Bueno chicas acá les traigo un nuevo capítulo de Our Love, perdón por la demora pero Saris andaba muy ocupada con temas de trabajo así que esta vez lo subí yo el capitulo.
Espero que disfruten de las imágenes que les publicamos, fue un arduo trabajo conseguirlas sin que nos pescara nuestras familias jajajaja.
Por otra parte como la continuación de esta historia fue gracias a ustedes, queremos saber que cosas les gustaría que apareciera en los siguientes capítulos, porque la verdad no le queda mucho ya para el final :s Así que pidan que es lo que les gustaría leer, y de esa forma esta historia continúa un poquito más.
Espero que disfruten el capítulo, por las dudas les aviso léanlo sin menores andando cerca jajajaja
Besos
Naty
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Rpov
Espero que disfruten de las imágenes que les publicamos, fue un arduo trabajo conseguirlas sin que nos pescara nuestras familias jajajaja.
Por otra parte como la continuación de esta historia fue gracias a ustedes, queremos saber que cosas les gustaría que apareciera en los siguientes capítulos, porque la verdad no le queda mucho ya para el final :s Así que pidan que es lo que les gustaría leer, y de esa forma esta historia continúa un poquito más.
Espero que disfruten el capítulo, por las dudas les aviso léanlo sin menores andando cerca jajajaja
Besos
Naty
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Rpov
Para muchos hombres cumplir veintinueve años era una señal clara que había llegado la hora de madurar, de sentar cabeza y formar una familia… Lo de madurar será según a quien se lo pregunten, mis hermanas seguramente dirán que sigo siendo un crió inmaduro; mi esposa más de una vez me lo dice cuando la saco de sus cabales y a mi madre, pues para ella siempre seré su niño de cinco años… ¿Sentar cabeza? Eso lo hice a los veintiuno cuando conocí a una hermosa castaña de ojos verdes que se robó mi corazón; desde el momento cero que iniciamos formalmente nuestra relación quise formar una familia con ella me llevó un tiempo largo realizar ese sueño… pero una vez que lo alcanzamos había valido la pena todo lo vivido con anterioridad.
Sentí como el peso de la cama se modificaba y unos segundos después unas manitas me daban una minis cachetadas, al abrir mis ojos me hallé la vista más hermosa que un hombre puede tener el día de su cumpleaños: mi niña balbuceando a mi lado, tomando mi pelo para estirarlo con fuerza.
- Auch pequeña eso le duele a papi.- ella me regaló su preciosa risa, mientras yo le sacaba sus deditos de mi pelo. Otra risa que provenía de la punta de la cama llamó mi atención.
- ¡FELIZ CUMPLE PAPI!- gritó Kris con Alex paradito sobre sus piernas con un hermoso enterito azul que llevaba escrito el deseo que acababa de decir su madre. En ese momento me percaté que Aly llevaba el mismo conjuntito que su hermano, solo que de color rosa. La tomé en mis brazos antes de acercarme hasta su hermano y su mami.
- Que hermosa sorpresa me dieron.- le di un beso a Kristen.- Gracias amor.- mi campeón reclamó un poco de atención.- No te enojes enano, gracias a ti también.- bese su barriguita ganándome su risita.
- Te trajimos el desayuno a la cama.- ella señaló la enorme bandeja que me esperaba sobre la mesada.
- Se ve delicioso todo eso ¿Quién lo preparó?- pregunté tomando a Alex en mis brazos así Kris iba en la búsqueda de la bandeja.
- Pues nosotros tonto, quien más crees.- me miró con falsa cara de enojada.
- Oh, oh, oh perdón por herir sus sentimientos.- me puso los ojos en blanco.- ¿No te sentí levantarte?- apoyamos la bandeja en la mitad de la cama, le pase a Alex para que ella lo sostuviera, mientras que yo me quedaba con Aly.
- Si duermes peor que un roble.- me acusó.
- Mientes, si durmiera tan profundo no me despertaría en la noche cuando los renacuajos lloran.- mordí un pedazo de tostada con mermelada.
- Jajaja te despiertas porque yo comienzo a pegarte patas y decirte: “Rob es tu turno”- me causo gracia su voz de dormida.
- Te quedo delicioso el desayuno.- cambié de tema y ella negó con la cabeza.
- Gracias no fue nada fácil prepararlo cargando a Alex, no se porque tiene tanto rechazo a la sillita, quizás lo asuste tanto animalito colgando.- era cierto eso, mientras Aly se quedaba fascinada mirando los animalitos, intentando con sus manitos agarrarlos su hermano ni bien lo colocabas se largaba a llorar como si no hubiera mañana.
- Yo creo que lo hace a propósito este niñote consentido de mamá, él sabe que a penas larga unas lagrimitas tu lo alzas. Obviamente es más lindo andar pegadito a tu pecho que es suave y calentito, que estar sentadito en una silla dura y fría; si lo sabre yo lo lindo que se siente estar sobre tu pecho.- moví las cejas de manera sugestiva, ganándome un golpe en el brazo.- Auch, si es verdad tienes dos suaves y blanditos almohadones, que ahora están a tamaño familiar.
- Robert los niños.- se escandalizó tapándole las orejitas a Alex.- Ellos no tienen porque saber de las perversiones de su amado padre.- dijo a tono de ofendida.
- Jajajaja como si su mami fuera la madre Teresa de Calcuta; tengo que recordarte todas las veces que me atacaste durante el embarazo como loba en celo.- Aly estaba entretenida con una servilleta, que se la llevaba a la boca.- No cielo, eso es papel no se come.- se la quité y me hizo un pucherito que me partió el corazón.- Toma esta cucharita, esto si va a la boca.- por suerte ella era fácil de contentar.
- Tiene la manía de llevárselo todo a la boca, vamos a tener que estar muy atentos con ella cuando comience a gatear, el otro día los puse a ambos en la alfombra para jugar y en un abrir y cerrar de ojos, no me preguntes como estaba rodando.- Kris le hizo cosquillitas en la panza.- Es toda una bribona.
- Es increíble como los dos naciendo juntos sean tan diferentes; Alexander le gusta más lo cotidiano, estar tranquilo, sin que lo molesten, en cambio, Alexia le gusta ver cosas nuevas, escuchar muchas voces a su alrededor, andar de brazo en brazo sin importar quien sea la persona que la sostiene.- explique, tomando un sorbo de café.
- Creo que en pocas palabras nos describiste a ambos.- Kikis rió.- Yo los veo a ambos con una mezcla de ambos, hasta físicamente no se parecen a uno de nosotros específicamente.
- Hicimos una buena mezcla ¿verdad?- abracé su cintura y ella apoyo la cabeza en mi hombro.
- La mejor de las mezclas.- besó mi cuello, causando un escalofrío por todo mi cuerpo hasta una parte en particular de mi anatomía. Respiré hondo para controlarme.
Terminamos de desayunar los cuatro juntos en la cama para luego ponernos en movimiento para ir a la casa de mis papás donde almorzaríamos todos juntos por mi cumpleaños.
Kpov
- Seis pañales, algodón, óleo, cambiador, tres cambios de ropa, protector solar, medias, mantita, abrigo, sonajeros… creo que puse todo.- me reía del repaso que hizo mi marido de las cosas para llevar en el bolso.- ¡Los baberos, eso me falto poner!- grito fuerte.
- Tu papi está loco cielo.- le dije a Aly mientras terminaba de ponerle su lindo vestido rosa, era una princesita en miniatura. Alex había quedado frito luego de cambiarlo y ahora dormía una siestita en su cuna.
- Listo, ya están los bolsos, ahora los voy a ir a guardar en el baúl ¿Te falta mucho?- preguntó con los dos súper bolsos colgados.
- No, termino de ponerle los zapatitos a Aly, me maquillo un poco y ya estoy lista.
- Ok entonces bajo esto al auto y subo para quedarme con la ranita, así te terminas de poner más linda de lo que eres.- besó mi frente, termine de ponerle los zapatitos de bailarina que le había comprado su papi y la tomé en mis brazos, fui hasta la mecedora para darle un poco de pecho.
- Recuerden que quedamos que hoy se van a comportar a la noche, solo necesito dos horas para darle mi regalo a su papá.- mi nena me miraba embobada, moviendo con rapidez sus labios sobre mi pezón; era nuestro momento madre-hija donde ambas, simplemente con la mirada nos decíamos cuantos nos amábamos.
Cuando Rob volvió, le di a su niña para que le hiciera provecho mientras yo fui a terminar de alistarme. El clima siempre era muy loco en Londres pero hoy había amanecido con mucho calor, así que opte por ponerme un vestido y unas ojotas, recogí mi pelo en una cola alta ya que los niños tenían la manía de enredar sus deditos en mi pelo; a penas me puse un poco de base y rubor para que no se me notaran mucho mis ojeras.
- Ya estoy lista.- le avisé a Rob, que se hallaba con los dos niños en la habitación.
- Yo bajo a Aly y tu a Alex, las sillas ya están colocadas en el auto.- asentí.
Tome con cuidad a mi principito para no despertarlo de su siesta, lo envolví con una mantita antes de bajar.
- Bear, Nala, vamos niños al auto.- les grite mientras bajaba las escaleras para ir hasta al patio. Rob ya estaba ajustando a Aly en su asiento.
- ¿Traes las correas?- me preguntó tomando a Alex para acomodarlo en su asiento.
- Si, las metí hoy temprano en la cajuela del auto… Nala tu atrás como siempre.- le abrí la puerta del otro lado para que subiera; ella se comportaba muy bien cuando viajaba en auto y como la camioneta era espaciosa, se recostaba en el espacio que separa los asientos delanteros de los de atrás. Bear era otro cantar.- Tú, adelante conmigo.- me senté primero para que el luego saltara sobre mi tan bruto como siempre. El se aceleraba mucho cuando viajaba en auto, por eso prefería mantenerlo controlado.
- ¿Estamos listo?- dijo Rob, poniéndose el cinturón de seguridad y el auto en marcha. Mire a mis niños que estuvieran bien.
- Si, ya estamos todos listos.- tomé la mano que descansaba sobre el freno de mano y me acerqué a darle un beso. Luego el puso la radio.
- Sabes este es la primera salida que hacemos la familia completa.- miró por el espejo retrovisor como Alex seguía dormido y Aly jugaba con los bigotes de Nala; el instinto maternal de ella se había despertado desde que los bebés llegaron a la casa, solía andar siempre cerca de donde ellos estuvieran y si lloraban y no había nadie empezaba a ladrar para que alguien fuera a atenderlos.
- Es cierto y prepararnos fue casi igual que preparar una mudanza con todas las cosas que traemos.- ambos nos reímos.
- ¡Imagina cuando tengamos que viajar! Va ser caótico.
- Todavía falta para que viajemos con ellos, no te hagas mala sangre antes de la cuenta… ¡Bear, deja de sacar la cabeza fuera del auto!- le grite, tirando de su collar para que se vuelva a sentar sobre mis piernas.
- En un mes tengo que hacer la gira promocional de la última película, pensé que quizás me ibas a acompañar.- dijo con voz de niño bueno.
- Amor, sabes que si ellos fueran más grandes lo haría pero no los voy a someter a viajar durante dos semanas cada dos día por diferentes países. Recién se están adaptando a su casa, imagina cuanto se alterarán si los cambiamos de ámbito todos los días.- intente explicarle mi punto de vista lo más claro posible para que no se enojara.
- Pensé que quizás…- se quedó callado por un momento.- No pasa nada cielo de verdad.- beso mi frente y cambio de tema, pero yo sabía que se había quedado con algo.
- Hagamos algo, no te puedo acompañar en la gira Europea pero si los niños siguen bien y depende de lo que me diga la pediatra, podríamos organizar para ir a Los Ángeles ¿Te parece?- lo miré entre ojos y pude ver como la sonrisa volvía a implantarse en su cara.
- ¿Sabes que te amo, cierto?- justo el semáforo estaba en rojo, yo asentí.
Tomó de mi rostro y lo acercó hasta quedar frente a él para reclamar mis labios como suyos, como su única dueña. Hacía tanto que no nos besamos de esa manera, nuestras lenguas batallando como si no hubiera mañana; tomé de su pelo y acaricié su nuca ganándome un gemido de su parte, que fue directamente hasta mi centro para despertarlo de su largo letargo. Nos habíamos olvidado de todo tiempo y espacio, solo éramos él y yo en nuestra burbuja personal.
El sonido de varias bocinas nos trajo de nuevo a la realidad.
- ¡Muévete de una vez!- nos grito un hombre muy enojado; los dos rompimos en carcajadas. Rob puso de nuevo el auto en marcha, cuando el hombre gritón paso delante nuestro nos mostró su dedo mayor.- ¡Consíganse un hotel!
- ¡Vete a la mierda!- le conteste con el mismo dedo.
- Dios, extrañaba tanto oírte maldecir como camionero.- Rob no paraba de reír.
- Idiota.- él también se gano otro dedo, pero poco le importo.
El resto del viaje transcurrió tranquilo, justo cuando Rob estacionó Alex se despertó a puro llanto. Baje primero, até con la correa a Bear y luego fui a tocar el timbre para que supieran que estábamos aquí. Él pensaba que solo era una reunión con su familia, no tenía idea de la fiesta que le habíamos organizado.
- Hijos, llegaron.- salió Clare para ayudarnos con todo.- Dame a Bear cielo.- tomó la correa y el se le subió arriba.- Tranquilo perro loco.- lo regañó.- ¿Dónde está el cumpleañero?- preguntó, mientras yo estaba tomando a Alex en brazos para calmarlo.
- Aquí mamá, intentando bajar nuestra mini mudanza.- apareció Rob, colgando los dos bolsos y maniobrando con las manos los cochecitos, en donde en uno iba ya acostadita Aly, más la correa con Nala; Clare se rió por la imagen tan ridícula que daba su hijo con todas las cosas.
- Ven déjame que te ayude con Nalita.- tomó la otra correa.- Pasen, pasen que estamos todos en el patio esperándolos.
Entramos y dejamos todo en el living que estaba decorado por globos de todos colores igual a cuando los niños Pattinson cumplían años.
- Ahora si te puedo saludar… ¡FELIZ CUMPLEAÑOS MI BEBÉ!- ella se abalanzo toda emocionada para abrazar a su niño, que ahora era todo un hombre pero ella lo seguía viendo como su bebito de cinco años. Yo me quede paradita en un costado con mis dos hijos en brazos, pensando cuando los míos crecieran, ellos seguirían siendo mis consentiditos.
- Gracias mamá.- estaba todo colorado, avergonzado por la efusividad de Clare; aunque el lo negara le encantaba ser el chiquitín de mamá.
- Te preparé las galletas de chocolate que tanto te gustan, luego te las doy sin que tus hermanas las vean.- le susurro y no pude evitar reírme, Rob negó con la cabeza.- ¿Y cómo están mis nietitos?- ahora corrió a mi lado y tomo a Alex en brazos, fuera de mí era a la única persona que no le lloraba.- Están cada día más enormes y pesados.- le hacía caritas a su nieta.- Mira que linda estás princesa, eres un algodón de azúcar; Ohh mira sus zapatillitas de bailarina, que monada.
- Se las regaló su papi, creo que fue uno de sus primeros regalos ¿No, cielo?
- Si, a penas las vi me enamoré de ellas.- Rob se puso a mi lado.
- Mamá, deja de entretenerlos y que vengan para acá.- gritó Lizz desde el patio.
- Uff!! la inoportuna de siempre.- se quejó Rob.- Mejor que salgamos todos de una buena vez, antes que la pesada venga a buscarnos.- salió rumbo al patio y nosotras lo seguimos, sonriéndonos. Cuando llegamos, todos gritaron.
- ¡SORPRESA!- Rob se quedó duro por la sorpresa de ver a todos sus tíos, primos y amigos reunidos en el pequeño patio.
- ¿Qué… qué es todo esto?- aún no salía de la sorpresa.
- Feliz cumpleaños cielo.- me puse de puntitas de pie para darle un beso en la mejilla.
- ¿Tú sabias de todo esto?- asentí.- ¿Pero, como, cuando prepararon todo esto?
- No solo salía a correr, sabes… Ve disfruta de tu fiesta.- le di una palmadita en la espalda.
- Feliz cumpleaños hijo.- lo abrazó Richard.- Ya eres todo un hombre.- lo dijo con tanto orgullo que lo emocionó.
- ¡Feliz cumple hermanito!- se le colgaron las dos locas de mis cuñadas.- Ya estás hecho todo un anciano.- lo despeinaron.
- ¡Feliz cumpe tito bob!- Mady corrió hasta sus piernas y él la alzó.- Mami dice que cha eres igual de vejo que el abu.- su comentario hizo que todos los presentes se rieran.
- No creas todas las locuras que dice su mami, princesa.- la despeino y después la bajo nuevamente al piso.
Así uno a uno lo fue saludando y deseándole buenos deseos.
- Está tan contento.- hablo Clare al lado mío, emocionada por ver todo el cariño que en su día recibía Rob.
- No se esperaba esta gran reunión, él creía que solo íbamos a ser sus hermanas y ustedes, los chicos le dijeron que iban a ir a saludarlo a la tarde a casa para que nosotros no tuviéramos que salir con los niños.- justo en ese momento llegó Vicky a nuestro lado.
- ¿Me dejas sostener a esa preciosura que llevas en brazos?- le pasé a Aly.- Pero mira que lindo vestidito, eres todo una princesa cielo. Cuñada sabes que te adoro pero tus hijos tienen más estilo de la moda que tú.- comentó divertida.
- Que a mí me guste estar relajada no significa que voy a vestir con cualquier trapo a mis niños, cuando sean grandes ellos luego decidirán si seguir a la moda o no. Además Rob me mata si llego a vestir a ni niñita como varón.- las tres nos reímos y mis babys nos acompañaron.
- Oh de qué se andan riendo sin mí, que fea actitud cuñada.- se quejó Lizz poniendo los brazos en forma de jarra.
- De que tu hermana no me tenía fe en cuanto ha como vestir a los chicos e imaginó que los tendría con puros trapos sucios.- empuje la cadera de Vick a modo de broma.
- Pues con lo descuidados que son mi hermano y tú para vestir, creo que todos pensamos que los iban a vestir con lo primero que encontraran en la mañana.- se encogió de hombros.- ¿Cómo está el lloroncito de la madrina?- se acercó a saludar a su ahijado; él empezó a poner su clásico puchero de cuando lo quería agarrar otra persona.- Ya vas a empezar a largar tus lagrimitas de cocodrilo como siempre.- lo sostuvo dos minutos y luego se lo devolvió a Clare para que no haga escándalo.- No es justo, a ti te tocó doña sonrisa fácil y a mí un llorón como mi hermano.- se quejó. Habíamos decidido con Rob que Victoria sería la madrina de Alexia y Elizabeth de Alexander.
- Quizás porque le tocó la madrina más loca de todas.- dijo como si nada su hermana para buscar pelea mientras le hacía carotas a su ahijada.
- Ahhh! perdón su majestad me había olvidado de la señora NO ME DIVIERTO PORQUE SOY MADRE, creí que era la persona que a los dieciséis año me enseño como escabullirme de la ventana para salir de madrugada con mi novio sin que mamá y papá se enteren.- le sacó la lengua.
- ELIZABETH.- la retó mi cuñada, toda roja por el comentario que hizo, por la cara de mi suegra ella nunca supo nada de eso.
- Niñas basta las dos, no van a empezar un pleito en medio del cumpleaños de su hermano; no es momento y lugar para que yo me entere de estas situaciones pasadas.- las miró a las dos tan fijamente a los ojos, que ambas agacharon la cabeza. Si esa era mi suegra, la más buena de todas las mujeres siempre con una sonrisa en el rostro pero que cuando se enojaba era mejor no estar cerca de ella.- Porque no van a hacer algo productivo y empiezan a llevar la comida a la mesa.
- Si, mamá.- dijeron las dos al mismo tiempo. Vicky me devolvió a Aly, antes de meterse a la cocina.
- Cielo ¿Estás segura que quieres qué mi par de hijas locas sean las madrinas de los niños? Tal vez es mejor que consigas a alguien más “normal”.- me dijo al oído.
- Jajaja Clare creo que no podría dejar a mis niños en mejores manos que ese par de locas que tienes por hijas.- cuando nosotras entramos a las cocinas, ambas seguían peleando en voz baja para que mi suegra no las volvieran a renegar. Si mi familia era así de loca.
La tarde se nos pasó en un abrir y cerrar de ojos, mi Rob no fue el único en recibir regalos sino también nuestros hijos de varios familiares que aún no habían tenido la oportunidad de conocerlos; y obviamente anduvieron de brazo en brazo de todo el mundo.
A penas tuve pequeños momentos de estar con mi marido porque era igual de solicitado que en una premier, nada más que esta vez no era por periodistas sino por familiares.
El momento de cantar el feliz cumpleaños fue muy emotivo, Aly estaba a upa de su papá y Alex en mi brazos, yo le hacía movía las manos para que pareciera que aplaudía; Mady estaba al lado de su tito para ayudarle a soplar las velas.
- No te olvides de pedir tres deseos amor.- le dijo cuando la canción terminó.
- Ya tengo todo lo que deseé en esta vida.- miró a sus hijos y a mí, antes de soplar las veintinueve velitas que estaban repartidas en el pastel que le había hecho su mamá. Una vez que las apagó a todas me abrazó muy fuerte, dejándome un beso en la frente.
Si bien aún quedaban varios invitados, tomando un café o un vasito de whisky, Alex y Aly ya estaban bastantes fastidiosos, lo que significaba que era hora de volver a casa. Entre que saludamos a todos y cargamos al auto nuevamente todas nuestras cosas, más los miles de regalos que recibió, nos demoramos otra hora más en llegar a casa.
Lo primero que hicimos al llegar fue preparar el baño de los chicos, así luego comían y se dormían; con tanto movimiento que tuvieron por la tarde solo hicieron una mini siesta de media hora, así que esperaba que cayeran rendidos de sueño.
- Voy preparando las bañaderas mientras tú los vas desvistiendo.- dijo mi marido; habíamos descubierto que era más fácil bañarlos a los dos al mismo tiempo, por lo que poníamos ambas bañaderas en nuestra tina y ahí lo hacíamos los dos juntos.- Ya estás listo campeón.- le preguntó a Alex que ya hacía puchero antes de meterlo al agua; si bien mi niño se quedaba más tranquilo si yo lo bañaba a Rob le daba pudor bañar a su hija, así que yo me encargaba de ella.
- Creo que nunca le va a gustar el agua.- dije mientras le lavaba la cabecita a Aly.
- ¿Crees qué podremos meterlos a la pileta cuando haga más calor? Dicen que si les enseñas a nadar desde bebé es más fácil para ellos.
- Lo intentaremos cuando sea el momento… ¿Te imaginas cuando ellos sean más grandes y le enseñes a hacer surf en Malibú?- ya me imagina a mis hijos corriendo detrás de su padre para meterse al mar mientras yo los veía desde el balcón de nuestra casa.
- Me muero porque ya estén un poquito más grandes y les pueda enseñar tantas cosas, como a tocar el piano, la guitarra, salir a correr con ellos… pero por otro lado adoro que ahora dependan solamente de nosotros dos.- asentí, conocía perfectamente ese sentimiento.
Una vez que los terminamos de bañar, fuimos a cambiarlos con sus piyamitas y luego me acomodé en mi mecedora para darles el pecho a ambos al mismo tiempo. Robert fue a buscar un libro de la mini biblioteca que tenían ellos en su habitación; era ya costumbre que mientras yo los alimentaba él o les cantaba o les leía algo.
- ¿Hoy qué libro toca?- pregunté mientras me mecía, él me mostró la tapa del cuento. Buscó una butaquita para sentarse.
- Hansel y Gretel vivían con su padre, un pobre leñador, y su cruel madrastra, muy cerca de un espeso bosque. Vivían con muchísima escasez, y como ya no les alcanzaba para poder comer los cuatro, deberían plantearse el problema y tratar de darle una buena solución…- inició con la narración mientras yo no perdía de mirada a mis bebés que poco a poco iban cerrando los ojos… Ya faltaba poco para que le pudiera dar mi regalo a mi esposo.
- Son tan lindos cuando duermen, un par de angelitos.- comentó Rob mientras los terminábamos de acostar y de taparlos.
- Solo cuando duermen están así de pacíficos.- respondí mientras bajaba la luz de nuestra habitación.
- Dios que cansado estoy.- dijo arrojándose sobre la cama.
- ¿Acaso no disfrutaste tu fiesta?- me acosté a su lado, acariciando su pierna con la mía.
- ¡Me encantó la sorpresa! Había muchos familiares que hace mil años no veía y recibí un montón de regalos.- me acercó más a su lado.- Aunque no recibí ninguno de este sector de la familia.- hizo un círculo señalándonos a sus hijos y a mí.
- Umm!!! creo que tengo algo guardadito por allí.- me hice la melosa señalando mi vestidor.
- Ah si…- asentí, se giró para dejarme debajo de él.- ¿Por qué no lo vas a buscarlo para ver si me gusta o no?- me dio una palmadita en el trasero, haciéndome reír.
- ¿Pretende abusar de mí señor Pattinson?- empecé a seguirle el juego de seducción.
- Jamás haría eso contigo señora Pattinson.- fue lo último que contestó antes de atacar mis labios.
Me apretó más su cuerpo con él mío, tomé su cabello con mis manos para masajearle la cabeza, mientras que mi pelvis se movía por si sola buscando un lugar en concreto donde rozarse; podía sentir como su miembro se estaba despertando, endureciéndose sobre mí. Sus manos se fueron sobre mis pechos, para apretarlos con algo de dureza, puede que me estuviera causando un poco de dolor, pero era tan grande la necesidad de él que poco me importó mi malestar.
Si no fuera porque justo sonó el teléfono, se habría arruinado mi sorpresa de cumple y hubiéramos terminado follando como dos locos, sin importar tener a los niños a dos metros nuestros.
- Atiende.- le dije sin parar de besarle el cuello.
- Hable… Si soy yo.- dijo con vos ronca, ya que yo no paraba de acariciar su pelvis con mis manos.- Amor es del trabajo, es para coordinar algo de la promoción, prometo despacharlo rápido.- me dio un beso y se fue hasta el balcón. Me dejó con la respiración agitada y mirando el techo por un momento.
- Aprovecha ahora.- dijo mi otro yo, era ahora o nunca.
Fui hasta mi vestidor y me despojé de mi ropa más rápido de lo que canta un gallo. Abrí mi cajón misterioso, el cual siempre lo tenía con llave para que Rob no metiera mano y viera los regalitos que guardaba para él, saqué el conjunto que había comprado con Matilda la semana pasada, según ella para volver al ruedo había que hacerlo con todo.
Busqué como una posesa entre todos mis zapatos el que deseaba ponerme en este momento- Porque ya no los dejé preparados esta mañana.- me quejé de mi misma.- ¡Acá están los encontré!- volví a correr hasta la habitación para mover el moisés hasta el cuarto de los niños que estaba pegado al nuestro, Nala se reincorporó de golpe cuando prendí la luz, últimamente se quedaba dormida en esa habitación.- Cuídalos por mí un rato ¿si gorda?- le hablé mientras prendía el móvil de la cuna para que ellos no sintieran el cambio de habitación.
Llegué toda agitada hasta el baño para soltarme el pelo, acomodarlo un poco, pintar mis labios bien rojos y ponerme un toquecito de su perfume, a él le volvía loco que oliera a su aroma. Me miré por última vez en el espejo.
- Vamos tú puedes hacerlo, no seas cobarde.- me dí fuerzas a mí misma antes de salir hasta la habitación.
Lo esperé, apoyándome sobre la puerta que separa mi vestidor de la habitación; entró a la habitación entretenido con la conversación telefónica que no reparó de inmediato en mirarme, cuando se dio cuenta de como estaba vestida podría jurar que se le detuvo el corazón.
- K-r-i-s-t-e-n- a penas le salía la voz.
- ¡Sorpresa!- dije de manera juguetona.- ¿Te gusta?- tomé las puntas del baby doll y giré frente de él para que viera todo el regalo.
- Estás preciosa- le costó tragar.- ¿Qué significa esto?
- Tú regalo de cumpleaños… ¿Acaso no lo quieres recibir?- hablé con voz seductora mientras caminada de manera felina hasta su lado. El pobre no paraba de transpirar.
- No, no yo… este… yo nunca diría algo así.- se pasó nervioso la mano por el pelo.
- Bueno entonces relájate y disfruta de tu regalo.- tomé de su cuello para besarle.
Al principio le costó reaccionar, creo que lo había impactado más de la cuenta; pero luego que su cerebro hizo click, se relajó y se abocó de lleno a disfrutarme… Sus manos fueron deprisa hasta mi trasero para amasarlo, apretarlo con fuerza y darme una de esas palmaditas que tanto me ponía. Cuando llego a la minima tirita que era mi tanga, empezó a jugar con ella para romperla.
- No, no, no, no seas apresurado, está noche es para que disfrutes.- quité sus manos de mi tanga, enganché uno de mis dedos en el cinto de su pantalón.- Ven conmigo cielo.- lo llevé hasta la butaca otomana que se ubicaba frente a la cama.
Me senté ahí, abrí mis piernas para que se acomodara en medio de ella y comencé a torturarlo, acariciando y besando sobre su pelvis; mí querido Tomy estaba más que despierto, rogando por que lo liberara.
- Ummm me parece que alguien me extraño.- dije cuando bajé su boxer y su pene saltó frente a mí totalmente erguido y chorreante.
- No sabes cuanto cielo… ¿Porqué no te la comes un rato?- una de sus manos fue a mi cabeza para acercarme más a él.
- Ya se me estaba haciendo agua la boca.- contesté con malicia. Primero pase la lengua sobre la punta de su glande para lamer el líquido pre seminal que salía de el.- Ummmm…- ronronee.
- Deja ya de jugar.- me exigió y me puse de inmediato en manos a la obra.
Moje mi mano con mi saliva para lubricar su duro y grueso tronco, lo masturbé lentamente antes de por fin meterlo en mi boca… Primero chupe su glande, imaginando que era un sorbete del cual yo quería extraer todo su jugo; y de a poco fui relajando cada vez más mi garganta para tomar lo más de él que pudiera.
- Dios… tu boca me mata.- me reí y la vibración hizo que se excitara más.- No hagas eso porque te voy a terminar follando esa boquita dulce que tienes.- lo saqué de mi boca y un hilo de baba me unía a él.
- Quizás es eso lo que buscó.- la masturbaba con fuerza.- Esta noche me puedes coger cada uno de mis agujeros.- dije mientras con su pene me daba golpecitos sobre mis pechos. Sus ojos se oscurecieron mucho más.
- Entonces tómala y no dejes nada, conejita.- hacia tanto que no me llamaba de esa manera que fue como un impulso automático para terminar el trabajo. Lo chupaba con rapidez y fuerza.- Más profundo cielo, yo se que puedes.- relajé al máximo mi garganta, tanto que mi nariz rozaba sus vellos pubicos; sus manos mientras tanto masajeaban mis pechos, los cuales los había sacado del camisón.- Kris ya… ya me falta… poco.- el siempre tan caballero me avisaba para que yo decidiera que hacer y obviamente esta vez quería todo de él. Llevé una de mis manos a sus testículos para apretarlos y ayudarlo a terminar, con mi dedo mayor hice una leve presión en su periné y fue lo único que necesito para gatillar de una vez.- Me corrooooo...- su semen, tibio y espeso, salió con mucho impulso directo a mi garganta; fue tanta la cantidad que un poco se me terminó resbalando por la comisura de los labios… Él pobre respiraba todo agitado, con los ojos cerrados; limpié su pene por completo antes de soltarlo.
No me dí cuenta cuanto me tomó de los brazos y me levanto para abrazarme.
- Un día de estos me vas a matar.- dijo respirando sobre mi cuello.- Mi epitafio será: "murió por culpa de su lujuriosa esposa".- me causo gracia su comentario.
- Y eso que no has probado el plato principal del regalo…- murmuré sobre su pecho.
- ¿Ya se puede?- asentí.- Pero aún falta unos días para que se cumpla la cua…- no lo deje que termine de hablar.
- John y Laura me dieron el alta, todo esta bien…- acaricié su rostro.- Puede que aún no haya recuperado mi figura y este un poco fofa, pero podemos hacerlo con la luz apagada si quieres.- agaché mi cabeza, era consiente que ahora no era la mujer más sexy.
- Tonta Kristen.- me levantó el rostro para que lo viera.- ¿Alguna vez me quejé de tu cuerpo?- negué.- Entonces porque tienes esa loca idea que voy a empezar en este momento; tú sabes que te amo en todas tus formas rubia, morocha, colorada, flaca o gorda… Lo que verdaderamente me interesa está aquí.- puso una mano sobre mi corazón.- Y esto no va a cambiar nunca.- mi momento de deseo paso a ser de emoción.- Te amo mi tonta esposa.
- Yo te amo más.- y volví a besarlo, pero esta vez fue algo más lento, lleno de dulzura y amor; me hizo recordar el después de nuestra primera vez… dimos vuelta la página de la pasión para empezar a amarnos con ternura.
- Ahora es mi turno para desenvolver mi regalo como a mí me gusta.- mordió mi oreja.- Levanta los brazos cielo.- me despojó de mi baby doll muy lentamente.- Preciosa...- lo dijo casi como alabanza, mirándome de arriba a bajo, solo había quedado con la mini braga y los zapatos; se agachó para deshacerse de estos últimos.- Me encantas como te vez arriba de estos tacos, pero prefiero tener a mi esposa con su estatura original.- besó mis pies.- Acuéstate.- le hice caso.
Me acomodé sobre la cama, mirando embobada como Robert se despejaba cada una de sus prendas de una manera demasiado lenta para mi salud mental.
- Disfruta de la vista, señora.- dijo, mientras se acomodaba sobre mí.
- Mucho, eres como los buenos vinos, pasan los años y mas comestible te vuelves.- jugaba con los pocos vellos rubios que adornan su pecho.
- Lo mismo digo de ti… Ahora relájate y disfruta.- susurró en mi odio.
Inició una lenta tortura de besos por todo mi cuerpo… Primero atacó mi cuello, donde seguramente mañana tendría más de un chupón; cuando llegó a mis pechos, primero los acarició para luego besarlos muy dulcemente.
- Por ahora mi par de mellizas se las presto a mis hijos.- pasó su nariz acariciando a mis pechos, para luego seguir con su reguero de besos. Se entretuvo más de la cuenta en mi ombligo, causando que levantara la cadera en busca de un poco más de atención. Tenía una necesidad imperiosa de sentirlo.- Shhh tranquila, ya llego.- detuvo mi movimiento con sus manos.
Como prometió su cara quedó justo en frente de mi vagina deseosa y brillante de tanta excitación.
- Es como una flor en plena primavera que está abierta en todo su apogeo.- comentó antes de pasar su lengua de abajo hacia arriba por mis hinchados labios vaginales, se detuvo en mi clítoris para morderlo.
- Roberttttttt…- gemí con desesperación.- Por favor… amor.
- Deja que saboree mi vino para poder comer más cómodo el plato principal.- ahora dos de sus dedos se introdujeron dentro de mí, entrando y saliendo con demasiada lentitud.
- Más rápido.- rogaba, agarrándome de las sábanas; ya sentía a mi orgasmo formándose.
Por suerte me hizo caso y aumento el ritmo, acompañándolo con su lengua, arqueó sus dedos para dar justo con un punto muy sensible de mi ser…
- Libérate cielo, ya no lo retengas más.- succionó con fuerza mi clítoris y estallé en mil pedazos.
- Robbbbb.- creo que me quedé con un mechón de su pelo de lo fuerte que se lo estiré. Mi cuerpo se fue a otro plano y cuando mi cuerpo recuperó a mi espíritu, mi amor me esperaba ansioso que le diera permiso para el siguiente paso.
- ¿Estás bien cielo?- secó mi frente húmeda.
- Mmm.- tenía mi garganta seca y no me salía la voz.
- ¿Podemos parar acá si quieres?- acaso se había vuelto loco o qué. Lo tomé del cuello.
- Tú no te escapas.- se rió mientras lo besaba.
- ¿En verdad estás muy ansiosa?- asentí como si me acabaran de descubrir una travesura.- ¿Tengo qué cuidarme o estamos resguardados?- preguntó yendo hacia la mesita de luz, lo detuve.
- Estoy con las pastillas, Lau dijo que mientras le de el pecho a los niños hasta los seis meses estamos cubiertos, pero ya sabes, todo puede fallar.- me encogí de hombros.
- Mmm sabes que prefiero sentirte piel con piel.- se acomodó encima de mí.- Si llegan a fallar Laura se encargará de criarlo.- me reí de su tontería.- Voy a ir despacio, si te lastimo o te sientes incomoda me avisas.- asentí.
Separé más las piernas para darle total acceso, tomó su pene y lo llevó de arriba abajo por toda mi raja hasta que ingreso la punta de él; cerré los ojos.
- Ábrelos.- pidió mientras iba introduciéndose de a poco, sentí una leve molestia cuando lo tuve por completo.- ¿Te hice daño?- su cara era un poema, el pobre estaba todo asustado; quiso salirse pero se lo impedí rodeándolo con mis piernas.
- No, solo dame tiempo a que me vuelva acostumbrar.- asintió, volvió a tomar mis labios pidiendo permiso para ingresar con su lengua. Cuando la molestia desapareció, moví mis caderas para que él pudiera hacer lo mismo.
Al principio el movimiento fue lento y de a poco fue subiendo cada vez más el ritmo. Extrañaba conectar de estar forma con él, sentir como mi cuerpo se fundía con es suyo, formando unos solo. La habitación se llenó de nuestros jadeos.
- No me queda mucho.- me avisó, enterrando su cara en mi cuello, empujando con más fuerza.
- Un- poco- más…- apreté sus glúteos para que su pelvis chocara con la mía para estimularme el clítoris.
- K-r-i-s.- su corazón estaba galopando, casi saliéndose del pecho, dio dos embestidas más y luego me llenó por completo… su orgasmo ayudó al que el mío se desatara, liberándome junto a él.
Nos quedamos los dos abrazados, su cabeza descansaba sobre mis pechos húmedos del sudor que ambos desprendimos, escuchando solo los latidos de nuestros corazones.
- ¿Estás bien?- preguntó levantándose solo un poco para verme la cara sin salirse de mí.
- Estoy excelente.- le saqué el pelo de la cara.- Te extrañe.- la voz me salió un poco entrecortada.
- Yo también.- me besó.- Me encantó el regalo.
- Me imaginé que te iba a gustar.- nos abrazamos, besándonos y rodando de un lado de la cama al otro, por un rato más.
- Creo que tenemos que abrir un poco las ventanas para ventilar el cuarto.- asentí, permitiendo que se levantara.
- Yo me voy a dar una ducha rápida para sacarme todo el sudor, seguro cuando se despierten van a tener hambre y me da cosas que me huelan toda sudada.- encaminé para el baño.
- Voy a ver que sigan bien y luego te acompaño.- se puso su boxer y salió de la habitación.
Nos bañamos los dos juntos, fue una ducha rápida llena de risas, comentando momentos que sucedieron en la fiesta y como casi no pudimos hablar antes, este era el momento.
Una vez que estuvimos vestidos, fuimos a buscar a Aly y Alex de su habitación para que duerman con nosotros en su moisés como siempre, no terminamos de acomodarlos que se despertaron.
- Hicimos todo a tiempo.- dijo, tomando a Aly en brazos.
- Se portaron bien, al menos permitieron que disfrutemos un rato y no nos dejaron con el orgasmo atorado.- yo le estaba dando el pecho a Alex. En ese momento me acordé que me había olvidado de darle su otro regalo; me levanté con mi niño en brazos y corrí hasta el vestidor.
- Kris ¿Qué sucede?- preguntó asustado. Volví con la cajita.
- Me olvide de darte el regalo que tus hijos te hicieron.- se lo entregué.- Feliz cumpleaños cielo.
Re-acomodó a Alexia sobre su pierna para poder abrir la cajita, sus ojos se llenaron de emoción.
- Amor… es bellísimo.- dijo alabando el reloj de bolsillo.- “Para que pienses en nosotros a todas horas. A&A” - leyó en voz alta el grabado que tenía en la parte de atrás.
- Ábrelo.- le pedí. Adentro llevaba una foto de los niños con él.
- Gracias, es el mejor regalo de todos, luego de ellos dos, por supuesto.- me besó la frente y después a los babys.
Así volvimos a nuestra rutina nocturna, yo los alimento, él los cambia; nada más que esta noche tuvo un condimento especial que deseaba a volver a repetirlo en cuanto nos diera el tiempo.
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Bueno parece que estos dos volvieron al ruedo... Rob tiene cerca una buena promoción ¿Cómo creen que él pobre llevara la lejanía de sus niños y de su esposa?... Lo sabremos en el siguiente capítulo.
Naty
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Bueno parece que estos dos volvieron al ruedo... Rob tiene cerca una buena promoción ¿Cómo creen que él pobre llevara la lejanía de sus niños y de su esposa?... Lo sabremos en el siguiente capítulo.
Naty