Rpov
- ¡Rob, tanto tiempo sin verte!- me saludó tan alegremente como siempre Josh.- ¿No haz traído a ninguno de mis reidores profesionales?- hizo referencia a mis hijos.
- No esta vez se quedaron en Londres, ahora que están en el kinder ya no es tan fácil viajar con ellos cuando se nos plazca.- me senté en la silla mientras una asistente me acomodaba el micrófono.
Estaba en New York haciendo la presa y la presentación de mi nueva película; un drama sobre un hombre que queda viudo a los treinta y cinco con dos niños pequeños y un pre adolescente, que intenta salir adelante, enamorándose nuevamente.
- Estoy seguro que el colegio les puede otorgar algún permiso para ausentarse unos días ¿Qué pueden llegar aprender de importante?
- El instituto si nos otorga permiso, la que no lo hace es mi esposa; cuando le dije la idea de estar una semana fuera de casa por poco me echa a mí.- los dos nos reímos.
- Me imagino a la pequeña fiera enojada y más ahora que tiene las hormonas enloquecidas.- tomó un sorbo de café.- A Rachel tampoco le gusta que el nene falte a la escuela… y hablando de hormonas ¿Cómo anda la panza?
- Hermosa, creciendo todos los días un poco más, mira tengo unas fotos que le saqué la semana pasada.- busqué en mi Iphone.- No es preciosa.- sí soy un padre baboso, pero no hay nada más lindo que ver a mi Kiki con panza.
- ¡Uaauuu Está enorme! ¿Están seguros que no van a tener otro par?- dijo mirando la foto de Kristen de perfil, luego había otra con los niños abrazados a la panza de casi seis meses de su madre.
- No esta vez es solo uno, va mejor dicho una, después de muchos intentos recién la semana pasada en la última ecografía se dejó ver… Tendremos otra niña.- el deseo de Kris se hizo realidad y yo tendría otra princesa más del cual preocuparme en el futuro.
- Felicitaciones hombre, ahora sí podré presentarle a mi hijo a tú hija.- dijo el muy bromista y mi cara se transformó de inmediato.- Es broma, es broma…- bufé.- ¿Para cuando tienen fecha?
- Agosto, el diez cumpliría las cuarenta semanas… Este embarazo se me pasó rapidísimo, con Alex y Aly no se me iban más los días, en cambió con ella en un abrir y cerrar de ojos ya estamos por la recta final.
- Debe ser por la ansiedad de ser padres por primera vez, luego como tienes que atender a otros, el tiempo se te pasa más rápido.- asentí.- ¿Y esté será el último o van a ser como brangelina?
- Creo que tres es un buen número para cerrar la fábrica, adoro ver a Kristen embarazada pero con lo mamá oso que es ella, no quiero tampoco que abandoné su carrera solo por tener hijos. Quizás más adelante probablemente adoptemos, pero no un bebé sino un niño más grande…
- Ella es una excelente mamá… Recuerdo que dejo de ir al gran estreno de su película porque Alex se había resfriado y no quería dejarlo con la niñera.- asentí.- También hizo lo mismo en una entrega de los Golden Globes…
- Aly se cayó de la escalera por bajar corriendo, doblándose el pie, ya estábamos listo para ir a la entrega de premios y terminamos viendo la transmisión desde el televisor del hospital. Tenias que ver como todos nos veían raro porque íbamos vestido de gala.
- Me imagino a Kristen refunfuñando porque seguramente todas las enfermeras andaban de babosas detrás de ti.- iba a contestar pero Nick nos interrumpió.
- Chicos lamento cortar su agradable conversación, pero si quieres llegar a tomar el avión dentro de tres horas, les recomiendo que comiencen ya con la grabación.- dijo señalando el reloj.
- No te preocupes Nick, no perderemos el avión, es lo bueno de viajar con un avión privado, no sale hasta que no lleguemos.- rodé los ojos.
- Ok, como quieras luego no me tortures la cabeza cuando veas que no llegamos a tiempo y esta vez tú sólito te las arreglas con Kiki.- recordando que mi esposa tenía un carácter muy volátil por estas fechas.
- Mejor empecemos de una buena vez…- me removí en la silla e hice caso al consejo.
La entrevista habrá durado más o menos una hora, con Josh siempre era divertido hacer estas cosas; con los años era uno de los poco periodistas del medio con los que llevaba una buena relación. Encontrarnos era como reunirse con viejos compañeros del secundario, sabía hasta donde podía meterse y siempre fue respetuoso de mi intimidad y la de mi familia.
Mientras esperaba que el avión partiera, hice una llamada…
- Dame cinco minutos y ya estoy contigo.- la voz de mi esposa era toda agitada; miré mi reloj para revisar que no había calculado mal el horario.- Listo, ya soy toda tuya.
- ¿Creí que lo eras ya desde hace unos diez años?
- Tonto- rió.- ¿Cómo estás amor? ¿Ya terminaste con New York?
- Bien, algo cansado, extrañándolos como loco, es aburrido viajar sin ustedes- puse voz de niño.
- Ya no te quejes, dentro de poco nos verás de nuevo. Espero que traigas regalos, porque el par está más que entusiasmado en ver sus deseos cumplidos.
- Está todo guardado en la valija, hasta bichito de luz tiene obsequio ¿Cómo se ha portado?- pregunté sobre mi pequeña pateadora.
- Muy bien como siempre, si no fuera por las súper patadas de karate que me da y la barriga inmensa que tengo, ni cuenta me daría que estoy embarazada.- por suerte el embarazo venía de diez, Kristen no sufrió ninguna molestia, esta vez no hubo ni nauseas ni vómitos, solo las grandes ganas de dormir era su síntoma diario.- ¿A qué hora llegas hoy? Los niños quieren verte, te extrañan demasiado.- hasta podía imaginarla haciendo un puchero.
- Tarde cielo, ya estoy dentro del avión pero se avecina una tormenta y no se bien cuando partiremos ¿Tú no me hechas de menos?
- Cada minuto, de cada hora.- suspiró.- Bichito de luz también extraña que la hamaquen.- dijo pícaramente, ya que su apetito sexual nuevamente se había duplicado; nada más que esta vez teníamos que ser más cuidadosos de no ser descubiertos por los mini espías uno y dos.
- Dile que prometo llevarla a la montaña rusa a penas te vea.- río
- Entonces te estaré esperando vestida para la ocasión.- mi mente cochina se disparó y me la imagine con unos de sus sexys conjuntos de lencería, esperándome en la cama, lista para jugar. Mi pene comenzó a endurecerse.
- Cielo no me digas eso que Tommy empieza a buscarte como desesperado.- dije acomodando mi incipiente erección.
- Uhhh pobrecito mi nene, justo estoy recién salidita de la ducha y aún no desayuné que es debido.- puso voz de nena, prendiendo fuego a las pocas neuronas que quedan cuerdas.
- Kristen, por amor a Dios, deja de hablarme de esa manera; estoy dentro del avión y tengo un bulto enorme en medio del pantalón.- pedí casi llorando del dolor.
- Vamos Pattinson no seas aburrido, tienes un avión a tu entera disposición, ve al baño por un momento y juguemos un rato.- al escuchar ese pedido mis ojos casi se salen de orbita.
- ¿Secuestraste a mi esposa?- me burle.
- ¡Claro que no idiota! ¡Solo sucede que hace más de una semana nadie me coge como es debido y ya las manualidades me aburren!- me gritó, sip señores era un idiota en despertar la furia de sus hormonas. Me levante y fui hasta el baño, cerrando la puerta con el pestillo.
- ¿Así que no te cogen como es debido? Creo que esa boca sucia necesita algo.- desabroché mis pantalones.
- ¿Cómo qué?- preguntó enfrentándome.
- Cómo mi polla, baby; porque en vez de seguir quejándote te arrodillas y me la chupas un rato.- comencé a subir y bajar mi mano por mi pene.
- Ummm me encantan cuando son largas y gruesas… ahhhh.- la escuchaba gemir.
- ¿Te estás tocando bunny?- solo escuché un aja de su parte.- Abre bien tus labios y acaríciate por fuera, te quiero bien mojada.
- Estoy chorreando por ti cariño… déjame que me toque con más profundidad… por favor.- suplicaba, mientras yo aumentaba el ritmo de mi mano.
- ¿Quieres que te la meta profundo? ¿Quieres sentir mis bolas golpeando tu culo?
- Si, Si, Si.- gemía de placer.- Quiero que me hagas gritar de placer.- yo estaba muy cerca y se me dificultaba hablarle; disminuí los movimientos para aguantar un poco más
- Métete tres dedos e imagina que es mi polla el que te esta taladrando ese coñito rosado y mojado que debes tener.- froté la cabeza de mi pene con mi dedo pulgar, esparciendo todo el liquido preseminal que emanaba de él.
- Ohhhhhh, dame más, quiero más.- grita totalmente fuera de sí.
- Te gusta ¿Eh? Ummm me encanta como tu jugosa vagina me envuelve por completo… Eres toda una perrita en celo, que le gusta ser follada duramente ¿verdad?
- Sí, si si… Rob estoy cercaaaa!!!
- Curva tus dedos y tócate como te enseñé.- llevé mi mano hasta mis testículos y los masaje, sintiendo como mi esencia iba subiendo.- Abre esa boquita, que te voy a dar mi lechita tibia de desayuno.- fue lo último que dije antes de mancharme por completo el inodoro. Escuchaba como Kris gritaba su propio orgasmo; nos quedamos callados.-
- Uff esto fue…- a penas le salía la voz.
- Estupendo cielo.- terminé la oración.- ¿Te alcanzó para esperar unas horas más?
- Creo que me las apañaré sin problemas… Gracias cielo.
- De nada señorita, estoy siempre para surtirla, digo servirla.- ambos reímos, justo tocaron la puerta del baño.-
- “Señor Pattinson, tiene que volver a su asiento y ponerse el cinturón de seguridad, estamos por despegar”- me comunicó la azafata.
- Si, ahí voy… Cielo ya estamos por partir, te mando un mensaje de texto cuando aterrice. Te amo, mejor dicho las amo a ambas y gracias por la pequeña distracción que me dieron.- me despedí de ella.
- Cuando gustes, tu hija te desea un buen vuelo y que llegues rápido a casa, te amo.- se despidió de mí.
- Cuídense ambas, besote.- dije antes de cortar la llamada.
Me lavé la cara para bajar mi cara roja que me delataba de la pequeña travesura que acaba de hacer con mi esposa; limpié un poco el inodoro y salí del baño para acomodarme en mi asiento donde Nick me miró y rodó los ojos como queriéndome decir: “Cuando no ustedes dos”, solo me encogí de hombros, no podía culparme él no te tenía una esposa ninfómana embarazada.
Tomé una de las almohadas, acurrucándome en ella para descansar las horas que me separaban de mis cuatro grandes amores… Me dormí casi al instante y todo gracias a la travesura de Kristen que me dejo sin energía, de ahora en adelanta lo practicaría antes de cada despegue para viajar más tranquilo.
Kpov
- pi pi pi pi…- sonaba el despertador.
- Maldito aparato.- murmuré todavía dormida, intentando con mi mano callar el aparato.
- Dijissste una mala palabra.- me acusó nuevo acompañante de habitación, con voz de dormido. Alex siempre se pasaba a mi cama a mitad de la noche cuando Robert no estaba.
- Cinco minutos más y nos levantamos.- lo abracé acercándolo todo lo posible a mi cuerpo. Dormité un rato más pero ahora fue mi pequeña hija la que me despertó gracias a su gran patada karateca.
- Me froté los ojos y vi la hora, siete menos cuarto, no podía quedarme más tiempo en la cama a los niños llegarían tarde al kinder.
- Cielo es hora de levantarse.- susurré en su oído, despeinando aún más su rebelde pelo.
- Chinco minutos mashhhh.- se tapó la cabeza con la almohada; ese gesto me causo mucha gracia y me recordó a su padre, que siempre hacía eso cuando tenía que madrugar.
- Esta bien, voy a despertar a tú hermana y luego si te levantas, que sino no llegamos.- no me contestó nada, solo movió su cabeza y continuó chupándose el pulgar.
Tomé la bata y con cuidado me levanté de la cama para ir hasta la habitación de Alexia. Abrí un poquitito las persiana del ventanal para que iluminara el lugar sin necesidad de prenderla la luz en la cara.
- Buen día princesa, es hora de comenzar un nuevo día.- coloqué a la coneja en su almohada y está empezó a mordisquearle suavemente la nariz.
- Ja ja ja me haces cosquillas colitas.- tomó a su conejito.- Hola mami linda.
- Hola preciosa ¿Cómo dormiste?- besé su frente y la destapé un poco.
- Muy bien, soñé con mi helmanita que jugábamos a la casita junto con Mady.- se levantó de la cama, poniéndose su pantuflas de kittie.- Hola Lila.- dejo un beso en mi gran barriga, su hermana le respondió.- Me pateo.
- Creo que Lila está muy contenta que hayas soñado con ella; ve a lavarte los dientes, vístete y baja a desayunar.- mi hermosa niña le gustaba hacer todas sus cosas por si sola, algo que era de gran ayuda ya que su hermano no había día que no me sacara canas verdes a esta hora.
Volví a mi habitación y Alex había ocupado ya toda la cama, estirado de par a par; aunque me diera lastima despertarlo ya era hora de levantarse.
- Vamos pequeño monstruito, arriba que se hace tarde.- le hice cosquillas en la panza haber si con eso reaccionaba pero no hubo caso.- Ok, no te despiertas por las buenas, lo harás por las malas.- lo amenacé.
Ahora con la panza se me complicaba un poco levantarlo a upa y estoy segura que si su padre me ve haciendo este esfuerzo se enojaría mucho. Lo arrastré hasta el borde de la cama, le coloqué las pantuflas y como pude lo alcé.
- ¿Hoy tampoco se quere levantal?- me preguntó Aly cuando me la crucé en el baño.
- Nop, tú no le cuentes nada a tu papá que lo ando levantando.- se tapó la boca con las manos.- Ve a cambiarte, ¡Hoy tienen gimnasia!- grite para que me escuchara.- Vamos Alex, colabórame un poco.- le pedí mientras le lavaba la cara con agua fría haber si con eso reaccionaba.
- Mami, esssta fría.- al fin me contestó, secándose con rapidez la cara con una toalla.
- Hasta que te despiertas hijo de mi alma, se buen niño y lávate los dientes, yo iré a prepararte el uniforme.- lo dejé en la banquetita que tenía su baño.
- Essstá bien.- me contestó con pocas ganas.
Fui hasta su habitación para dejarle la ropa preparada sobre la cama, antes de bajar hasta la cocina para comenzar a preparar el desayuno.
- Mami linda ¿Me puedes peinal?- Aly ya estaba toda vestida.
- Claro cielo, ¿Trajiste el peine y las gomitas?
- Sip, aquí.- me las enseñó.
- Come tu desayuno, mientras te peino ¿Hoy que quieres?- tomé el cepillo y comencé a peinarla.
- Dosh colitash con tlenshas.- contestó mientras comía su plato de leche con cereales.
- ¿Tú hermano se estaba vistiendo?- asintió.
- Se estaba poniendo la lemela al leves.- se rió la muy malvada, dándole un trozo de zanahoria a colitas. La estaba por retar cuando justo llegó mi príncipe; efectivamente se había puesto la remera al revés.
- Mami, ¿Puedesss atarme losss cordonesss?- se sentó en la silla para comer su desayuno.
- Ay hijo mío, tienes la remera mal puesta.- le señalé y Aly se reía.
- ¡No te ríasss Aly!- dijo con el seño fruncido, acomodándose la remera.
- Eres un tonto.- le sacó la lengua.
- No, tú eresss una tonta.- Alex le revoleó a Aly un pedazo de fruta.
- ¡Mamá!- chilló Aly.
- YA BASTA USTEDES DOS.- grite, ambos agacharon la cabeza.- Grace no te rías de tú hermano y Liam pídele perdón a tú hermana por lanzarle comida.- mis hijos sabían que cuando los llamaba por su segundo nombre es que estaban a un paso de ser castigados.
- Perdón Aly.
- Yo también te pido peldón
- Bien así me gusta; hija ya estás lista.- me senté en una silla al lado de Alex.- Haber hijo, levanta tus pies sobre mis rodillas así te ato los cordones.- hizo lo que le pedí.
- ¿Papá cuando vuelve?- me preguntó.
- Esta noche… Listo, terminen su desayuno.- me levanté a prepararles sus loncheras y picotear un poco de fruta, ya que mi bebita también necesitaba desayunar.
- ¿Pero va a estal para mañana?- Aly estaba preocupada que Robert no llegara para la obra de teatro que harían en el colegio.
- Cielo, su padre no se perdería por nada del mundo la primera obra teatral de ustedes.- ambos me miraron con una gran sonrisa.
- Ya quiero que me vea con mi tlaje de Blancanieves, abulita dijo que hoy me lo plobaría.- Aly estaba muy emocionada por actuar, a ella le encantaba ser siempre el centro de atención.
- Yo no quiero usssar la barba, me pica.- se quejo mi hijo; a él lo habían elegido para interpretar al enano dormilón.
- La abuela hoy los va a pasar a buscar por el kinder, van a ir a su casa y ella les probará los trajes para ver si le tiene que hacer algún arreglo.- si había algo en lo que no soy buena es para coser; por suerte Clare tiene una gran mano y ella misma se encargó en hacerles los trajes a medida.
- ¡Yupiiiii!- gritaron los dos emocionados por pasar la tarde en la casa de sus abuelos.
- Me voy a cambiar, cuando regrese no quiero ver nada de comida en sus platos. No se peleen.- les advertí.
Si Robert estaría podría recostarme un rato más, ya que él se encargaba de llevar a los niños hasta el colegio mientras yo lo esperaba en la cama. Era nuestro momento del día donde estábamos completamente solos, muchas veces simplemente ambos nos abrazábamos y volvíamos a dormir o teníamos nuestro “desayuno especial” en la cama.
Me puse lo primero que encontré, unos jeans para maternidad, una remera blanca y una camisa a cuadros de Rob; a pesar de los años, no perdía la manía en ponerme su ropa y más si él estaba de viaje.
Cuando volví a la cocina los niños ya habían terminado su desayuno y, aprovechando el hermoso día, salieron un rato al patio a jugar con la pelota y los perros.
- Niños, es hora de irnos.- los llamé desde la puerta.
- ¡Ahí vamos!- me contestaron; tomé las llaves de la camioneta, sus mochilas y fui hasta el garage para sacar el auto.
- Suban, así les ajusto el cinturón.- cada uno se sentó en su sillita. El viaje fue tranquilo, el colegio no quedaba tan lejos de casa.
Ellos iban al colegio Harrodian, el mismo que asistió Robert en la secundaria; lo habíamos elegido por la discreción que tenía, Madison también asistía allí y además, fomentaban mucho el arte en todas sus disciplinas.
El Kinder quedaba pasando todo el patio central; al llegar hasta la salita oruga, la señorita Becky estaba afuera del aula como todos los días, esperando a sus alumnos.
- Buen día Aly y Alex.- los saludo a ambos con un beso en la mejilla.
- Hola seño.- dijeron ambos.
- Despídanse de mami y vayan a sentarse en sus lugares.- me agache para saludarlos a ambos con un abrazo y un besito.
- Hoy los viene a buscar mi suegra.- le avisé.
- No hay problema, a Clare siempre la veo si no es aquí, es en la primaria buscando a Mady… ¿Cómo está mi futura alumnita?- acarició mi barriga.
- Imagino que durmiendo todo lo que no durmió anoche por usarme de pelota de futbol.- ambas reímos.
- Bueno pero ya falta poco para que la conozcamos, los chicos siempre hablan de su hermanita en la clase.- me comentó, cuando justo llegó otra madre.
- Te encargo a mis soles Becky, mañana nos vemos.- me despedí de ella. Cuando llegué al auto me crucé con la mamá de una de las compañeritas de Aly.
- Kristen ¿Cómo estás?- me saludó Sarah, la mamá de Becca, amiga de Alexia.
- Muy bien y ¿Tú?
- Acá a las apuradas como siempre, mis dos púberes retoños hacen que Becca llegue casi tarde.- Sarah es la mamá más grande en edad del grupo, tiene un hijo de dieciséis y una hija de catorce, la pequeña Rebecca llegó de casualidad cuando ella tenía cuarenta y dos años. Su hija y la mía eran grandes amigas.- Justo te estaba por llamar, Becca quiere que Aly vaya a jugar a casa ¿Hoy tienen algo que hacer?-
- Hoy los busca mi suegra porque se tienen que probar los traje para el acto, pero mañana no hay problema en que vaya a tú casa o que Becca venga a la nuestra.
- Ok, entonces mañana luego del acto me llevó a Aly a casa, almuerzan juntas y luego la pasas a buscar a la tarde ¿Te parece?
- Sí, le traigo una muda de ropa así luego se cambia.- asintió.
- Becca está muy emocionada por la obra, no para de ponerse su vestido de reina por toda la casa.- le iba a contestar que en casa estábamos igual pero nos causó gracia como Melany venía corriendo con Matt a upa para no llegar tarde.- Qué raro Mel, siempre llegando tarde.- rodó los ojos.- Bueno, cielo te dejo, nos vemos mañana.
- Adiós Sarah.- la despedí. Me quedé esperando fuera del auto hasta que Mel regresara.
- ¿Quién fue el culpable esta vez?- le dije a modo de broma, cuando Mel llegó hasta mi auto toda agita.
- La guardia, ingresó un caso complicado en la madrugada y como la médica titular esta de vacaciones, yo la estoy cubriendo.- tomo un poco de aire.- No pegué un ojo en toda la noche y aún debo volver por unas horas más, cuando salga del hospital es el horario de salida de Matt, aún no termino su traje y no se a qué hora voy a dormir.- se masajeó la frente.
- Tranquilízate Mel, te va dar algo si te sigues presionando de esa manera… Por Matt no te hagas drama, le digo a Clare que lo retire junto a los niños, así tendrás la tarde para dormir algo.
- Hay Kris como crees que le voy a pedir a tú suegra que me cuide al niño…- iba a continuar protestando pero la frené.
- Enserio lo digo, a Matt le encanta pasar la tarde jugando con Alex y mi suegra no tiene problema en cuidar un niño más, seguro que su heladera sobrevivirá al estómago de tú hijo.- ambas nos reímos, ya que Matt era una máquina de comer, siempre me dejaba la heladera casi vacía cuando se quedaba en nuestra casa.
- ¿En verdad no le molestaría?- negué con la cabeza.- Pues la verdad, la idea es tentadora… Podría dormir un par de horas y en la noche terminar el traje de príncipe. ¿A qué hora lo paso a buscar?
- Te lo alcanzo cuando vaya a buscar a mi par.- asintió.
- No le traje una muda de ropa… ¿Hoy vas al hospital cierto?
- Si, tengo varias cajas con ropa y juguetes para donar, iba ir a casa a darme un baño y luego me junto con Nettie para llevar las cosas.- cada tanto hacía una limpieza entre los juguetes y ropa de mis hijos para darlo a la caridad.
- Bueno entonces pasa por el área de Neo así te alcanzo la ropa y algunos de sus juguetes.- asentí.- Te dejó así, regreso al hospital. Nos vemos en un rato.- se despidió de mí.
- Adios Mel.- la saludé y luego subí al auto. Cuando llegué a casa, Maguie ya estaba ordenando.
- Hija, ¿Cómo estás?- me saludó tan alegremente como siempre.
- Bien, bien un poco cansada; ayer anoche esta pequeña se puso a jugar futbol.- me senté, acariciándome la barriga.
- Creo que todas las niñas Pattinson tienen la particularidad de ser un manojo de energías.- me acercó un tazón de frutas y un vaso de yogur.
- Shi puede sher.- hablé con la boca llena.- Aly también pateaba más que Alex.
- Mady y Keira también hicieron de las suyas con sus madres.- me reí al recordar las eternas quejas de mis cuñadas.
- Cierto… ¿Llamó Rob?- en New York ya era casi medio día y había quedado llamarme antes que saliera el avión.
- No, hija… seguramente ya te estará por llamar ¿Llegará a la noche?
- Sip, así que hoy haz la cena solo para tres; luego yo le preparo algo liviano para que él coma.- terminé mi desayuno.- Hay una lista pegada en la heladera ¿Puedes ir al super? Hoy tengo al tarde un poco ocupada para ir yo misma.
- No te preocupes, paso por el supermercado antes de irme… ahora ve a bañarte antes que se te haga más tarde.
Antes de meterme a la ducha llamé a Clare para asegurarme que no tuviera problema en llevarse a Matt, como lo había imaginado estaba más que encantada en tener un niño más en su casa. Probablemente, ahora mandaría a Richard corriendo al supermercado a comprar más galletitas y golosinas para todos los niños.
Estaba por salir de la ducha cuando escuché mi celular sonar, si no fuera por mi embarazo, seguramente hubiera salido más rápido de la bañadera para alcanzar al bendito aparato.
- Dame cinco minutos y ya estoy contigo.- estaba completamente desnuda, mojando toda la habitación; tomé una bata y me la coloqué.- Listo, ya soy toda tuya.- aún respiraba agitadamente; me senté en la cama para estar más cómoda.
- ¿Creí que lo eras ya desde hace unos diez años? – ahí estaba mi Rob divertido.
Y a pesar de los diez años que teníamos juntos, de los buenos y malos momentos que vivimos juntos, no había día que agradecía a Dios por ese bendito casting que me permitió conocerlo.
Obviamente ya no era el mismo amor adolescente e inmaduro que hace diez años atrás, al igual que nosotros, fue volviéndose más maduro, fue evolucionando, pero si había algo que nunca cambiaba en nosotros era nuestra pasión. Muchas parejas se quejan que la pasión se va perdiendo con el tiempo, para nosotros es todo lo contrario, fue mejorando con el tiempo.
A esta altura de nuestra vida, ya sabíamos el qué y cómo nos gustaba, y si bien el sexo no era la parte más importante de nuestra relación, era una gran parte de ella y por lo tanto la cuidábamos bastante. Cada tanto intentábamos innovar con algo nuevo, una salida para nosotros solos, juegos, cambio de roles, lencería, etc. Desde siempre fuimos muy libres a la hora del sexo, cuando algo no salía bien, lo hablábamos y veíamos la forma de solucionarlo.
La distancia desde el comienzo fue la parte difícil de nuestra relación y era algo que empeoraba con los años; aunque no lo admitiera frente a él, odia profundamente verlo partir y pasar varios días sola, sin él. Aunque era algo habitual en nuestra vida por la profesión que ambos teníamos, no me gustaba nada, ni siquiera luego de diez años.
La noche era el peor momento, no poder sentir sus brazos rodeándome o no ver su rostro relajado con su despeinado pelo cuando me levantaba, era simplemente horrible; más cuando estaba embarazada y mis hormonas al tope.
Por lo que ellas y un par de palabras maliciosas lograron que tuviera un gran orgasmo telefónico, ocasionando que me volviera a bañar ya que había terminado toda transpirada y húmeda.
Luego de mi segunda ducha, me vestí con unos pantalones de maternidad celestes, una camisa blanca y zapatos bajos… Con ayuda de Maguie cargué la camioneta con las cajas de cosas para donar, partiendo hasta la casa de Tom para buscar a Nettie.
- Pensé que no llegarías más… Hola.- me saludó cuando le abrí el baúl para que subiera sus cajas.
- ¿Y Charlie?- pregunté por su hija de dos años de edad.
- Se quedó con Tom durmiendo.- bufó.- Puede que se parezca a mi físicamente pero es igual de perezosa que su padre.- me reí.- ¿Y tus mini Rob?
- En el kinder, hoy Clare los va a buscar por lo cual me da la tarde libre.
- Entonces podemos ir de compras, Charlie creció de nuevo y todas sus remeritas le van cortas, además quiero comprarle algún abrigo para llevar ahora en las vacaciones.
- ¿Cuando se van a Isla Margarita?- pregunté mientras conducía hacia el hospital.
- Dentro de tres semanas… ¿Al final se pusieron de acuerdo con Rob a donde ir a vacacionar?
- Ummm no del todo, él quiere llevar a los niños a la playa, Marsella o Isla Canarias pero yo no quiero alejarme mucho de Londres; si tuviera menos meses de embarazo no tendría problemas de viajar, pero ya estoy casi en la recta final y cuando los niños salgan de vacaciones estaría de siete meses, en avión no me dejan viajar así que no se.- suspiré.
- Bueno si no pueden ir a la playa puede ir a la casa de campo que le regalaron a Clare y Richard a pasar el verano.- hace dos años para el aniversario numero cuarenta de mis suegros Rob, Vicky, Lizz y yo les regalamos una mansión en Brighton; si bien era una casa de playa, el terreno era tan extenso que mi suegra se había encargado de cultivar diferentes plantas, que a sus nietos les encantaba recolectar sus frutos.
- Puede ser, lo terminaremos de decidir cuando regrese Rob.- ingresé al estacionamiento del hospital.
- ¿Estará presente para la presentación escolar de mañana?
- Si, ya está volando de regreso.- sonreí.
Al llegar al Great Ormond Street Hospital, nos recibió el director de la institución con mucha alegría agradeciendo nuestra pequeña contribución. Nos llevó a hacer una recorrida por los diferentes sectores donde conocimos a los niños internados en el lugar.
Luego nos llevó hasta el salón de usos múltiples, donde los niños que estaban internados por cáncer nos esperaban; leí varios cuentos para todos ellos y para sus familiares que los acompañaban. Ver a esos niños padeciendo tan horrible enfermedad me puso la piel de gallina y agradecía a Dios por tener a mis niños sanos, aunque me volvieran loca prefería mil veces que sean hiper activos a tenerlos internados sufriendo alguna dolencia.
Netti se quedó jugando con los niños, y yo aproveché para ir hasta el ala de Neonatología para buscar a Mel, antes pasé por la cafetería para comprarme un té y llevarle a ella un café. Como ella estaba en el sector de terapia intensiva, le pedí a una enfermera que le avisara que la estaba esperando.
¿Café?- dije ofreciéndole el vaso de cartón cuando la vi venir junto con una mochila.
Gracias, creo que me volveré negra de tanto café.- me reí.- Días como estos es cuando más me arrepiento de haber dejado de fumar, eso me mantenía despierta y me sacaba el stress de encima.- me reí por su comentario y me entregó la mochila con las cosas para Matt.
No te preocupes, a mí muchas veces me dan ganas de volver al vicio.- la acompañé en el sentimiento, ya que más de un a vez me había fumado un cigarrillo a escondidas de mis hijos.- ¿Muy complicado es el caso?- pregunté recostándome sobre una pared, mi cintura me estaba matando.
Es una prematura que trajo la policía hoy en la madrugada; la dejaron abandonada en la puerta de una capilla solo con una muda de ropa y una mantita de algodón. Llegó justo a tiempo, un rato más y casi seguro que fallecía.- me relato me causó escalofríos.- La pobrecita tomó frío y está muy pequeñita, estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance pero ella no está aportando mucho.- suspiró.
¿Se sabe algo de la madre o algún familiar?
No, la policía no tiene idea por donde buscar; no hay ninguna carta o alguna pista que nos pueda dar algún dato sobre su mamá. Ahora está bajo tutela de asistencia social, si llega a salir adelante seguramente irá a algún orfanato.
Pero si es un bebé, seguro que encontrará una familia que la adopte rápidamente.
Umm la gente quiere niños sanos, ella va a necesitar una familia que la estimule mucho; hasta que crezca no sabremos con certeza cuanto afecto a su desarrollo el ser prematura y quedar abandonada al mismo tiempo.
Algo en esa historia removía mucho mi corazón; quizás por mis hormonas alteradas del embarazo, sentía el sufrimiento de esa pequeña tan de cerca… Abracé mi panza, pensando que mi niña era muy afortunada al llegar en una familia que ya la amaba desde el momento cero.
¡Quiero verla!- dije de repente.
¿Qué?- preguntó Mel sorprendida
Qué quiero verla… quiero conocer a la pequeña, por favor.- casi le suplique.
Este, este… claro, ven tienes que ponerte una bata, botas, gorro y barbijo porque vamos a ingresar a un sector esterilizado.- asentí. Me llevó hasta una entrada previa donde me vestí y me lavé las manos.
Es por aquí.- me llevó hasta al fondo donde había una incubadora tapada con una frazadita rosa, con ositos.- Te presento a pequeñita.
Y en verdad era muy chiquita, llena de cables, tenía solo un gorrito blanco y un pañal. Se me llenaron los ojos de lágrimas; con la mirada le pregunté a Melanie si podía meter la mano en la incubadora, ella asintió y con mucho cuidado la acaricié.
Eres preciosa.- susurré, con dulzura.- Una pequeña luchadora.- la toqué casi con miedo que se fuera a romper. Su pechito subía y bajaba con rapidez.
Es bueno para ella que escuche palabras tiernas.
Es muy suavecita.- acaricié sus mejillas rojas.- ¿Cómo se llama?
Marie, llegó sin nombre así que yo la inscribí con uno… Si Mattew hubiera sido niña se iba a llamar de esa manera.- se encogió de hombros.
Es un precioso nombre, justo para ella, precioso y delicado.- toqué su manito y ella abrazó mí pulgar; una electricidad recorrió todo mi cuerpo. Fue la misma sensación que sentí años atrás en un casting con cierto hombre que luego se adueñó de mi corazón.
Oh Dios, es la primera vez que reacciona así frente a un estímulo.- Mel, tomó la historia clínica y empezó a escribir. Marie no se soltaba de mi pulgar y los latidos de su corazón se hicieron más rápidos… Fue entonces cuando lo supe.
Yo me haré cargo de ella.- dije sin dejar de mirar a mi hija.
¿Qué?- preguntó Mel mirándome como si hubiera enloquecido por completo.
Lo que escuchaste, nos haremos cargo de ella, quiero que reciba la mejor atención que le puedan brindar, no importan los gastos, van por nuestra cuenta.
Pero, pero…. ¿Rob?
Robert va a estar más que encantado, hace dos años atrás presentamos el papeleo para adoptar y estamos en lista de espera; ella necesita una familia que la estimule pero que por sobretodo le brinde mucho amor y eso a nosotros nos sobra.- dije casi al borde de las lágrimas.
Sabes que quizás ella no sea una niña “normal” como tus hijos.- me advirtió.
No me interesa si es “normal” o no, igual la amaremos, si llegara a presentar alguna discapacidad pues en ese momento veremos como tratarla o como educarla con ella. Madison sufre de dislexia y eso no hace que la queramos menos, al contrario, todos en la familia la apoyamos y ha mejorado enormemente.- me había disgustado un poco su comentario de niño normal y mis volátiles hormonas salieron disparadas.
Perdón, no quise incomodarte…- suspiró.- Hablaré con asistencia social para que inicien con el papeleo.- asentí.
¿Qué es lo que necesita ella que yo le pueda traer?- pregunté sin dejar de acariciar a mi pequeña luchadora.
Pues algo de ropa, la muda que tiene puesta es de aquí del hospital y pañales, así no agotamos el stock de aquí.
¿Cómo se alimenta?- pregunté al ver que no me pidió formula.
El hospital cuenta con un banco de leche materna de mujeres que donan, así que le estamos dando eso con una jeringa y lo complementamos con una alimentación endovenosa.- asentí.- Kris será mejor que salgamos, los padres no suelen estar mas de media hora aquí.
Adiós preciosa, mañana vendré a verte con otra persona que se enamorará igual que yo de ti. Debes ser fuerte, pequeña luchadora, hay una gran familia que te espera en casa.- me hubiera encantado dejarle un beso, así que solo me limité a besar el frío plástico de la incubadora.
Kristen sabes que es una gran responsabilidad la que estás por tomar, no me malinterpretes, eres una excelente madre y persona, pero creo que adoptar a alguien no es una decisión que debas tomar sola.- dijo una vez que salimos del sector de terapia.
¿Qué quieres decir?
Háblalo con Robert esta noche o mañana, si ambos están dispuestos a hacerse cargo de la niña yo misma me encargaré que la adopción se lleve a cabo… Sabes, esta bebé no podría recibir mejor bendición que hallar una familia como ustedes; por eso creo que la decisión de sumarla o no debe ser entre todos.- me sonrió.
Gracias Mel, yo se cuanto nos aprecias y tienes razón en decir que es una decisión que debemos tomar en conjunto con Rob, pero sabes algo, la energía que acabo de sentir por esa niña solo la sentí una vez en mi vida y aunque tarde en hacerle caso a ese sentimiento, fue la mejor elección que hice… No se como explicarte pero algo en el fondo de mi corazón me dice a gritos que ella es un hijo más para mí.- asintió.
Nos sacamos ambas las batas que traíamos puestas, volví a lavarme las manos y luego tomé la mochila para Matt. Un silencio se formó entre nosotras mientras caminábamos hasta los ascensores.
Te aviso cuando esté llevando a Matt de regreso. Nos vemos en un rato, cuida de mi pequeña luchadora.- me despedí de ella.
Descuida, está en buenas manos.- se despidió, para volver al trabajo.
Fui a buscar a Netti, para luego ir hasta la casa de mi suegra dejarle la mochila y partir a una tarde compras. Cuando le comente mi idea a Netti, me miró con la misma cara de ¿Se volvió loca de verdad? Pero luego comprendió mi punto de vista, reconociendo que ella haría lo mismo en mi lugar.
Pasé la tarde comprando ropa pequeña, ya que la ropa que tenía de cuando Alexia era bebé, le quedaría demasiado grande y la que estaba preparada para Lila le pasaría lo mismo. Estaba emocionada con todas las cosas nuevas que le llevaría mañana a mi pequeña luchadora.
Eso me hizo recordar que debía hablar con Robert a penas llegara y convencerlo en adoptar a Marie, quizás me costaría un poco convencerlo pero aún conservaba mis encantos que nunca fallaban con él.
Rpov
¿Cuánto más falta para llegar?- pregunté como un niño pequeño al chofer del auto.
En diez minutos llegamos señor.- me contestó en forma muy cortés, a pesar que era la quinta vez que le hacía esa pregunta.
A causa de la tormenta, el vuelo se retrasó más de la cuenta, incrementando enormemente mis ganas de llegar a casa, abrazarme a Kristen y dormir lo que quedaba de la noche. Para colmo el transito en Londres estaba de locos para ser un día de la semana de noche, parecía que todos me lo hacían apropósito y se ponían de acuerdo para demorarme aún más la llegada a mi hogar.
Ni bien frenó el auto en el portón de mi casa, respiré profundamente, ¡Al fin había llegado! Tomé mi equipaje y abrí las rejas; levanté la vista hacia los ventanales, las habitaciones del segundo piso tenían las luces apagadas lo que significaba que los niños ya se habían dormido, pero las luces del primer piso estaban todas encendidas así que seguramente mi esposita andaba ordenando o viendo alguna película.
Pero me había equivocado, no estaba ordenando o viendo la tele, ¡Estaba cocinando!; a penas puse un pié dentro de casa, el aroma a galletitas recién horneadas me invadió por completo. Corrí apresurado hacia la cocina, pero me quedé duro como una estatua cuando me percaté de la imagen que tenía frente a mí.
Kristen cantando la canción teenage dream, vistiendo únicamente una remera negra que era mí y unas minis bragas, que parecían más un hilo dental, de color rojo.
You make me Feel like I’m living a Teenage dream The way you turn me on I can sleep
Se agachó para abrir la puerta del horno y aprovecho para menear su robusto trasero, al ritmo de la música; Fue la gota que rebalsó el vaso o mejor dicho, la chispa que encendió la llama…
Caminé sigilosamente y la rodeé por detrás, colocando mi pelvis en medio de sus nalgas; dio un saltito causado por la sorpresa de mi presencia pero enseguida se dejó hacer… Llevé una de mis manos, metiéndola por dentro de sus bragas, para empezar a acariciar el botón mágico; mientras que la otra iba surcando el hogar de mi hija hasta sus suculentos senos.
¿Los chicos están dormidos?- pregunté con voz ronca, mientras la envestía con mis dedos.
Siiii…- se mordía los labios para no gritar.
Quizás era un salvajismo hacerlo así en este momento, pero luego de no verla por más de una semana, necesitaba más que nunca sentirla mía en este instante… Bajé el cierre de mi pantalón y saqué mi pene, que estaba muy tieso, palpitando de dolor; hice a un lado su braga y la embestí profundamente.
No fue algo duradero, al contrario, fue rápido y fuerte… Ella se sostenía con fuerza de la mesada, tuve que taparle la boca con un trapo para aplacar el sonido de sus gritos… Meter y sacar, meter y sacar, para terminar juntos en un glorioso orgasmo.
Nos temblaban las piernas, así que usando la poca fuerza que me quedaba, nos trasladé hasta la silla más próxima que vi, para sentarnos en ella.
Bienvenido a casa, amor.- besó con ternura mi mejilla, una vez que recuperó el aire.
Con estos recibimientos, siempre dan ganas de regresar a casa.- besé sus labios colorados causados por haberse mordido.- ¿Te lastimé?- negó con la cabeza.
Lila está encantada con la montaña rusa que su papi la llevó a pasear.- tomó mi mano y la deposito sobre su vientre donde mi hija daba saltitos como una bailarina.
Hola mi bichito de luz, ¿Cómo estás? ¿Extrañaste a papi?- me contorsioné todo para colocar mi cabeza sobre su barriga; Lila respondía a mis palabras con sus pataditas.- Si preciosa yo también te eché de menos. ¿El par donde andan?
Dormidos, gracias a Dios.- me reí por el entusiasmo con que lo dijo.- Yo no se que les da tu mamá pero vuelven con el doble de energía.
Es mejor no conocer los secretos de la abuela osa, déjala que los disfrute… bastante dolores de cabeza y canas verdes le sacamos mis hermanas y yo.- me iba a contestar pero fuimos interrumpidos por la alarma del horno.
¡Ya están las galletitas!- saltó de mis piernas.
Ummm que ricas huelen.- quise robarme una pero me terminé quemando.- auch, auch, auch.- agitaba mi mano por el dolor.
¡Eso te pasa por meter la mano donde no corresponde! Dios eres peor que un niño Robert, hasta tus hijos de cinco años saben que no deben meter la mano cuando recién saco la bandeja del horno.- tomó mi mano, abrió el grifo y la puso debajo del agua.
Es que se ven sabrosas…- me defendí.
¿Cenaste?- negué con la cabeza.- Ve a bañarte, terminó de ordenar aquí y te subo un plato de galletitas con un vaso de leche.
Si mami.- le robé un beso y salí corriendo hacia las escaleras, escuchando su risa de fondo.
Antes de meterme a la ducha, pase por la habitación de mis hijos: Aly dormía toda arropadita abrazada a su osa de peluche.
Sueña lindo mi pequeña Blancanieves.- besé su frente.
La habitación de Alex como siempre era un desastre de coches y animales tirados por todos lados; él estaba durmiendo panza arriba todo destapado, chupándose su pulgar. Iba a taparlo, cuando me di cuenta del dibujo que tenía sostenida su manito… Éramos él, mi papá y yo junto una pelota de fútbol, había extrañado nuestras salidas luego del kinder al parque donde pasábamos un rato jugando a la pelota; un par de veces se nos había unido su amigo Matt.
Tomé el dibujo, lo doblé y lo coloqué en le bolsillo de mi pantalón.
Te amo, campeón.- lo tapé y salí de su habitación.
Iba a tomar una ducha rápida, pero el agua caliente relajo mucho mis músculos contracturados por las horas de vuelo, así que tarde más de la cuenta. Salí envuelto con una toalla.
Toma te lo estaba por alcanzar.- Kristen, tenía en sus manos mi boxer negro.
Gracias, dulzura.- me quité la toalla para colocármelos; ella se me quedó viendo con la boca abierta.- Te va a entrar una mosca.- me burlé.
Ya veremos quien ríe último señor Pattinson.- se fue hasta la cama, haciéndose la enojada.
Vamos ballenita no te enojes.- me acosté a su lado y comencé a llenarla de besos por todos lados.
Ay Rob para… me haces cosquillas con tu barba.- no paraba de moverse por todos lados, intentado zafarse de mis garras.
Dime que me perdonas y te suelto.- metí mi cara en medio de sus senos para empezar a soplar.
Ya Rob.- quitó a la fuerza mi cara.- Eres un pervertido sin remedio.- jugó con mis mejillas.
Igual que usted mi pervertida esposa.- le robé un beso antes de liberarla.
Te traje tu cena.- me alcanzó una bandeja que tenía un plato lleno de galletitas de chocolate más el vaso de leche fría.- ¿Cómo te fue en New York?
Ghenial, Josh te envisha shaludos.- hablé con la boca llena, ella me miró con cara de asco.- Te quedaron delicioshas.
Eres un cerdo.- rodó los ojos, mientras encendía la televisión haciendo zapping por los diferentes canales, hasta que lo detuvo en E!
“Mientras R-Pattz se lo vio cenando muy íntimamente con su co- protagonista Mila Kunis, recientemente divorciada del actor Ashton Kutcher; K-Stew pasó sus días en Londres junto a sus pequeños hijos Alexia y Alexander… Como muestran las imágenes, la actriz que se encuentra ya en su sexto mes de embarazo, y a pesar de los rumores sobre la crisis matrimonial que estarían atravesando con Robert, se la vió rodeada por sus cuñadas y suegra, comprando en diferentes tiendas de niños… La revista Ok, presentó en su tapa el supuesto tórrido romance que habían vivido Rob y Mila durante el rodaje de la película, siendo este el causante del divorcio por parte de la actriz y afirmando, por otro lado, que el baby Robsten que llegaría para fines del verano, sería el último intento por parte del matrimonio para salvar la pareja… Ambos agentes de prensa desmintieron la historia.”
No podía creer la cantidad de estupideces que podían llegar a inventar los americanos, por cinco minutos de rating; giré mi cabeza para mirar a Kris y me partió el alma ver sus ojos llenos de lágrimas.
Deja de ver toda esta porquería.- le robé el control remoto y cambié de canal.- Vamos cielos, no llores ambos sabemos que todo eso es pura prensa amarillista… Lila no está salvando nada porque aquí no hay nada que salvar.- dije secando sus lágrimas.
Ya se que todo es pura mentira, que crean solo para vender revistas, pero igual lastiman… Yo, jamás utilizaría a ninguno de mis hijos para salvar nuestra relación.
Lo se cielo.- deje la bandeja a un costado y la atraje hacia mi pecho.- Gabriel, Alexia, Alexander y ahora la pequeña Lila, todos son fruto de nuestro amor y nunca debes creer lo contrario. Son lo mejor de ambos, nuestro mejor premio y eso nadie no los va a poder quitar ni ensuciar.- asintió.- Mañana mismo hablaré con Peter para que les mande una carta documento.
Robbb.- iba a hablar pero la detuve.
No Kris, ya me tienen arto con todas estas mentiras que vienen inventando desde hace años. Una cosa es que se metan con nosotros dos, somos grandes, sabemos cuanto nos amamos y que todo es un engaño; pero que se metan con nuestros hijo es un límite que no estoy dispuesto a ceder. No quiero que el día de mañana nos anden reprochando si te engañé o me engañaste solo porque lo vieron en la tele o algún compañero de la escuela se lo comento. Todo tiene un límite y ellos, lo sobrepasaron.- iba a seguir hablando pero ella me calló con un beso.
Te amo león, mis hijos no pudieron tener un mejor padre.- me volvió a besar, colocándose a horcadas sobre mí.- Eres el mejor padre del mundo… Cuando sean grande, los niños van a estar muy orgullosos del padre que tienen.- apreté su trasero con fuerza, acercándola lo máximo que la panza me permitía.
Y tú eres la mamasita más hot del mundo.- se rió sobre mis labios.- Miren como nos estamos por separar.- ataqué su cuello, mordiéndolo.
¡Rob, me dejaras una marca!- se quejó.
Para que todos vean que a pesar de los años, te sigo haciendo el amor siete veces al día.- ambos nos miramos y estallamos en risas.
No se donde sacaron eso, siete veces todo los días…- seguía riéndose.
Ey, no se si todos los días pero yo recuerdo algunos maratones lujuriosos que hemos tenido.- dije haciéndome el ofendido.
Éramos más jóvenes, tu cuerpo aguantaba más.- se mordió el labio.
¿Aguantaba más? ¡Aguantaba más! Ahora va ver cuanto puedo aguantar aún, pequeña bruja.- la tiré con cuidado sobre la cama.- Hoy me estás ofendiendo muy seguido, así que mereces un castigo.
Basta Rob, me haces reír y los niños se van a despertar.- pegaba patadas para todos lados.
Quiero que te retractes, que grites que sigo siendo el mejor amante del mundo.- metí mis manos dentro de su remera para apretar sus senos.
Eres el mejor… Mira como todavía me pones con solo acariciarme.- tomó una de mis manos y la llevó hasta su húmeda vagina.
Ummm muero por probarte…
Que nada te detenga cielo.- me dio carta libre para devorarla por completo.
Bajé mi cabeza hasta su tesoro escondido, besé su carnoso cuerpo aún con sus bragas puestas; el aroma que emanaba era totalmente embriagante. Con suma delicadeza, la despojé de esa fina tela color rojo, quedando frente a mí una carnosa y jugosa frutilla que pedía a gritos ser devorada.
Me tomé mi tiempo, besando, lamiendo, acariciando, penetrando; quería que disfrutara, que llegara a la cima y dejarla ahí hasta que ya no pudiera aguantar más. Amaba hacerle sexo oral, lo disfrutaba aún más que verla a ella comiéndomela; me gustaba verla retorcerse de placer, rogando a Dios y todos sus santos que continuara que la hiciera acabar. Su placer era mi placer.
Dios, debería poner esa lengua en una repisa…- dijo cuando se recupero de su último orgasmo.
Como yo debería hacer un monumento a este precioso trasero.- le di unas suaves palmadas.
Jajaja… deja mi trasero en paz que aún no se recupera de la última vez.- me recordó nuestra salida íntima antes de mi viaje donde unas copas de más de parte mía y sus hormonas lujuriosas provocaron que no midiéramos la intensidad de nuestra pasión.
¿Aún tiene marca?- me puse de costado para ver como estaban sus cachetes.
Solo queda una pequeña mancha amarillita; ya sabes que a mi piel se marca demasiado fácil y tarda mucho en irse.
Tendría que haberme controlado más, mira si te terminaba lastimando internamente por no prepararte mejor.- aún me sentía culpable.
Ey basta de culparte, a pesar de las marcas, yo lo disfrute mucho y en ese momento no me importó nada.- asentí; ella dio un gran bostezo.- ¿Quieres hacer algo más?- llevó su mano hasta mi pene que estaba elevado a media asta.
Mañana cielo, estás muerta de sueño.- tomé la sábana para taparnos.
Pero… ¿Tommy estás…
Tommy puede entender que mamá está cansada ¿Hoy a qué hora te levantaste?- le pregunté cuando se recostó sobre mi pecho.
Siete menos cuarto.- suspiro.- Lo bueno es que mañana los niños van directamente al acto, así que no debemos madrugar.
¿A qué hora tenemos que estar?- comencé a hacer figuras sin sentido por toda su espalda.
A las diez y media, pero los chicos tienen que estar a las nueve y media, así Becky los puede organizar a todos.- comentó con los ojos cerrados.- Ranita está muy emocionada, si la vieras con el vestido, le quedó hermoso el disfraz a tú mamá.- habló toda emocionada por su hija.
¿Tengo que preocuparme?
No entiendo.- levantó la cabeza.
Digo si tengo que preocuparme en que mi nena va ser la futura actriz más cotizada de Hollywood.- me rodó los ojos.
Tampoco es para tanto, pero ya sabes cuanto la llaman las luces y los brillos a la pequeñuela.- acarició mi pecho.
Si ni me lo recuerdes, que le tendré que decir a John que ponga cinco custodias más al lado de mi princesa.- se rió.
Hablando de princesas ¿Cuantas princesas te gustaría tener?
Ahora yo no entiendo tú pregunta.- me puse de costado.
Claro… ¿Cuántas niñas te gustaría tener?- volvió a reformular la pregunta.
Pues, pues… Con Aly y Lila creo que ya estoy hecho; claro que si el día de mañana viene otro niña o niño más, será más qué bienvenido ¿A qué viene esa pregunta?- me intrigaba que era lo que su cabecita andaba maquinando.
¿Y si el día de mañana en realidad ya llegó?
¿Vamos a tener mellizos?- dije con cara de pánico.
No, pero casi…
Kristen ¿Qué sucede?- se sentó derecha en la cama, lo que significaba que era algo importante lo que tenía para decir.
Veraz, hoy fui a llevar los juguetes y ropa vieja de los niños al Great Ormond Street Hospital.- asentí.- Como Mel tenía un caso complicado le dije que Matt se podía quedar con Clare en la tarde así ella podía descansar, al principio ella se negó pero…- la corté, porque cuando ella se pone nerviosa o está por decirme algo que quizás no me agrade del todo empieza a hablar más de la cuenta.
Kris ve al punto de una vez.- me senté igual que ella, preparándome para la bomba que estaba por lanzar.
¡Vamos a adoptar un bebé!- la miré y después me empecé a reír, pero su cara de seriedad basto para hacerme notar que no era broma.
¡Me estás hablando enserio!- mi tono de voz era un poco alto, ella me hizo señas con las manos para que bajara la vos.- Kristen cómo vamos a adoptar un bebé ahora cuando en unos meses tendremos uno, ¡Te volviste loca o qué!- me levante de la cama y comencé a caminar por todos lados en la habitación.
¡No estoy loca ni nada por el estilo! Marie es muy pequeña, necesita un a familia que la ame y nosotros podemos ser esa familia…- se levantó y fue hasta mi lado para tomarme de las manos.- Nunca te he pedido nada, solo que me ames y confíes en mi instinto… Quilas tuve que haberte consultado antes, pero cuando la vi fue, fue… un amor a primera vista. Alto dentro de mí dice que ella nos está buscando, que nos necesita.
Kristen una criatura no es una mascota…- suspire.- ¿Dime cómo haremos para criar una bebé cuando Lila está por llegar? No se, tal vez más adelante.
No Rob, la niña no puede esperar unos años; mira a la podré la abandonaron con horas de nacida, se salvó de milagro de morir por hipotermia y ahora está luchando con todas sus fuerzas para salir adelante. Mel me dijo que aún es muy temprano para saber si su prematures y el frío que sufrió la afecto de alguna manera; como la policía no consigue ninguna pista para dar con el paradero de su familia biológica asistencia social la llevará a un orfanato cuando le den el alta… Si la vieras te enamorarías de Marie.
¿Marie?
Así le pusieron en el hospital, la pequeña ni nombre tenía, solo una mudita de ropa envuelta en una manta de algodón; la dejaron en la puerta de una iglesia, el párroco la encontró y llamó a la policía.- aunque estuviera un poco enojado con ella por decir algo sin conversarlo, la verdad es que la historia de la pobrecita daba pena, ni nombre tenía.- Hable con Harry sobre como sería todo el papeleo de la adopción, como no se sabe nada de la familia tendremos tres meses de prueba, donde servicios sociales nos evaluará y si luego de todo eso no aparece nadie reclamándola podríamos firmar los papeles definitivos de la adopción.- me solté de sus manos y fui a sentarme en el borde de la cama.- Rob…- se arrodillo frente a mí, ambos nos quedamos en silencio.
No se amor, todo es tan pronto; nosotros seremos padres dentro de unos meses…- intenté explicarme.
Pero amor, criamos ya un par de mellizos ahora sería similar nada más que entre ellas se llevarían tres meses. ¿Qué de diferente nos puede suceder que ya no hayamos vivido con los enanos? Por favor Rob, al menos conócela una vez y luego terminarlos de decidir… Por favor.- agachó su cabeza sobre mi regazo, cómo le podía negar algo cuando me lo pedía de esa manera.
Está bien.- su cara se iluminó.- Pero escucha bien, que acceda a conocerla no significa que la adoptaremos, no es una decisión que se pueda tomar así porque sí; es tarde, ambos estamos cansados, mañana luego del acto escolar iremos a verla y nos sentaremos a hablar todo esto con tranquilidad.
Puedo vivir con eso.- le dí un beso, la ayude a levantarse del piso y ambos volvimos a acostarnos.- Ella es hermosa, tiene la pielecita muy suave y está cubierta por una pelusita colorada.
No intentes convencerme como cuando lo hiciste con pompitas.- bese su nariz.
Es colitas.- me corrigió como siempre.
Lo que sea, mañana volveremos a hablar, ahora a dormir bellenita.- apagué las luces y la abracé, enredando mis piernas con las suyas.
Le tararee una de nuestras canciones hasta que se quedó completamente dormida; a mí me costó un poco reconciliar el sueño pero una vez que lo conseguí una imagen con tres bellas niñas apareció, quizás no era del todo loco tener una mini Kris versión colorada.