa noche llorando, diciéndome que no te abandonara, que solo te diera tiempo, fue la primera vez que me hiciste el hombre más feliz de la tierra.- beso mi pelo.
- ¿La primera vez?- pregunté curiosa.
- Si, la segunda vez fue cuando en Japón te hice mía y me dijiste que me amabas; luego cuando…- lo detuve.
- ¿Tienes una lista de todas las veces que fuiste feliz, como lo tenía Edward?
- Claro preciosa, es una lista larga… Cuando aceptaste vivir conmigo, cuando volvimos a recuperar nuestro amor, al casarnos, cuando me dijiste que íbamos a ser padres por primera vez y luego de los niños, con el nacimiento de ellos y ahora creo que voy a agregar esta noche también.
- No se que habré hecho en la otra vida para merecerte…- suspiré.

Have I found you
Flightless bird, grounded, bleeding or lost you, american mouth
Big pill stuck going down

- Estaba escrito Kristen, estaba escrito que nuestras almas se tenían que juntar… Somos como Edward y Bella baby, era nuestro destino estar juntos.- levantó mi rostro para besarme, con amor y ternura.- Te quiero hacer el amor, Kristen.- dijo sin dejar de besarme, eso me recordó su obsequio.


- Primero te tengo que dar mi regalo.- me separé de él para ir hasta mi silla donde, en el piso, había dejado mi paquete.- Espero que te guste.- me sonroje sola, cuando se lo entregué.
- Ummm que será.- movió el paquete para ver que ruido hacía.- Una guitarra no es.
- No tonto, ábrelo así te sacas la duda.- lo incentive, parecía un niño pequeño de lo emocionad que rompió el paquete, cuando vio la caja se quedo mirándolo con duda. 
- Cielo, creo que te confundiste de caja cielo, en Agent Provocateur no venden cosas para hombres… Ummm no sabía que deseabas verme con lencería masculina.- siguió hablando hasta que abrió la caja.- Kristen…- se quedó sin voz.
- Lee la tarjetita.- tuvo que dejar apoyada la caja en la mesa, creo que le estaba por dar un infarto.
- “Haber que tan buen jinete eres…¿Puedes domar a esta yegua? Usa la vara para lograrlo…XOXO K.S.P”- leyó en voz alta.


- ¿Estás dispuesto a dominarme?- pregunté con voz sexy, tomándolo de la corbata. Agarró la fusta que le había comprado como regalo y la miró detenidamente antes de contestarme.
- Ve a la habitación nena… ¡Ahora!- me ordenó dándome un suave golpe con la fusta en mi trasero. 
- Si, señor.- dije con una risita y corrí hasta la habitación.

Cuando llegué hasta la habitación me entró la duda si tenía que desvestir o esperar que él me lo pidiera… Mejor esperaba; entro a los pocos minutos, con la camisa desabotonada y remangada, Dios que sexy se veía de esa forma, sentí como me humedecía sola.

- Antes que nada, acordemos unas reglas.- asentí- ¿Estás realmente segura de esto?
- Sí.- dije con confianza.
- Bueno entonces vamos a tener que pensar una palabra de seguridad, así yo se cuando detenerme y que cosas tengo permitido hacerte.- me sonrió con malicia, golpeando su mano con la fusta.
- Ummm creo que a lo largo de nuestra relación hemos hecho de todo… así que tienes tarjeta verde, confío en ti.- asintió.
- ¿Y la palabra de seguridad?- me quedé pensando por un rato.
- Que te parece flippy
- ¿Flippy? De nuevo ese apodo.- yo sabía que detestaba.
- Es una perfecta palabra de seguridad, no me veo gritando en mitad del sexo rojo, pelota o cualquier otra palabra tonta para que te detengas; Flippy me suena tierno y seguro te detienes cuando lo escuches.- le sonreí.
- Ok, flippy será… Si tú me puedes llamar de esa manera quiero que te dirijas a mí como papi.- su sonrisa se volvió perversa.
- Si papi.- le pestañeé de manera coqueta.
- Ahora… quiero que te desvista para mí, quiero que me bailes y te saques la ropa muy lentamente.- pidió sentándose en el sillón que había en la habitación.

Hice lo que me pidió, empecé a moverme sensualmente cerca de él, contoneando mi trasero bien frente de su rostro; su vena en la frente ya se le marcaba lo que significaba que estaba muy excitado.

- Me bajas el cierre, papi.- le pedí sentándome en su regazo, moviendo mi cadera sobre su pene erecto. Lo hizo de manera lenta, pasando sus dedos sobre mi columna, me respiraba sobre el cuello, quería olvidarme de todo este juego y follarlo así como estaba.
- Continua, no dije que te detuvieras.- me pego con la fusta y me levante de su regazo.

Continué bailándole, deslicé mi vestido muy lentamente hasta quedarme simplemente con mi ropa interior y mis ligas. Me paré frente a él, esperando la próxima orden.



- Dios, bendito.- lo escuche suspirar para luego recuperar la compostura.- Ven gateando hasta mí.- así lo hice.- Ahora saca a mi pene de mi pantalón y llévalo a la boca que quiero follártela.

Primero lo acaricié encima del pantalón para endurecerlo más, le pasé la lengua, lo besé, siempre mirándolo a los ojos, eso siempre lo ponía mucho… Luego le baje el cierre; deshaciéndome del pantalón y su boxer todo de un tirón, comencé con mi trabajo bucal.

- Tranquila Bunny, que la noche es larga.- jugaba con la fusta sobre mi trasero.- Separa un poco tus piernas.- no entendí bien para que me pedía eso, pero lo obedecí como buena sumisa; sentí un pequeño golpe justo en mi vagina, ronroneé de gusto.- Ummm te gustó ¿no?- asentí, chupando su glande.- ¿Quieres que te siga dando golpecitos ahí?- preguntó, haciéndolo de nuevo, asentí aumentando la velocidad de mi mamada.



- Quiero oírte decirlo.- exigió con voz dura; esta vez el latigazo fue más fuerte y sobre mi trasero.
- Si, si quiero.- mi voz salía casi implorando.
- Si ¿Qué? ¿Quién soy yo?- otro golpe a mi trasero.
- Mi papi, eres mi papi.- dije, masturbándolo.
- ¿Tú único papi?- Dios no podía ser más perverso y lo peor de todo es que estaba tan caliente que sentía como mis jugos mojaban mis muslo.
- Sí, eres el único.- contesté, volviendo a tomar con mi boca. Su respiración se hizo más lenta y sus testículos estaban muy duros, ya no le faltaba mucho para acabar.
- Detente.- cerró los ojos y respiró lentamente.- Vamos hasta la cama, quiero saborearte un rato mientras tú me la comes.- tomo mi pera y me planto un beso muy fogoso.- Ve a esperarme en la cama, solo sácate la braga.

Se terminó de quitar toda la ropa de manera muy lenta, no se si lo hizo para controlarse él o para torturarme a mí. Cuando llegó a la cama se acostó, dejando la fusta a su lado

- Vamos Bunny, sube.- lo obedecí, dejando mi vagina frente a su boca.- Ummm estás tan caliente que chorreas.- pasó sus dedos sobre mi vulva y luego golpeó mi clítoris hinchado, gemí como una gata en celo.- Vuelve a chupármela.- me puse nuevamente manos a la obra mientras sentía como el me invadía con su lengua y dedos al mismo tiempo; quería gemir pero su pene me lo impedía.


De a poco comenzó a llevar mi propia lubricación y su saliva hasta mi ano, para ir dilatándolo, fue metiendo su dedo de a poco, sacándolo y volviéndolo a poner sin dejar de follar mi vagina con su boca… Era tanta la excitación que tenía encima, que si pudiera gritaría como loca; la burbuja que tan bien conocía estaba formándose en mi vientre, si Rob seguía con ese ritmo pronto acabaría.

- No se te ocurra acabar.- me exigió, dejando de dar placer.
- Pero… Rob.- nalgada.- Digo papi, lo necesito.- le imploré.
- ¡No! Lo haces y este juego se termina acá.- su voz era tan dura que lo único que consiguió fue calentarme más… me ponía mucho cuando se volvía tan mandón.
- Está bien papí.- dije resignada y volví a tomarlo con mi boca, si yo no podía liberarme, al menos lo haría acabar a él.


Tomé su glande entre mis labios para succionarlo como paleta, mi mano derecha lo masturbaba y la izquierda apretaba sus testículos; llevé uno de mis dedos hasta su periné e hice presión.

- Dios, Kristen, sigue, sigue… voy a derramarme en tu boca, bebe toda mi leche.- sus palabras fue el incentivo que necesité para apurarme y lograr que culminara. 

Hacía una semana que no teníamos relaciones por lo que su semen fue abundante, tragué lo más que pude, pero algo se me derramó por la comisura de mis labios, deslizándose hasta mis pechos. Cuando lo dejé bien limpio, me separé de él, sentándome sobre mis rodillas a su lado.

- Veo que te gustó tu comida Bunny.- dijo riéndose al ver como me llevaba el resto de semen que no logré tragar a mi boca.
- Si papi, sabes que no me gusta desperdiciar mi comida.- me pasé la lengua sobre mis labios.
- Ven aquí.- abrió sus brazos para que fuera sobre él.

Nos besamos como dos locos desesperados, porque eso es lo que al fin y al cabo éramos, dos locos y pervertidos enamorados que volvieron a tener una noche de juego. Tanto beso y caricia fue poniéndonos a tono nuevamente, va yo seguía todavía sobre la montaña ya que mi marido me negó mi liberación.

Me despojo de mi corpiño y se puso a jugar con “sus tetas”, como él les decía, ahora no tenía a su lado a los dos intrusitos con los que las compartía. Tomó de mi pelo y lo estiró para echarme la cabeza hacia atrás.

- Ponte en cuatro, voy a cogerte muy duro, quiero que grites que eres mías, que soy el que mejor te la ha metido y luego recién te dejaré liberarte.- susurró en mi oído, dejándome casi sin respiración.

Tomé una de las almohadas para ponerla debajo de mi pecho, para poder descansar mi cara y de esa forma dejar mi trasero más parado como a Rob le gustaba; lo moví de un lado para otro cual perra para excitarlo más.


- Pareces Nala moviendo de esa manera la cola.- sentí como se acomodó detrás de mí, se estaba masturbando observándome completamente abierta.- Ummm si pudieras ver la imagen que me brindas.- metió su glande y lo saco, gemí de desesperación; volvió a hacerlo.- ¿Quieres que te la meta?
- Sí
- ¿Si qué?- esta vez la metió un poco más, la dejo unos segundos y luego la saco.
- ¡Si, papi! ¡Quiero que me metas tu larga y gruesa polla y que me folles muy duro…!- no terminé de hablar que él me embistió con rudeza.- Ahhhhhh


Sus estocadas eran rápidas y profundas, apretaba mi trasero con fuerza, sosteniéndose… Su respiración era tan acelerada que parecía que en cualquier momento se quedaría sin aire. 

- ¡Grita Kristen! Grita lo que te pedí…- me dio una nalgada pero esta vez con su mano.
- ¡Ahhhh, papi, papi… soy tuya, soy tuya!- mi voz casi no salía.
- QUÉ MÁS.- otra nalgada
- Ohhh, Dios… eres el mejor que me ha cogido… el mejor y el único…. Ahhhh, Rob ya estoy cerca.- mi corazón galopaba tan fuerte que en cualquier momento saldría de mi cuerpo.
- Termina Kristen, apriétame.- me golpeó el trasero con la fusta y me liberé gritando como posesa, pude sentir como mi alma se separa de mi cuerpo.

Rob siguió dando un par de estocadas más antes de salirse y derramarse sobre mi culo, marcándolo como suyo… Luego se desplomo a mi lado, su pecho subía y bajaba con rapidez.


Me arrastré como una oruga hasta él para acomodarme sobre su pecho.

- Cielo, eso fue…
- Estupendo.- completé la frase.
- ¿Te lastime?- levantó su cabeza para ver como estaba mi trasero.- Esta muy colorado, creo que te va a quedar marcado por varios días.


- No te preocupes, traje un aceite para que me lo coloques luego. Lo que importa aquí es si disfrutaste de tu regalo.- lo miré a sus cristalinos ojos azules.
- Fue el mejor regalo.- tomo la fusta.- Creo que esto va a ser uno de mis juguetes preferidos.- ambos reímos.- A ti ¿te gustó nuestro aniversario?
- Fue el mejor de todos los aniversarios que he vivido contigo.- dije reptando sobre su pecho para alcanzar sus labios.- El próximo año te tendrás que esmerar más para superarte.
- Nop, nada de eso… el año que viene tú lo preparas, princesa.- rodó sobre mí para acorralarme sobre la cama, acomodándose entre mis piernas... ya estaba duro de nuevo- Definitivamente, esta noche va a parar a la lista de las mejores noches contigo.

Esta vez nos amamos lentamente… porque así éramos nosotros, podíamos pasar de la pasión desenfrenada a un clásico sexo vainilla y lo disfrutábamos de la misma manera, ya que lo único que nos importaba era saber que ambos nos amábamos perdidamente.
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Ufff al fin lo terminé de editar, no se que le pasaba a blogger que no me dejaba corregir bien... Perdón por la demora ayer a la noche sarita estaba muerta y yo estaba estudiando para rendir un final (que por suerte me fue excelente).

Espero poder escribir el próximo pronto, pero no les prometo nada porque en las siguientes tres semanas tengo que dar 5 finales :S

Ojala les haya gustado el capítulo y comenten :)

Besitos
Naty

viernes, 16 de noviembre de 2012

Adelanto capitulo 30: Aniversario

- Amor… Llegamos.- me dijo mi esposa, con su dulce vos, despertándome de mi sueño. Suspiré para luego desperezarme.- Voy bajando a los niños que también se quedaron dormidos. 

- Ahí te ayudo.- me bajé rápido del auto para tomar a uno de ellos. 

En silencio fuimos hasta su habitación para acostarlos, con suerte no se despertarían en toda la noche. Los tapamos solamente con sus sabanitas porque hacía mucho calor, puse la música de fondo y Kris prendió la luz de noche. 

- ¿Qué te parece si tú y yo vamos a nadar un rato?- pregunté abrazándola por la espalda, besando su cuello; ella ronroneo cerrando sus ojos. 

- Ummm es una idea tentadora.- su trasero se froto sobre mi pelvis, despertándome. 

- Toma los comunicadores, te espero abajo.- mordí el lóbulo de su oreja antes de irme. 

Ya en el patio, me desvestí quedando simplemente con mis boxer negros, que con un poco de suerte pronto acompañaría al montón de ropa que dejé en la silla. Me metí a la pileta, nade un poco para bajar la ansiedad; cuando salí a la superficie, una diosa de melena marrón me esperaba de pie solo con su bata. 

- Ven, el agua está perfecta.- le dí la mano para que me acompañara; se sacó la bata quedando con una bikini negra de dos piezas, al fin entendió que no me importaba los kilos de más que aún tenía.- ¿Es nueva?- una vez que entró al agua. 

- Me la compré le otro día… Dijiste que no te gustaba verme con maya entera.- se mordió su labio. 

- No, no me gusta verte toda cubierta cuando tienes el cuerpo más exquisito de la tierra.- la acorralé en una de las esquinas.- Esta me gusta más, resalta cada una de tus cualidades.- con mis manos acaricie sus pechos llenos, su cintura, su cadera para terminar de descansar sobre su robusto trasero.- Principalmente está.- lo apreté con fuerza. 

- Rob eres terrible.- enredó sus brazos en mi cuello, acercando sus labios a los míos. 

- Tú me vuelves loco, Bunny.- fue lo último que dije antes de devorarla. 

Ella enredo sus piernas en mi cintura, sintiendo como su vagina se colocaba justo sobre mi pene para empezar una deliciosa fricción; el estar dentro del agua hacía que su peso fuera nulo para mí. Sin dejar de besarme, sus manos se fueron hasta la cintura de mi boxer para bajarlos. 

- Te necesito amor.- sus labios pasaron a mi cuello para morderlo. 

Mis manos se fueron hasta sus pechos donde con urgencia, los liberé de su prisión de tela para llevar esos pezones duros hasta mi boca, donde derramaron un exquisito almíbar blanco. 

- Rob, por favor, fóllame ya.- Dios me volvía loco cuando me hablaba de esa manera. 

Su mano subía y bajaba sobre mi duro pene con rapidez y fuerza, si no me introducía de inmediato en ella, me terminaría derramando en el agua. No había tiempo para quitarle la parte de abajo, así que solo me limité a hacer un costado su braga; introduje un dedo para ver cuando caliente estaba, mi chica ardía en fuego. 

- Prepárate para disfrutar Bunny.- dije preparándome para meterme de una profunda estocada, cuando el sonido de un llanto se hizo presente, cortando de cuajo la película erótica que recreábamos en la pileta. 

- Mierda.- se quejo poniendo su cabeza sobre mi hombro. No soltaba mi pene de su mano. 

- ¿Quizás solo quieran un cambio de pañales?- hablé mientras la soltaba de mi cintura e intentaba buscar mis boxer por la piscina. 

- Ese llanto es de hambre.- se acomodó con rapidez la parte de arriba de la bikini antes de salir; la tomé del brazo antes de que ingresara a la casa. 

- Ve a esperarme a la habitación, veraz que solo es el pañal, se durmieron camino a casa y hace ya dos horas que no los cambiamos, seguro que es eso cielo.- tomé de su mentón para darle un beso rápido. 

- Ok, pero no te tardes.- me dijo con su sonrisa de picarona. 

- Ni se te ocurra empezar la fiesta sin mí.- le di una nalgada antes de salir disparando al cuarto de los niños. 

Como yo lo había sospechado, solo eran pañales húmedos, por lo que con una rapidez antes desconocida los cambié, les cante un rato y gracias al cielo se quedaron dormidos al instante. Por poco hago un baile de la victoria, tenía mi pene todo duro y adolorido por mi encuentro interrumpido. 

Cuando llegué a nuestra habitación para terminar lo que comenzamos, mi corazón se fue hasta el piso con la imagen que me encontré; mi dulce y suave Bunny dormida sobre mi almohada completamente desnuda… El hombre calenturiento de mi mente creo que en este momento se está cortando las pelotas con un cinto y llorando como niña. Quizás otro la despertaría y finalizaría lo que comenzamos en la pileta, pero yo no tenía corazón para hacerle eso a mi Kristen. 

Así que hice lo que todo hombre respetable haría, me fui hasta el baño a masturbarme con la imagen de mi esposa desnuda sobre mi cama, cabalgándome como furia; cuando todo se calmo, me limpié y me acomodé a su lado, tapándonos para luego abrazarla. 

- Te amo.- dijo dormida, tomando de mi mano para colocarla sobre su pecho desnudo. 

- Yo también, cielo, que tengas dulces sueños.- respiré su pelo antes de cerrar mis ojos para dejarme llevar hasta el país de los sueños.