Capitulo 3. Tuya.

Hola chicassss!!! gracias por esperar por el capitulo de hoy de verdad es de gran apoyo y una motiviacion el que sigan leyendo el fic y que nos dejen sus comentarios que ademas lo hacemos con mucho cariño y amor a nuestra pareja querida.

Bueno el dia de hoy me toco a mi subir por que mi jefa naty se fue de viaje asi que les subo un dia antes el capitulo por que el dia de mañana cumple años mi abuela y pues no queria dejarlas sin capitulo.... espero que les guste, dejen sus comentarios si es lo que esperaban, que es lo que quiere que salga en el fic, sugerencias y opiniones bien recibidas...

Por otra parte ya saben que el fic es de contenido adulto asi que si eres menor de edad es bajo tu responsabilidad el leerlo.. sobre aviso no hay engaño y si eres mayor de edad pues espero que lo disfrutes GOLOSAAAASSSS!!! ajajajjajajajja

Ahora si les dejo el capitulo, besos!!!

**************************************************************************** 

Capitulo 3.  Tuya.

Kpov

Lo amaba... Por más que quisiera alejarlo de mi vida, lo amaba con tal locura que preferiría quedarme sin aire antes que perderlo a él.

Mí querido Rob, aquél inglés desalineado y tímido que llegó a LA todo vergonzoso para ver si conseguía el papel del vampiro/ hombre más perfecto de la historia: Edward Cullen; personaje que hizo suspirar a miles de niñas, señoritas y mujeres mayores.

No solo logró conseguir el papel y ganarse el corazón de todos, a pesar que al principio lo odiaron y quisieron sacarlo, sino que con ese simple primer beso en la audición conquistó todo mi ser.

Las cosas nunca fueron fáciles para nosotros, desde el principio nuestra historia estuvo enredada, debió a que yo tenía una relación de muchos años y me costo ver la realidad de mis sentimientos. Preferí ocultarlos, enterrarlos y quedarme con lo seguro, estable y conocido antes de arriesgarme a lo desconocido.

Pero dicen que uno no puede gobernar al corazón... y al final su tenacidad logró hacerme flaquear, entregándome en cuerpo y alma a él. No fue fácil vivir escondiéndonos de paparazzis y fans trastornadas que nos amenazaban; más de una vez deseé bajar los brazos y terminar lo nuestro, pero cuando eso ocurría, Robert siempre hallaba la manera de abrirme los ojos y ver que mientras estemos juntos nada nos iba a separar.

No soy la persona más demostrativa en público y tampoco tengo el carácter más dócil del mundo, pero intentaba tener pequeños gestos para demostrarle todo mí amor. Más cuando no veníamos pasando un buen momento.

Por eso cuando me desperté antes que él, me quedé observándolo por un rato dormir como un pacifico niño; su pelo todo revuelto por el sexo hasta el amanecer que tuvimos y su deliciosa boquita en forma de O, dando unos suaves ronquidos.

Besé su frente y me levante de su lado, tomé una bata azul que tenía para cubrirme y bajar hasta la cocina a preparar algo para desayunar. Cuando llegué, vi que el reloj daban pasadas las tres y media; ya era un poco tarde para desayunar pero a nosotros nos daba igual comer el desayuno a esa hora. Busque en la heladera todos los ingredientes para preparar una suculenta comida y así recuperar todas las calorías que quemamos ayer. Estaba por preparar un delicioso  desayuno/ almuerzo con waffles, bacon, jugo natural, frutas y café recién hecho.

Luego de nuestra última pelea, que casi terminó con nuestro matrimonio, decidimos tomarnos unos días lejos de todo y de todos; y no había lugar mejor en el mundo que la pequeña casita que poseíamos en Isla Wight.

Desde que llegamos, prácticamente no salimos de la casa; parecía que nos hallábamos en nuestra luna de miel.

Flash Back

Las islas Maldivas... un lugar mágico para pasar nuestra luna de miel. Mí amor se había encargado de planificar todo lo acontecido con eso; nunca me dijo a donde nos dirigíamos, solo me dio a entender que llevara traje de baño y ropa de verano, aunque según él, ni tiempo de usarla iba a tener ya que me pensaba tener desnuda bajo su cuerpo los catorce días que duraría el viaje.

Y cumplió con su palabra... claro que la cumplió; apenas fuimos a nadar un rato hace dos días, el resto del tiempo nos lo pasamos amándonos como si no hubiera mañana. Aproveché el respiro que me dio para ir a conseguir unos cigarrillos y más cervezas para ponerme linda. A pesar que en un primer momento, creí que mis cuñadas se volvieron locas por comprarme tanta lencería, debo admitir que se ganaron un buen regalo de navidad. Cada cosa que me ponía lograba encender al máximo a Robert.

Escuché como alguien ingresaba a nuestro bungalow.

-         Preciosa... ¡llegueee!- dijo mi hombre.

-    Estoy en el baño ya salgo- grité, mientras me apuraba en terminar de ponerme unos altísimos zapatos Louboutin, logrando que mis piernas parecieran infinitas. Me miré por última vez, tomé aire y salí en su búsqueda. Se había sentado en el living, por lo cual no me vio. Excelente, así lo haría sufrir un poco más.

- Hola amor mío, no sabes lo que te extrañé- besé su cuello y descendí con mis manos por su pétreo torso.

-        - Ummm... tendré que alejarme por más tiempo así saco a la Kristen dulce que tanto me fascina- besó mi mejilla.
-   ¿Solo la Kristen dulce te fascina?- pregunté jugando con mi dedo sobre su boca para provocarlo--  -  Nop, también me gusta mucho la que enloquece cuando le hago el amor- chupó mi dedo mayor- Esa es mi preferida.

-  Ahh si... ¿Y por qué cielo?- avancé un poco más con el juego, bajando mi mano hasta donde se hallaba mi juguete preferido.


- Porque se olvida de todas sus barreras y se transforma en una mujer muy desinhibida que me dice las cosas que le gustan... y como le gusta- metí la mano dentro de su bañador y acaricié al pequeño y tibio Tomy- Dios Kiki... se siente fantástico- tragó con fuerza- Ven adelante que te quiero ver- me rogó y yo accedí fácilmente. Para que negarlo, estaba tan excitada como él; ya lo extrañaba sentirlo en mi interior.

Fui caminando muy sexy hacia él, recordando lo aprendido en Welcome to the Riley. Me paré frente suyo con las piernas un poco abiertas y mis manos acariciando mi cuerpo.

-    Y así... ¿Te gusto?- hablé con voz muy sensual.

-  Kristen...- se quedó sin habla- Estás... estás... putamente caliente- reí por su comentario.

- ¿Deseas que haga algo especial o...- me agaché entre sus piernas- atiendo a mi mejor a amigo?- pasé mi lengua sobre su erección.

-   Baila para mí- levantó mi rostro de su entrepierna y lo sostuvo- Desnúdate para mí, pero no te quites esos bellos zapatos- me besó con mucha pasión.

Fui rápido hasta el equipo de música y puse una canción que traía muy buenos recuerdos de nuestros inicios. La canción de Sex on Fire inundó el ambiente, al tiempo que yo me desnudaba para él.

Empecé con pequeños pasitos y un contoneo de caderas, acercándome como un felino en busca de su presa. Siempre que le bailaba no le permitía tocarme y eso lo enloquecía; sabía perfectamente que partes de mi cuerpo ponerle cerca de suyo para transformándolo en una bestia que me terminaba follando sin contemplaciones.

Poco a poco me fui sacando el mini camisón que llevaba puesto, quedándome simplemente con mis braguitas rojas y los tacos que Rob pidió exclusivamente que me los dejara puestos. Con mis brazos tapando mis senos me senté en su regazo, percibiendo todo el esplendor de su dureza, quiso besar sus tesoritos pero se lo negué. 

-         Ah...ah... ya sabes las reglas... no tocar- lamí su oído. Me miró con odio y deseo al mismo tiempo.

-         Gírate y dame lo que mas me gusta- obedecí. Me puse de pie, girándome y luego agachándome para que mi trasero, con ayuda de mis tacos, quedara a su entere disposición.- Se me ocurren tantas cosas....- giré mi cabeza y lo vi tocándose a sí mismo para apaciguar su calentura- Puedo oler tu excitación...

  

-        ¿No prefieres sentir mi calor?- me volví a sentar sobre él, pero dándole la espalda, al tiempo que me movía encima suyo.

-         Oh Dios...- rogó- Vas a lograr que acabe.- incremente mí meneo de caderas- Estas jodidamente caliente... mira como me mojas- solo me reí y sus manos apretaron con fuerza mi trasero- ¿Podemos intentarlo otra vez?- pidió suplicando.

-        Haz lo que quieras con el... es tuyo- mordí su labio inferior al sentir como partía mis braguitas en dos. 

Descendió una de sus manos y fue llevando mis propios jugos un poco más atrás, con sus dedos fue preparando el lugar para recibirlo. Con la otra mano que le quedaba libre, alternaba entre mis senos y mi clítoris, haciéndome volar hasta otro planeta. Sin darme cuenta un intruso se metía en aquel orificio que solo una vez intentamos usarlo sin llegar a completar del todo.

- Ohhh...- dije cuando su cabeza ingreso por completo.

- Relájate- me susurró- Muévete de a poco- besaba mi cuello y masajeaba mi botón mágico. Le hice caso y fui llevando el ritmo- Se siente tan estrecho...- respiraba entrecortadamente. Si el me sentía estrecha, yo sentía que una bestia me penetraba.

-   Ahhh...ahhh...ahhh- esta nueva forma de unirnos me consumía- Aumenta más el ritmo Honey.

-  ¿Segura?- asentí con la cabeza, ya que no me salían palabras de la boca- No... quiero lastimarte.

-  No lo harás... confió en ti- besé sus labios- Quiero sentirte por completo, en cada parte de mí- me sonrió con tal amor, que envolvió mi corazón. Ahora fue él, quien tomó el ritmo de las embestidas, volviéndolas cada vez más profundas, hasta alcanzar enterrarse por completo en mí ser.

Era acto de amor más intenso y maravilloso que pudimos experimentar; poco a poco sentía como ya no nos quedaba mucho más por entregar, queriendo alcanzar el cielo juntos.

-      Amor... ya no me queda mucho... tócame- le pedí y sus dedos, sin dejar de acariciar mí clítoris, se adentraron en mí vagina, haciéndome enloquecer por completo.

-       Me voy a correr cielo... te sientes tan bien... me vuelves loco- hablaba agitado por el esfuerzo- Ahora eres toda mía, toda mía- dio sus últimas estocadas.

 -    Solo tuya... solo tuya- repetí cuando sentí su semen bañándome y mis jugos se escurrieron por sus dedos.

Nos quedamos en silencio para recuperar nuestras respiraciones; con delicadeza se salió de mí interior, acunándome sobre su pecho. Me estaba adormeciendo, con el canto de su corazón.

-         Gracias por entregarte de esa manera- beso mis labios y nariz con dulzura.

-         Ahora no hay nada que no sea tuyo- besé su pecho y el sonrió.

-  Te amo, esposa mía- me llevó al estilo novia hacia la habitación, donde continuamos amándonos, hasta perder la razón.

Fin de flash back.

Ese fue uno de mis viajes favoritos a su lado; por nuestro trabajo no solíamos tomarnos vacaciones de mucho tiempo juntos, ya que siempre cuando uno terminaba un proyecto, él otro iniciaba uno. Igual eso era algo que estaba por finalizar...

Escuché unos pasos y supe que alguien se había despertado; sus brazos rodearon mi estómago.

    -     Buen día cielo- dije sin quitar la vista de los waffles.

    -     Ummm... recién son buenos... no me agrada levantarme y no verte a mí lado- beso mí mejilla.

   -   Eres un consentido, un tiempo que ya dormimos juntos todas las noche y no puedes despertarte sin mí- me gire para observarlo- ¿Cómo haces entonces cuando no estamos juntos?- pregunté risueña.

   -   Nunca dije que me agradara despertar sin ti a mí lado- beso mí nariz- Solo me hago el valiente y lo soporto, pero no me agrada ni un poquito- hizo voz de niño pequeño.

-   Dios Rob eres un payaso, me volveré loca contigo y nuestros hijos- volví a prestar atención a la cocina.

-  No te olvides de los perros y el gato- me palmeó la cola- ¿Te ayudo en algo?- preguntó mientras comía masa cruda, ganándose un cuchadazo- Auchh... eso dolió.- se acariciaba la mano.

-      Nada de masa cruda, luego te cae mal y yo soy la que tiene que andar detrás de ti curándote- me quise hacer la enfadada- Ahora ve a llevar el café y las frutas a la mesa, que ya alcanzo los waffles y el bacon.

-   Si mamá, pero antes quiero mi beso de los buenos días- me mostró todo el esplendor de su sonrisa.

-       Ya te lo dí- me hizo puchero y no me pude contener; me puse de puntitas de pie y lo besé con ganas; sus manos de inmediato se fueron debajo de mi bata hasta mi trasero, apretándolo con ganas y yo enterré mis dedos en ese suave cabello suyo. Estuvimos así hasta quedarnos sin aire y percibir olor a quemado- ¡Hay Rob!... otra vez me haces quemar el desayuno- me quejé y escuche su risita de fondo.

Mi marido era un ser imposible, payaso, celoso al borde de la obsesión y hasta un poco inmaduro; pero eran esas cosas que me permitían amarlo hasta desfallecer. 

************************************************************************

Bueno chicas ese fue el capitulo de hoy... perdon por mi disque edicion pero entiendan es mi primera vez jajajajaja XD!!!..... asi que para los proximos ya mejorareee... gracias y esperamos sus comentarios.. besoss!!!