Capítulo 12 : CERRANDO CICLOS

Hola mi gente hermosa como están?... acá vengo rapidito para dejarles el nuevo capítulo y seguir estudiando psicología, me quedan dos exámenes más el lunes y luego estoy de vacaciones hasta Marzo :). Gracias por todos los buenos deseos que me mandaron para mis exámenes por suerte hasta ahora me están yendo muy bien!!!

Se cuanto les gusta que ponga imágenes en el capítulo, pero me lleva mucho tiempo buscarlas y luego subirlas, por eso disculpas este será otro cap sin imágenes puro texto. Prometo que en los siguientes, ya estando más libre les subiré más cosas.

Ahora si las dejo leer... Consejo: tengan pañuelitos descartables cerca :)

Naty

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Kpov

- Cielo... ¡La cena ya está casi lista! Despeja la mesa así comemos- me pidió Rob, con una cuchara de madera en la mano. 

Aún me era difícil creer que haya aprendido a cocinar, antes quemaba todo o le salía demasiado salado y ahora... Hasta hace unas salsas más ricas que las mías. 

Corrí mi laptop y mis libros a un costado, estiré un pequeño mantel en la mesa redonda que teníamos dentro de la cocina. Era donde solíamos comer si estábamos los dos, el comedor con la larga mesa de madera, solo lo usábamos en ocasiones especiales o si alguien se quedaba para comer. 

Coloqué los cubiertos y fui a preparar un poco de jugo para mí y una cerveza para Rob. Me senté esperando que trajera los platos con la comida, como se tardaba, seguí leyendo mis apuntes. 

Es que mañana muy temprano partíamos rumbo a Oxford ya que, por la tarde, defendería mi tesis de Lord Byron, ante los profesores y decanos de la Universidad. Si todo salía bien, mañana me convertiría en Licenciada. 

- Deja un rato tus apuntes y cenemos tranquilos; luego te sigo ayudando a repasar- me pidió mi amor, poniendo frente mío un delicioso plato de pasta con salsa parisien. Olía de mil maravillas. 

- Gracias cielo- probé un poco de comida- Ummmm, te salió riquísimo.- pasé mi lengua sobre todo el labio. 

- Me alegro que te guste amor- besó mis labios- ¿Estás lista para mañana?- me preguntó mientras comenzaba a comer. 

- No- suspiré- a esta altura ya no sé que es lo que sé y que no- tomé un poco de jugo- tengo miedo que me juzguen mal por no haber asistido a las clases y ser actriz. 

- No digas eso Kris, te van a evaluar como una alumna más. Además tuviste notas excelentes a lo largo de la carrera y sabrán valorar todo tu esfuerzo. Si no cursabas no es porque te faltaron ganas, se debio a tú trabajo, -me tomó de la mano- Tranquila vida ya veras como mañana serás toda una Licenciada... mí Licenciada Kristen Stewart.- mis ojos se llenaron de lágrimas. 

- Te amo- dije con la voz cortada- Tú eres mi mayor sostén, gracias por apoyarme siempre. 

- Es mi deber pequeña, pero tú no necesitas soporte, siempre fuiste mi chica fuerte y valiente, por eso te amo tanto. No podría estar más orgulloso de ti. 

- Me harás llorar- me sequé una lagrima que quería escaparse. El se rió- Mejor cenemos para que luego me tomes la lección, Profesor Pattinson. 

- ¿Puedo castigarte sobre mis piernas cada vez que te equivoques?- movió las cejas sugerentemente. 

- Jajajaja eres un pervertido- le tiré un pedazo de pan, negué con la cabeza- Luego de rendir prometo pagarte cada una de mis horas de estudio con tú faldita preferida- le guiñe el ojo-. 

- ¡Si!- hizo un gesto de victoria alzando el brazo con el puño cerrado- Ya extrañaba la faldita- ambos reímos. 

- Pues aprovecha que todavía cierra, porque ya la ranita y el sapito se están haciendo notar. Tendré que empezar a cambiar de talle de ropa- señale mi pequeño pero bien formado vientre; ya iba por la semana dieciséis de gestación. A final de la semana, me toca el siguiente control con el doctor. Iba a ir acompañada de todas las mujeres del clan Pattinson ya que me harían otra ecografía y esta no se la querían perder. 

- Es increíble como de un día para el otro se hizo visible- el también acarició la zona- ¿Cuándo crees que empiecen a patear? 

- No se...- medité por un momento- A él lo sentí recién a las dieciocho semanas... ¿Recuerdas como fue?- él asintió- 

- Ojalá no sea en el mismo momento, -dijo algo ruborizado- Me asusté mucho... justo se le ocurrió patear cuando me hacías sexo oral. Tu cara se transformo, te pusiste pálida y no podías hablar; yo pensé que te habías atragantado o lastimado.- volví a reírme- No fue gracioso Kiki casi me haces llamar a emergencia con una tremenda erección encima. 

- Es que me había quedado sin palabras; además fue una sensación tan extraña- le acaricié el rostro así se le iba el enfado-. 

- Espero que esta vez hagan acto de presencia cuando no estemos teniendo sexo- se quedó callado- ¿Crees que me sienten cuando yo... yo... estoy dentro de ti? Mira que si los lastimo o si de grandes recuerdan como yo los molestaba con mi pene, -dejó de comer mirándome asustado- 

- Hay Robert si serás bruto- me reí a carcajadas por sus pensamientos- Primero tú no los lastimas, al contrario, con cada orgasmo que me das la oxitocina que libera mi cuerpo mejora la circulación de sangre oxigenada y es muy buena para ellos ya que se alimentan más; segundo aún ni abren los ojos y todo es oscura allí adentro así que no ven nada de nada; tercero y último tu pene no entra en mi útero, tienes un gran tamaño amigo pero lamento decirte que “Tommy” solo se queda en mi vagina. Mi útero se encuentra bien cerradito, protegiendo a la ranita y el sapito. 

- ¿De donde aprendiste tanto?- me miró intrigado- 

- De un libro que me dio Vicky- le sonreí- 

- Quiero leerlo yo también. Me tendré que comprar algunos libros sobre paternidad- continuó comiendo.- Para shaber másh del tema- habló con la boca llena. 

- Podes encargarlos por Internet, yo ya me pedí uno de lactancia, masajes para relajar y otro posiciones que ayudan durante el trabajo de parto estar más relajada. 

- Guau, ya te compraste una biblioteca entera- me tomó la barbilla- Te amo, esposa lectora- me besó, mientras yo me reía-. 

- Yo también, esposo asustado. 

- ¿Terminaste de comer?- me preguntó, levantando su plato. Asentí- Lavo esto y nos ponemos a repasar; ve a tomar un poco de aire al patio- me beso por última vez, antes de llevar todo. 

Le hice caso... tomé mi vaso, lo lleno de jugo y salí hasta el patio. Ya el clima se estaba poniendo más frió, una fina capa de lluvia caía sobre la oscura noche.

Nala se me acercó con una pelota en la boca, se la tiré varias veces hasta que se cansó de correr; Bear solo quiso que lo acariciara, así que tenía su cara sobre mis piernas. 

Cuando Robert terminó con todo me llamó para que entre de nuevo, aún nos quedaba una larga noche de estudio. 

Rpov 

Estaba muerto de sueño y no era para menos; nos habremos quedado hasta las dos de la mañana repasando apuntes, antes de irnos a dormir y luego nos levantamos temprano para llegar al medio día a Oxford. 

Kristen se la había pasado toda la noche girando de un lado a otro de la cama, siempre que dormía intranquila hacía eso. Era tantos los nervios que tenía, que la pobre a penas desayunó y luego fue al baño corriendo a vomitarlo; ella me aseguro que era algo del embarazo, pero hasta ahora mis niños no le habían causado esa molestia, así que estaba más que seguro que eran por sus nervios. 

Ahora ya estamos por llegar al campus de la Universidad, antes hicimos una pequeña parada en un local de comida rápida; a Kristen se le antojo un paquete de papas fritas grandes con una súper malteada de chocolate. Debo admitir que me daba un poco de asco como ella embadurnada cada papa con un montón de mayonesa y luego tomaba su malteada de chocolate. 

- Ummmm... Está delicioso- se chupaba los dedos- ¿Quieres?- me convidó un poco-. 

- No amor, disfrútalo tú sola- le sonreí; ella siguió comiendo mientras yo iba conduciendo-

- ¿Qué harás mientras yo esté rindiendo?- preguntó, tomando de su mateada, haciendo ruiditos graciosos ya que no quedaba mucha bebida. 

- No se, esperaré dentro del auto o daré una vuelta por el campus. No te preocupes por mi baby- besé su mano-. 

- ¿Por qué no vuelves al hotel para descansar?- terminó de comer y metió los paquetes vacíos dentro de una bolsa de basura-. 

- Ya te dije que no, quiero ser el primero que veas cuando ya estés recibida. No vas a tener a tu familia aquí a tu lado, así que permíteme que yo si lo esté- dije firmemente.- 

- Tú eres mi familia Robert, tu sola presencia me alcanza y me sobra para mí. Eres mi mundo- me apretó fuertemente la mano que tenía sobre la palanca de cambios-. 

- Te amo tanto mi futuro baloncito- ella me pegó en el hombro, era el apodo que le había puesto cuando su pancita por fin salió, haciéndose notar-. 

Estacioné el auto y fuimos caminando hasta el salón donde ella le tocaría rendir. Al llegar aún le estaban tomando a otra persona así que tendríamos que esperar un rato más. 

Kristen comenzó a mover las piernas, siempre hacia eso cuando estaba muy nerviosa. La abracé y la coloqué bien cerca de mío. 

- Tranquila peque, todo saldrá muy bien, solo recuerda respirar y pensar bien tus respuestas. Tú lo sabes- besé sus dulces labios.- 

- Como me gustaría tenerte a mí lado para que me relajes, igual que lo hacías cuando nos entrevistaban a ambos- volvió a besarme-. 

- No estaré yo, pero tienes dos buenos recordatorios míos creciendo en tu interior- acaricié su adorable pancita y empecé a llenarla de besos como hacía habitualmente.- ¿No cierto que ustedes dos tranquilizaran a mami? 

- Jajajajajaja... me haces cosquillas- acarició mi cabello- Cada vez que me ponga nerviosa me tocaré la panza haber si surge el mismo efecto. 

- Claro que sí, llevan la mitad de mis genes así que seguro algo de mí habrán sacado- me estaba a punto de contestar cuando una señora bastante mayor y con un horrible sentido de la moda la llamó. 

- Señorita Stewart, pase por favor. Es su turno- se quedó parada sosteniendo la puerta. Kristen se puso de pie, tomó el fólder que traía con ella y respiró profundamente. 

- Ve y cómetelos a todos. Pase lo que pase para mí ya eres mi Licenciada número uno.- la abracé y le di un fuerte beso, para demostrarle todo mi apoyo y amor- Te amo cielo. 

- Te amo- me acarició el rostro por última vez y marcho junto a la señora mayor. Antes de entrar me miró por última vez con su carita de cordero; le devolvió una gran sonrisa. 

- Suerte amor- fue lo último que le dije antes de que desapareciera tras la puerta. Justo en ese momento me sonó el celular. 

- Hola...- comencé a susurrar- Si ya entro... te veo en cinco minutos en la cafetería... hay no seas pesada... ok ok... si yo también…-fue lo ultimo que dije antes de cortar la llamada. 

Fui caminando hasta la cafetería del lugar; siempre que pude acompañé a mi esposa cuando tenía que dar algún examen y me quedaba esperando por el lugar, hasta que me llamaba para que la fuera a buscar. Esta vez no iba ser diferente. 

Llegué hasta la cafetería y empecé a buscar a la persona de la llamada. Fue ella la que me hallo a mí. 

- Hasta que llegaste hermanito- Lizzi se me tiro encima- Ya estábamos todos muy aburridos de esperar aquí- no pude evitar reír con su adorable puchero. 

Esta era mi pequeña sorpresa para Kris; ella pensaba que solo nos habíamos venido los dos, pero la realidad era que mis hermanas, Mady que ahora andaba correteando por los jardines, mis papás, su hermano Taylor y mi amigo Tom, hicieron el mismo viaje que nosotros un día antes, para organizar una celebración intima. 

- Taylor... ¿Cómo te trató el viaje?- saludé a mi cuñado-. 

- Bien, bien, ya había perdido la costumbre de viajar tantas horas- suspiró- Todo sea por mi hermanita. 

- Ella ¿Cómo está?- pregunto mi mamá, alcanzándome una taza de café. 

- Gracias Ma,… pues bien, algo nerviosa, se la pasó moviéndose toda la noche y al levantarse, estuvo un buen rato vomitando- Liz puso cara de asco- Pero luego se comió un paquete de papas fritas con una súper malteada de chocolate.- todos rieron. 

- En verdad tiene unos gustos muy extraños –Tom puso cara de asco- Recuerdo que cuando estaba esperando a Gabriel comía pepinillos con mantequilla de maní, en una ocasión le dije que eso era asqueroso y se puso a llorar desconsoladamente, me hizo sentir el peor hombre del mundo- todos reímos-. 

- Eso no fue nada, yo era el que tenía que correr por las tardes cuando le entraban sus antojos de uvas verdes con helado de menta granizada- habló Taylor- Un día le llevé uvas moradas y casi me deshereda como hermano, cuando le dije que eran iguales a las verdes ¿Ahora también está ciclotímica? 

- Tiene sus días- me encogí de hombros- Mientras que no le falten sus oreos y chocolates está feliz- todos rieron- Pero no le gusta que la molesten por sus gustos alimenticios, se pone peor que el demonio de Tasmania. 

- ¿Te imaginas lo que sería ahora si Gabriel estuviera con nosotros?- dijo Tom medio en broma, pero todos nos quedamos callados- Lo siento amigo... yo... yo... este... Perdón. 

- No te preocupes- le dí una palmada para que se relajara- El otro día cuando Maddy fue a pasar la tarde con nosotros, a penas llegó fue corriendo a buscar a su tita. Kristen estaba recostada en el sillón y lo primero que hizo la enana fue apoyar su cabecita sobre el vientre de Kris, en ese momento me imagine a nuestro niño haciendo lo mismo.- un escalofrío recorrió mi cuerpo. 

- La vida los hizo sufrir mucho, pero mira ahora, los está recompensando con dos sanos niños. Gabriel siempre será parte de nuestros corazones pero deben dejarlo partir de una vez por todas- dijo mi padre, yo asentí. 

- El otro día en la misa Kristen no estaba tan rota como siempre- comentó Taylor- Anteriormente se deprimía mucho en ésa fecha.- eso era verdad, esta vez no estuvo tan triste, aunque no dejaba de ser una fecha dolorosa para ambos. 

Flash Back (Hacer click)

Eran las seis de la mañana, me había despertado hace bastante pero no me podía mover mucho ya que tenía a Kristen durmiendo sobre mi pecho. La abracé más fuerte y coloqué mi mamo en el hogar de mis hijos.

Me puse a imaginar como hubiera sido mi pequeño niño si no hubiera sufrido el accidente ¿Qué color de ojos hubiera sacado? ¿Su pelo de que color sería? ¿Hubiera tenido las hermosas pecas de mi esposa?... Un suspiro lastimoso salió de mi pecho. 

Hubiera dado todo por ver crecer a mi pequeño; recuerdo cuando me llamaron para que lo conociera, había esperado hecho una furia durante dos horas, nadie me decía como estaban ni mi esposa ni mi hijo. El médico me comunicó, que Kristen tenía algunas contusiones, nada grave, pero el golpe provoco que su placenta se desprendiera por completo y no pudieron hacer nada para salvar la vida de mi bebé. Lo había expulsado ella sola, por lo que solo le hicieron un raspado para sacar los restos que habían quedado; Kristen estaba sedada ya que se había alterado mucho. 

Me preguntaron si quería conocer a mí hijo, en ese momento yo me movía de manera automática, no había ningún razonamiento claro en mi mente. Me trasladaron hasta una zona llena de equipos y con un cunero, me vistieron con esos trajes celestes ya que era un lugar estéril y me acercaron hasta donde yacía mi bebé. 

Estaba envuelto en un pañito, era tan pequeño que cabía por completo en mi mano. Me temblaba todo el cuerpo. 

- Fue un varón, señor- me comunicó la neonatóloga, yo solo asentí. Mi primer hijo fue un varón, tal como deseaba mi amor, su mini Rob- Se que no es un buen momento, pero como su bebé peso 510 g. tenemos que hacerle una partida de nacimiento ¿Tenían algún nombre pensado?- me preguntó con su cálida voz; negué con la cabeza. Mi pequeño iba ser un muchacho fuerte- Bueno... piénselo y luego me lo dice ¿Sí? 

- ¿Mi mujer sabe que tuvimos un varón?- pregunté al borde del llanto, su piel era muy suave, llena de pequeñas pelusas. 

- Si, luego se descontrolo cuando le avisaron que no hubo forma de reanimarlo, así que la sedaron. Ella se repondrá- me acarició la espalda- Acompáñela, permita que lloré a su bebé y sobre todo no la abandone, debe demostrarle que pueden salir juntos de esta situación tan difícil. 

- Gracias- dije con un nudo en la garganta. La mujer se alejo un momento para darme privacidad con mi hijo- Fuiste un muchachito fuerte, me hubiera encantado jugar contigo, enseñarte a tocar el piano, a cuidar a mamá... a ser un buen hombre- comencé a derramar las lágrimas retenidas por tantas horas- Con mamá te deseamos por mucho tiempo, eras nuestro pequeño milagrito... y ahora te convertiste en nuestro pequeño angelito. Perdón por no haberte cuidado lo suficiente... Espero que te encuentres en un cálido lugar, que sepas que te amamos y siempre estarás en nuestros corazones, hijo mío- acaricié sus diminutas manos- Doctora- la llamé 

- Si... dígame- se acercó nuevamente hasta mí. 

- Su nombre es Gabriel.... 

Sentí unas pequeñas caricias sobre mi pecho. Ella también se encontraba despierta. 

- ¿Ya te despertaste hermosa?- pregunté mientras dibuja círculos sin sentido sobre su espalda desnuda. 

- Tu corazón comenzó a latir diferente y me despertó- miró el reloj- ¿Qué te sucede, para que te despiertes tan temprano? 

- Solo estaba recordando- se acomodó a un lado mío para verme mejor, sus preciosos senos desnudos quedaron al descubierto- Nada para preocuparse muñeca- besé sus hinchados labios, causados por nuestra noche de pasión. 

- Sabes algo- negué con la cabeza- Hoy después de dos años no me siento tan triste como siempre- me sonrió.- Obviamente nunca me podré olvidar de la perdida de nuestro pequeño Gabriel, pero estas dos personitas de aquí- tomé de mi mano y la llevó junto a la de ella hasta su pancita- Me hicieron ver la luz de la esperanza nuevamente. 

- Son nuestros dos nuevos soles- ella asintió. 

- Luego de la muerte de mi pequeño sentí que nunca más podría con un nuevo embarazo, como que no servía para cuidar a alguien. Por eso me la agarraba contigo, porque sabía cuanto deseabas una familia y yo no me encontraba preparada nuevamente para enfrentar otro embarazo. En vez de enfrentar mis miedos, me era más simple quedarme en el lugar de culpa por el no poder- tomó aire por un momento- Pero ahora, con nuestra ranita y sapito creciendo tan sanos dentro de mi ser, me siento tan bendecida... yo se que esto es obra de nuestro angelito; él siempre será una parte tuya y una parta mía que nos protegerá a nosotros y a sus hermanos desde el cielo. 

- Estoy muy seguro de eso cielo- sequé sus lagrimas- Yo también por mucho tiempo me sentí culpable por no haber estado ese día a tú lado, por no haberte cuidado como lo merecías. Ese día perdí a mi hijo y casi te pierdo a ti, juro que me hubiera matado si no sobrevivías a eso. Mi vida no tiene sentido si tú no estás en este mundo.- ahora ella secó mis lágrimas. 

- Pero eso no ocurrió y estoy aquí a tú lado, con nuestros bebés creciendo fuertes y sanos dentro de mi…- comenzó a besar todo mí rostro para borrar mis lagrimas- Jamás te dejaré y si eso llegara a suceder cuando seamos grandes y canosos, siempre viviré en tu corazón y en cada uno de los hijos que tendremos. 

- Igual te seguiré lo más pronto que pueda- me sonrió- Te amo, mi hermosa niña. 

- Yo también- nos besamos con ternura, dulzura, tranquilidad. En ese beso dejamos atrás un paso triste, lleno de lágrimas y oscuridad. Ahora teníamos dos vidas por delante para ser completamente felices, con un ángel que por siempre nos protegería. 

Fin del flash back 

- Abu, quero tolta de choco-choco- Maddy me sacó de mi pensamiento. 

- Vamos a comprarlo juntos enana- me paré y le di la mano para que me la tomara-. 

- Dije la abu- se escondió entre las piernas de mi mamá.. 

- Vamos princesa- la alzó a upa- Busquemos una porción de torta de chocolate ¿Alguien quiere algo?- todos negamos. Se la llevó a Maddy hasta el mesón de la confitería. 

- Parece que la doña grillo te sigue odiando- comentó Tom muriéndose de la risa-. 

- La verdad que no entiendo su odio contra mí, con Kiki sigue lo más bien, la cosa es conmigo- dije frustrado. 

- Hay hermano que tonto que eres- habló Vicky muerta de risa-. 

- ¿Haber explícame?.. ya que eres taaaaaan inteligente- le contesté con todo de burla-. 

- Ella está acostumbrada a prestar el amor con sus tías, porque tiene dos; pero tíos tiene solo uno- dijo como si fuera lo más simple.. 

- Sigo sin entender- volví a preguntarle-. 

- Hay Robert en verdad te afectó el cerebro el día que te tiramos de la cuna- Lizzi me pegó en la cabeza-. 

- Que no quiere compartir tú amor, ella te quiere solo para ella. Eres su héroe- me picó con un dedo la frente- ¿Ahora entendiste? 

- Si, creo que si- me quede pensando por un momento- ¿Estos celos no se lo tendría que hacer a Harry? 

- Debería, pero resulta que tiene un tío que la acapara demasiado y vive consintiéndola con todo. Era obvio que esto iba a ocurrir- bufó cansada-. 

- Si ella me dejara hablar sería tan fácil todo. 

- Cuñado tiene año y medio, dudo que deje de sentir celos de un día para el otro. Me voy a divertir mucho ver como te las arreglas con tu hija y tu sobrina- todos comenzaron a reírse. Justo sonó mi celular.. 

- Amor... ¿Ya está?... ok voy para allá... te amo- corté la llamada- Parece que ya terminó- justo en ese momento llegó mi mamá junto con Maddy cubierta de chocolate- Vamos todos para allá. 

Yo regresé caminando, el resto de la familia se fue la camioneta de Vicky, que era con la que habían llegado. 

Cuando llegué al pasillo del aula donde se hallaba Kristen, bastó con que me viera para que corriera hasta mí. Eso significaba solo una cosa. 

- ¡Me recibí amor!...¡Me recibí!- se colgó de mí cual koala. Empezamos a girar despacito para no molestar a mis pequeños-. 

- Te dije que podías cielo. Me siento tan orgulloso de ti- la apoyé en el suelo para besarla como se merecía. Nuestras lenguas jugaban felices su reencuentro, como siempre nos olvidamos del exterior, solo importaba unirnos con nuestros labios. 

- Sabes cuñado, no es muy grato ver como te fajas a mi hermana en pleno campo universitario. Hay cosas que prefiero no conocer de su vida- Kris me soltó de inmediato-. 

- ¿Taylor?... ¿Qué haces aquí?- preguntó sorprendía. 

- Pensaste que me iba a perder verte recibida- le sonrió y corrió para abrazarlo- Felicitaciones enana, lo lograste, como siempre- la abrazó muy fuerte-. 

- Yo tamblien quero ablazar a mi tita- dijo Maddy, chupándose un dedo. Kristen se emocionó a ver a toda la familia reunida. 

- Pero... pero... ¿Qué hacen todos acá?- comenzó a abrazarse con todos-. 

- No nos íbamos a perder este día hija- comentó mi madre- Richard saca muchas fotos así luego se las envió a Jules- me reí en mi interior; mi madre era tan mandona como mi Kris- 

- ¿Tú sabias de todo esto?- me preguntó mi amor, con Maddy en sus brazos, una vez que recibió las felicitaciones de todos. 

- Considera uno de los regalos por tu graduación- besé sus labios-. 

- ¿Hay más?- me preguntó con una sonrisa 

- Sip, pero los otros te los daré cuando estemos solos en la habitación del hotel- le susurré en el oído y le dí una palmadita en su trasero. Su risa traviesa me confirmo que entendió el mensaje. 

- Yo no se ustedes, pero muero de hambre ¿Podemos ya ir a comer?- comentó Tom bostezando- 

- Hice reservaciones en un restaurante que me recomendó un antiguo compañero de trabajo, me dijo que es excelente- dijo mi papá-. 

- Entonces vamos, tantos nervios, provocaron que muera de hambre- todos nos reímos por la cara de Kristen cuando se le mencionó la comida. 

En verdad mi padre tenía mucha razón, la comida era deliciosa y los postres más, Kristen se pidió dos platos de postres, causando que todos la comenzaran a molestar. Como se lo había prometido, luego de festejar con la familia tuvimos nuestro festejo íntimo, donde la llené de placer. 

Antes de que se colocara el Sol le dí su último regalo, un anillo de oro blanco, con zafiros y diamantes. En el anillo había varias estrellas que lo adornaban. 

- Es precioso amor, gracias, no debiste gastar, no hay necesidad de regalos tan caros- me besó y luego se colocó el anillo en su dedo mayor de la mano derecha-. 

- Te lleno de estrellas porque no podría bajarte una, porque tú ya eres una de ellas.- la tomé de la mano.- Así ya no te sientes tan sola, te regale algunas más para tí 

- Eres un dulce- me besó- Yo nunca me siento sola, porque tengo a mi lado a mi sol personal. 

Entre besos y más caricias, seguí disfrutando del amanecer con mi Licenciada favorita.